En 1817 Bolívar decreta la expropiación de bienes a oligarcas para el beneficio de la nación

l 3 de septiembre de 1817 nuestro Libertador Simón Bolívar promulgó, desde Guayana, el Decreto sobre Secuestro y Confiscación de Bienes de los españoles y sus partidarios, documento que anunció el secuestro y la confiscación -a favor de la República- de los bienes, muebles e inmuebles pertenecientes al gobierno español, a sus vasallos de origen europeo o a los americanos realistas, al igual que proclama el embargo de las propiedades quitadas por los españoles a los patriotas.

Bolívar explicaba en este decreto que “todos los bienes y propiedades, muebles e inmuebles de cualquier especie, y los créditos, acciones y derechos correspondientes a las personas de uno y otro sexo que han seguido al enemigo al evacuar este país o tomado parte activa en su servicio, quedan secuestradas y confiscadas a favor del Estado venezolano”. Del mismo modo, establecía que todas las haciendas y propiedades -de cualquier especie- pertenecientes a los Padres Capuchinos y demás misioneros que habían hecho voto de pobreza, quedaban confiscados a favor del Estado.

Todas las propiedades secuestradas o confiscadas por el gobierno español a los patriotas fueron posteriormente administradas por el Estado. Incluso estableció un plazo para decidir qué se haría con dichas posesiones: “Hasta que se presenten sus antiguos dueños o sus herederos, se decidirá si por la conducta posterior de los mismos los bienes no han desmerecido la protección del gobierno”. El criterio justo del Libertador en cuanto a los bienes y la propiedad nacional se hace notorio cuando, refiriéndose a la propiedad privada, reconoce los derechos más altos de la sociedad.

De esta manera admite la expropiación -al ser exigida por la necesidad pública o la utilidad general que pudieran tener los bienes- y una justa indemnización -cuando las circunstancias lo ameritaba- de los bienes pertenecientes a la oligarquía. Con este acto, Bolívar se convirtió en el primer gobernante interesado en la seguridad social -porque aspiró garantizar a cada uno un lugar en medio de todas las alternativas de la vida social- y en el primero en efectuar en el territorio de las repúblicas liberadas las dos mayores nacionalizaciones que registra nuestra historia.

1 de septiembre de 1795. SE CONOCIERON MIRANDA Y NAPOLEÓN BONAPARTE

Un dia como hoy, conoció Napoleon Bonaparte a Francisco de Miranda, al tropezar casualmente en la calzada de la casa de una célebre cortesana y cuando Napoleón supo que Miranda era el célebre general americano de quien tanto se hablaba en París, pidió ser presentado.

 

Miranda vivía entonces en el hotel Mirabeau, donde se holgaba a sus anchas y con todas las comodidades de un soberano.

Su suite tenía muchas pinturas y esculturas de famosos artistas en sus salas lujosamente amuebladas; había regalos de potentados, hombres célebres de la época y otros que Miranda había adquirido en sus muchos viajes.

Aceptado por los más notables de la sociedad de París, no había reuniones, bailes, tertulia o actos, donde el célebre girondino no representase un importante papel.

Mientras que Bonaparte (lugarteniente del vizconde de Barras), no gozaba para ese entonces de nombre y sólo se le conocía por su defensa a Tolón.

A Miranda, le gusto de Napoleón, sus medidas enérgicas para salvar la Convención y las frases de odio contra Inglaterra, fue por ello que le invito a una comida en su vivienda del hotel Mirabeau, después de la comida, ambos concluyeron en continuar sus coincidentes relaciones políticas.

Refiere Miranda: 

"El día en que Bonaparte, vino a comer conmigo, noté que se había impresionado al ver el lujo de mis salas. 

Para esta comida había reunido algunas de las personas con los caracteres más enérgicos y todos nos expresamos como hombres de convicciones y de idénticos pareceres. 

Con sorpresa observé que Bonaparte receloso, pensativo, movía la cabeza y pronunciaba monosílabos contra las opiniones que todos habíamos emitido acerca de la necesidad de desplegar cierta energía suprema".

Más tarde supo Miranda que Napoleón había dicho: 

“Miranda no es un republicano sino un demagogo”.

Con el transcurso del tiempo Napoleón llegó a definirse como conquistador de Europa y Miranda continuo luchando por la Libertad.

Quien fue el demagogo?

MIRANDA IMPUSO CONDICIONES PARA INGRESAR AL EJÉRCITO FRANCÉS

Francisco de Miranda, fue invitado a ingresar con el grado de Mariscal de Campo en el Ejército Revolucionario de Francia, ningún otro extranjero había podido obtener tan alto cargo en este ejército y para ingresar presento 3 condiciones fundamentales:

1.-: Que se aclare que su ingreso al ejército revolucionario obedecia a una invitación de Francia y no a una insinuación suya. 

2.-: Pidio combatir bajo las órdenes directas del general Dumouriez. 

3.-: Pidio que Francia lo apoyara para lograr la independencia de Sudamérica.

Los franceses aceptaron los dos primeros puntos e hicieron un acuerdo tácito sobre el tercero, confiriéndole el grado de mariscal de campo, el 1 de septiembre le hicieron el nombramiento oficial y cinco días más tarde partió al frente de batalla.

Al enterarse de su paso a las filas revolucionarias, la zarina Catalina II, reprobo su conducta y la considera como prueba de una gran ingratitud, alegando que sin su ayuda ya habría perecido en las cárceles españolas.

El enfado de la Emperatriz obligo a su amigo, el conde Vorontsov, a romper su relación oficial con él a pesar del sincero afecto que le guardaba.

Miranda, demostró sus grandes dotes en batalla, al vencer a los ejércitos prusiano y austríaco en Valmy, por lo que lo ascendieron a Teniente/general.

Posteriormente, en Holanda, logró tomar las ciudades de Amberes y Roermond, por estos triunfos militares se convirtió en el único americano en estar en el Arco del Triunfo en París.STIFICADA