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domingo, mayo 08, 2011

FELICITACIONES

LA NATURALEZA

LA PROVIDENCIA

EL ARQUITECTO UNIVERSAL

DIOS

NO SE SINTIERON SATISFECHOS HASTA NO VER CULMINADA,

SU OBRA MAGISTRAL

AQUELLA DESTINADA A SEGUIR SU OBRA DE CREACIÓN...

LA MUJER...!!!

LA MADRE INFINITA...!!!

LA VOZ DE SAN JOAQUIN

2DO DOMINGO DE MAYO: DIÁ DE LAS MADRES

OPINIÓN

Ricardo Bruno Ojeda Lastre


Domingo, 8 de mayo de 2011

¿Pero qué sucede con nuestra Madre Naturaleza, la queremos, la amamos, la respetamos, la cuidamos, la veneramos como hacemos con nuestra madre genética?

El Día de las Madres es una fecha que se celebra en muchos países del mundo en el mes de mayo, es un día muy especial para todos por su significado sentimental.

En mi caso muy particular es un día triste pues hace apenas 13 meses que falleció mi madre, es una pérdida irreparable y aunque pase el tiempo y nos adaptemos a esa falta permanente jamás nos acostumbramos a prescindir de la presencia de ese ser tan querido pues en general nuestra madre biológica es insustituible.

¿Pero qué sucede con nuestra Madre Naturaleza, la queremos, la amamos, la respetamos, la cuidamos, la veneramos, cómo lo hacemos con nuestra madre genética a pesar de que todos nacimos de esta Madre Naturaleza?, creo que No.

Cada día extraemos innumerables beneficios de ella tales como alimentos, medicinas ,agua ,sombra ,diversiones ,lujos ,combustibles ,etc. pero no la cuidamos ya que estamos explotando los recursos que nos da inescrupulosamente ,los hábitat naturales de la mayor parte del mundo siguen deteriorándose tanto en extensión como en integridad, existe una alta degradación de los ríos, bosques y otros ecosistemas y en los sistemas agrícolas continua disminuyendo la diversidad genética de los diferentes tipos de cultivo y ganado .

Todo esto se debe a que las 5 principales causas de destrucción de la Biodiversidad: el cambio de hábitat, la sobreexplotación, la contaminación, las especies exóticas invasoras y el cambio climático, se mantienen constantes e incluso podemos decir que se están intensificando. Y para ahondar mas en la situación limite de supervivencia en que nos encontramos
sin darnos cuenta es la actividad humana el mayor factor de peligro manifestándose en sus diversas formas que ya conocemos es decir demandas de agua, energía, alimentos, etc. De perderse la Naturaleza esto equivale a la perdida de nuestra calidad de vida como especie y en caso extremo de nuestra propia extinción.

En otros tiempos el hombre era insignificante frente a la Madre naturaleza hoy no es así la destrucción de la capa de ozono y la contaminación son tristes ejemplos de nuestro poder y para colmo seguimos cada día hay mas guerras y destrucción donde miles de madres lloran a sus hijos, no es posible hablar, conversar llegar a acuerdos a través de tratados de comercio y de ayuda mutua y apoyarnos unos a nosotros a pesar de las diferencias de pensamientos tanto políticas como religiosas, es eso muy difícil de hacer?, parece que si y sus consecuencias es todo lo anteriormente citado además de mas de 1500 animales a punto de extinguirse, y otro alto por ciento de plantas, unas 17000 están amenazadas en menos grado, cerca de un 12 por ciento de las especies de aves, un 23 por ciento de los mamíferos y un 32 por ciento de anfibios están en alta amenaza de extinción ,así agradecemos lo que nos da la Madre Naturaleza , no hay un equilibrio de extracción de recursos, ni una mejor distribución de riquezas y tecnologías así llegaremos a autodestruirnos, ojala no sea demasiado tarde cuando nos demos cuenta, de todas formas les deseo a todas las MADRES un feliz y hermoso día junto a sus seres queridos y a la Madre Naturaleza le digo que aun existe la esperanza.

DIA DE LAS MADRES: "TENER UN HIJO ESPECIAL ME TRANSFORMÓ"


Hay mujeres que invierten todo su tiempo en asegurar el progreso de sus niños con discapacidad. El cuidado del pequeño Adrián, aunque duro, se ha convertido en el motor que impulsa a Rosalba Arias cada día






Adrián depende enteramente de los cuidados de su madre y ella está adaptada al ritmo del niño


Adrián depende enteramente de los cuidados de su madre y ella está adaptada al ritmo del niño Ernesto Morgado

Si a Rosalba Arias la invitan a una fiesta, probablemente diga que no. En primer lugar, porque no siempre tiene con quien dejar a su hijo Adrián.


Segundo, porque la idea de estar sin el niño la desconcierta.

"Si yo me estoy divirtiendo en alguna parte y él está en la casa, yo me siento mal", dice. Por eso prefiere la playa o el parque, sitios que los dos disfrutan y que escoge para celebrar fechas especiales como la de hoy, Día de la Madre.

Desde el momento del nacimiento todo es Adrián. Que necesite algo, que se sienta mal, que no haya quien lo cuide. Adrián tiene retardo mental y autismo, y no parece un niño de 12 años de edad, sino de 8 o 9, porque su cuerpo es pequeño. Sus ojos no se fijan en los de otra persona y tiene una expresión perdida y distante. Camina con cierta dificultad y, por eso, Rosalba debe acompañarlo, aunque a veces se suelta de su mano y se va solo. Si eso sucede, ella corre tras él y lo recupera de inmediato

Los primeros momento


Des-de el comienzo hubo preocupaciones. Rosalba tuvo problemas durante el parto y su hijo presentó hipoxia ­no llegó oxígeno a su cerebro­. El bebé estuvo 7 días en terapia intensiva y a los 15 días de nacido el pediatra le advirtió que podrían aparecer retrasos en el desarrollo.


A los tres meses, Adrián no mantenía la cabeza fija porque presentaba hipotonía, es decir, los músculos estaban muy flácidos. Rosalba lo llevó a terapias para mejorar su condición, pero de todos modos le decían que el niño no se comportaba de acuerdo con su edad: tenía una sonrisa anormal y no se volteaba como los demás bebés de seis meses, entre otras cosas.

Cuando cumplió un año, los médicos le diagnosticaron retardo mental. Rosalba buscó varias opiniones, pero todos le decían lo mismo. A los cinco años, la psicóloga sumó otra evaluación a las existentes: Adrián también tenía autismo severo. Comenzó a seguir una dieta libre de gluten y caseína ­que los médicos recomiendan para reducir los síntomas del autismo­, además de terapias y controles con el neurólogo porque también había convulsionado. Los medicamentos y la alimentación le produjeron gastritis. Ante ese escenario, la maternidad se convirtió en un trabajo de dedicación exclusiva.

Apoyos van y viene


La semana pasada, a Rosalba le correspondieron vacaciones en su trabajo de auxiliar de enfermería que cumple en el Instituto Diagnóstico, en San Bernardino, desde hace 10 años.


Sus guardias son de 7:00 pm a 7:00 am, con días de descanso. Prefiere trabajar en las noches porque así puede atender a Adrián en el día.

Los lunes y miércoles Adrián asiste a terapias; no está escolarizado porque Rosalba no ha conseguido una institución adecuada para él. Temprano en la mañana, madre e hijo salen del kilómetro 7 de El Junquito, sector en el que viven, y toman un autobús. A veces ella se molesta porque la gente no le da el puesto, y debe hacer maniobras para que su hijo no se caiga mientras el carro se bambolea. Las noches que trabaja, deja a Adrián con uno de los hermanos.

Rosalba se separó de su esposo hace tres años. Él no aceptaba la condición de su hijo y nunca la acompañaba a las terapias. "Yo sentía que el niño era una tranca para él.

Decía que no hacíamos tal cosa porque Adrián era así, y si yo le pedía ayuda en la noche, se molestaba. Yo veía que él se refugiaba cada vez más en el trabajo y llegaba muy tarde, cuando Adrián estaba dormido", recuerda. Por esos problemas la relación se acabó. Ella considera que siempre ha estado sola con el niño.

Mejorías y dificultades


Rosalba observa que, gracias a las terapias, Adrián ha mejorado. "Ahora hasta baja las escaleras", dice, emocionada. Pero en el aspecto cognitivo, los avances son pocos: le hablan y nunca responde, ni con la voz ni con señas. Para la madre, escuchar alguna palabra sería una bendición.


Claro que ha sufrido episodios de angustia, de pensar: "¿Por qué a mí?". Se ha sentido aislada, pues perdió el contacto con sus amigos. Aunque el cuidado de Adrián la absorbe, se ha acostumbrado a su ritmo

"La condición de mi hijo no es lo más difícil de asumir. Yo lo acepto y lo amo como es. Lo que a mí me cuesta más es verlo sufrir cuando tiene los dolores gástricos. Ahora está mejor, pero había noches que no dormía. Lo peor es ver a un hijo sufriendo y no poder hacer nada, sentir que no lo puedo ayudar porque, además, él no dice lo que le pasa", relata.


Tener un hijo especial le ha cambiado su forma de ver el mundo y no se imagina sin él.

"Adrián me enseñó a ser una mejor persona, una mejor madre. Ahora, cuando veo a un niño con algún problema, me inspira ternura y deseos de ayudar. Yo me transformé completamente"