La incursión se desarrolló contra puestos gubernamentales, mientras que también se reportaron combates en la provincia de Kunduz, reseñó Prensa Latina.
Debido a los ataques de la resistencia, en Nuristán fueron ultimados un miembro de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), y tres insurgentes.
El jefe de la policía provincial, Aziz Rahman Zahid, indicó a la prensa que desde ayer los ataques se incrementaron.
En tanto, un bombardeo de la ISAF causó al menos 22 muertos en el distrito norteño de Pesh Tepa, provincia de Jawzjan, de los cuales la mayoría son civiles, denunció el portavoz de la insurgencia, Zabiula Muyahid.
Varias organizaciones humanitarias internacionales denunciaron en un comunicado difundido en Kabul que las fuerzas de seguridad del gobierno afgano son responsables de la muerte y represión contra la población civil.
Desde que Estados Unidos y países aliados invadieron Afganistán en 2001, miles de pobladores resultaron muertos y el país sufrió la destrucción de su infraestructura.
En la jornada de ayer, al menos cinco personas murieron y más de una treintena sufrieron heridas por la explosión de una bomba en la provincia afgana de Laghman.
El hecho se produjo cuando un vehículo con explosivos chocó contra otro de militares afganos y de las fuerzas de ocupación de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN).
Las acciones de la resistencia se multiplicaron en Shorwak, Khusk, Gerishk, Shahjoe y Kabul, en las cuales murieron siete policías del gobierno de Hamid Karzai.
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