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martes, julio 20, 2010

IGLESIA EVANGÉLICA PENTECOSTAL VENEZOLANA LLAMA A FORTALECER LA UNIÓN DEL PAÍS

Caracas, 20 Jul. La Voz De San Joaquin / Fuente : AVN .-

Bajo el nombre de Carta de la Piedad, los representantes de la Iglesia Pentecostal en Venezuela hicieron público este lunes un pronunciamiento dirigido al pueblo venezolano, en el que exhortan a fortalecer la unión y recordar que las instituciones religiosas no tienen vocación mercenaria ni son entes comerciales.

“Somos gente del pueblo que servimos a la comunidad”, manifiesta el texto del comunicado, reseñado por el diario Correo del Orinoco, publicado en su portal web.

Además, señala que por primera vez en la historia política de Venezuela se ha convocado a los representantes evangélicos a aportar en la construcción de un nuevo modelo de país.

“Todos los evangélicos y evangélicas debemos entender que estamos viviendo momentos de profunda crisis, pero también de esperanzas y cambio. La opción por la unidad con propósito liberador debe trascender cualquier interés particular, porque nos parece que estamos en un momento en el cual hemos sido convocados, por primera vez en la historia política de Venezuela, a aportar en la construcción de un nuevo modelo de país", reza el documento.

Asimismo, señala: "...Llegó la hora de sumar esfuerzos, voluntades y acciones a favor de la liberación de nuestro país de la esclavitud de corrupción en la cual lo sumergieron los poderes tradicionales".

Con este documento, la Iglesia Pentecostal en Venezuela expresa su posición en torno a la coyuntura que actualmente se vive en el país y toma en consideración que la crisis del capitalismo mundial agrede la creación, destruye el planeta y deja de lado el bienestar colectivo, acciones que ponen en peligro los procesos de transformación que se dan en la nación, a su juicio.

A continuación, el texto del comunicado:

“La UEPV, Iglesia Nacional establecida desde hace más de 50 años en nuestro país, investidos por el Poder del Espíritu Santo y fieles a nuestros orígenes contestatarios, bolivarianos, conscientes del aporte que los cristianos evangélicos de las primeras sociedades misioneras llegadas a Venezuela a finales del siglo XIX y principio del XX han hecho al proceso de transformación al ser portadores de un mensaje superior de progreso, pluralismo, democracia y cambio en contraposición a una religiosidad imperante marcada por el oscurantismo colonial, la intolerancia y opuesta a los cambios. Haciéndonos eco de nuestras raíces liberadoras, amparados en la libertad que nos da Nuestro Señor Jesucristo y con la garantía que nos da vivir en democracia, presentamos nuestra opinión ante la coyuntura actual que vive nuestra Patria.

“La crisis global del capitalimso mundial y su impacto global

“Vemos con preocupación la situación mundial, las fuerzas terroristas imperiales, que imponiendo su vocación guerrerista, agreden a los pueblos que construyen su libertad, asesinan en nombre de Dios, de la democracia y de una supuesta búsqueda de la paz. Esta situación, en el marco de una crisis civilizatoria y bajo un modelo de desarrollo que agrede la creación, destruye el planeta y deja de lado el bienestar colectivo, tiene sus consecuencias en nuestro continente, provocando acciones que ponen en peligro los procesos de transformación que se dan en nuestra Patria Venezuela.

“Como voz profética en América Latina y el Caribe, tenemos el deber de denunciar la agenda que el régimen herodiano de hoy, el Imperio Norteamericano, con sus respectivos fariseos nacionales aplica en Venezuela, para intentar acabar con las bendiciones que hemos recibido a través de las transformaciones que hoy nos han dado inclusión.

“El tiempo de Dios para Venezuela ha llegado

“En Venezuela estamos en los umbrales de un tiempo maduro, un tiempo oportuno, un tiempo propicio, que nos permite la participación activa de todos y todas y de cada uno en el apostolado de dirigir al pueblo cristiano y a la comunidad venezolana en general, en sus luchas por construir un modelo social, económico, político, cultural más justo y más humano.

“La crisis del capitalismo mundial y el fracaso del modelo neoliberal que en el siglo XXI generó más pobreza, el deterioro más fuerte del ambiente. La agudización de estas contradicciones y el proceso de liberación en Venezuela han posibilitado el resurgimiento de la conciencia libertaria y emancipadora en diversos sectores de la sociedad venezolana y latinoamericana quienes han reclamado un cambio profundo y estructural. Pensamos que esta nueva conciencia encendió la llama del Cambio y no se detendrá hasta lograrlo.
“Esta llama encendida por el cambio estructural ha llegado también a sectores de la comunidad evangélica en Venezuela.

“Todos los evangélicos y evangélicas debemos entender que estamos viviendo momentos de profunda crisis pero también de esperanzas y cambio. La opción por la unidad con propósito liberador debe trascender cualquier interés particular, porque nos parece que estamos en un momento en el cual hemos sido convocados, por primera vez en la historia política de Venezuela, a aportar en la construcción de un nuevo modelo de país, más acorde con el Reino y la Justicia de Dios. Es la hora, y llegó la hora de sumar esfuerzos, voluntades y acciones a favor de la liberación de nuestro país de la esclavitud de corrupción en la cual lo sumergieron los poderes tradicionales.

“Debemos entender que el proceso de transformación que vive Venezuela y que tiene su máxima expresión en la actual Constitución Nacional es parte de la reconstrucción de la esperanza, y son signos visibles del reino de Dios que se acerca a nosotros. Frente a esta esperanza, los cristianos evangélicos no debemos sentirnos ni inseguros, ni amenazados, sino desafiados. Invitamos, entonces, al pueblo evangélico venezolano a ir sumando voluntades, esfuerzos y acciones a favor de este proceso de transformación que se está produciendo en Venezuela que promueve un orden más justo, más humano, de igualdad y equidad para todos y todas.

“Nuestras iglesias no tienen vocación ni mercenaria, ni son entes comerciales, somos gente del pueblo que servimos a la comunidad, por lo tanto, nuestros templos han servido en muchos sitios como espacio para que actúen las misiones y toda la comunidad, incluyendo a nuestra feligresía, participen y se beneficien de los programas sociales del Estado Venezolano.

“Se hacen presentes en esta declaración nuestras obispas y pastoras, como voceras, de las hermanas de nuestras iglesias, mujeres organizadas hace más de 50 años, quienes desde siempre han luchado por los valores de la familia y por nuestra niñez y hoy se sienten dignificadas por los derechos reconocidos en la Carta Magna y por los diferentes programas que desarrolla la Revolución.

“Hacemos un llamado a nuestras iglesias a mantenernos en oración y vigilia constante para que el Espíritu Liberador de nuestro Señor siga protegiendo la vida y el testimonio de quienes lideran este proceso y nos siga impulsando en la construcción de la nueva humanidad”.

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