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sábado, mayo 28, 2011

BREVE HISTORIA DE 65 DIPUTADOS VENDE PATRIA (I)


Caracas, 26 May. AVN (Hernán Mena Cifuentes).- Estados Unidos, que aún vive en medio del lujo, comodidad y opulencia gracias a la riqueza que amasó como imperio saqueando los recursos naturales de los pueblos del Tercer mundo, a los que explotó como esclavos plagándolos de miseria, hambre, ignorancia y enfermedad, hoy pretende, reconquistar a unos, a través de guerras, y a otros, con el arma del chantaje, como a Venezuela e Irán, aplicándoles sanciones ilegales e ilegítimas.

Por ello, es comprensible que haya atacado una vez más a Venezuela aplicando sanciones a Pdvsa por venderle gasolina a Irán, pues se trata del histórico enemigo, no solamente de nuestro país, sino de la soberanía, libertad y dignidad de todas las naciones del planeta, ya que en el contexto de la siniestra lógica que le otorga su condición de imperio pretende conquistar al mundo a través de guerras, conjuras y actos de chantaje como esa ilegítima medida.

Pero, lo que sí resulta vergonzoso, es que unos parlamentarios venezolanos, apátridas y traidores, la totalidad de los miembros de la Asamblea Nacional que conforman la oposición, actuando como sumisos y obedientes lacayos del Imperio, se negaran a condenar la sanción, traicionando la confianza del pueblo que les dio su voto confiado en que, al momento de una agresión a la soberanía de la patria, la unidad prevalecería por encima de cualquier diferencia con el gobierno.

No sorprenda a nadie su actitud, ya que esa ha sido siempre la conducta política antiética y amoral asumida por la oposición golpista desde el mismo momento en que Hugo Chávez Frías asumió la presidencia del país en 1999, doce años de permanente actividad desestabilizadora, como el sabotaje petrolero, las guarimbas, huelgas, importación de mercenarios y otras acciones que fracasaron pero que ocasionaron graves pérdidas a la economía del país.

Sin embargo, el negarse a condenar esa perversa acción, han perdido, en opinión de mucos analistas y observadores del proceso político venezolano, gran parte de la escasa credibilidad y apoyo que gozaban, en un momento crítico, dado el hecho de que está próxima la celebración de nuevas elecciones presidenciales, en las que Chávez figura como candidato favorito, mientras en el seno de la oposición se libra una lucha a cuchillo para imponer el suyo.

Fue un grave error político que hunde aún más en el descrédito a una oposición cuyos parlamentarios cayeron en su propia trampa al negarse a condenarlas, como lo hicieron 96 diputados patriotas y el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, que denunciará la medida ante la ONU y otros organismos internacionales, lo mismo que las 9 naciones miembros del ALBA; las 18 de Petrocaribe y otros países amigos del proceso revolucionario.

Pero, lo que hace aún mas indigna, deshonrosa, inmoral, indecorosa, bochornosa y abyecta la posición asumida por esos vende-patria, es que la medida yanqui está sustentadas en una ley que ellos saben que carece de legitimidad y legalidad. Una aberración jurídica, por su carácter de extraterritorialidad, gemela de esos dos engendros violatorios del Derecho Internacional y de principios éticos y morales que son las leyes Torricelli y Helms-Burton aplicadas a la Cuba revolucionaria.

Fueron esas leyes, Torricelli (1991) y Helms-Burton (1996) las que condujeron al recrudecimiento del brutal bloqueo impuesto por EE UU a Cuba a raíz del triunfo de la Revolución cubana que puso fin a la última de las dictaduras impuestas por el Imperio durante medio siglo, y que pese a los aberrantes actos de violencia y agresión que desató contra la economía, comercio, finanzas y salud del pueblo cubano no ha podido doblegar su dignidad y resistencia.

La oposición golpista, a pesar de estar consciente de que las sanciones podrían acarrear a Venezuela consecuencias similares a las generadas en Cuba, dado que el gobierno bolivariano no está dispuesto a ceder al chantaje imperial que pretende vulnerar su dignidad y soberanía buscando que suspenda el envío de gasolina a Irán, ha llegado al extremo del descaro e hipocresía de calificarlas como “inocuas,” pretexto al que recurren para justificar de alguna forma la medida.

¿Quién le habrá dicho a esa canalla, que solo se trata de una cuestión de forma" cuando por encima de ello, está la dignidad, valor moral y espiritual situado más allá del alcance de su miope visión de lacayos, y que da sentido a las causas justas y a la vida misma, que se arriesga sin importar las consecuencias, cuando enfrenta la altanería y soberbia de un imperio, por mas fuerte y poderoso que este sea.

Así lo entiende y siente el gobierno bolivariano, cuando, en respuesta al anuncio de las sanciones imperiales, emitió, a través de su cancillería un Comunicado en el que expresa el sentir de la inmensa mayoría del pueblo venezolano, al manifestar “su más contundente repudio a esta decisión, por constituir una acción hostil situada al margen del Derecho Internacional, violatoria de los principios enunciados por la Carta de la ONU.”

En su párrafo final, el documento “hace un llamado a todo el pueblo venezolano, a la clase trabajadora, y muy especialmente a los trabajadores petroleros, a mantenerse alertas y movilizados en defensa de nuestra PDVSA y de la sagrada soberanía de la patria,” llamado que fue escuchado y respondido de inmediato por el soberano, que a lo largo y ancho del país han expresado su completo apoyo al gobierno revolucionario que lidera Hugo Chávez Frías.

Y el propio mandatario, aunque alejado momentáneamente en persona de su pueblo por sufrir una lesión en una de sus rodillas, pero siempre vigilante y atento al desarrollo de los acontecimientos que se suceden en Venezuela y el resto del mundo, envió un firme mensaje de respuesta a Barack Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra, relacionado con la ilegal e ilegítima sanción impuesta a Pdvsa.

El jefe del Estado venezolano, le envió su homólogo yanqui el mensaje a través de “Twiter”, haciéndole saber que “el verdadero impacto de la nueva agresión gringa es la potenciación de la moral nacionalista y patriótica de Venezuela”, recordándole por otra parte, como el reto de un moderno David al nuevo Goliat que es el Imperio yanqui, “que somos los hijos de Bolívar,

Y es que, así como hace dos siglos El Libertador venció a un Imperio, la Revolución bolivariana ha logrado derrotar todas las conspiraciones que por órdenes de Washington ha desatado la golpista oposición venezolana en los últimos doce años, como esa infame y burda calificación de “inocua” que 64 parlamentarios vasallos de EE UU le dieron a la sanción con la que se pretendía chantajear al proceso y a su líder, olvidando lo que Chávez dijo: “Que somos hijos de Bolívar.”

Hernán Mena Cifuentes
23:32 26/05/2011

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