ODIO VISCERAL DE LA OPOSICIÓN GOLPISTA GENERA SU AUTODESTRUCION
Caracas, 02 Sep. AVN (Por Hernán Mena Cifuentes).- En nuestro planeta, minúsculo grano de arena en la inmensidad del universo, existe algo aún más grande que el cosmos. Es el odio visceral que sienten, propio de la miseria humana que corroe sus mentes, los miembros de la oposición golpista contra las instituciones de la Revolución Bolivariana, contra su líder, Hugo Chávez Frías, y hasta contra el propio pueblo venezolano.
“Es la locura, la sin razón”, como la calificó el Mandatario venezolano, la que se destruye asimismo en su irracional afán por destruir a quien es objeto de su odio.
Su carencia de sentimientos, de valores éticos y morales rayana en el salvajismo de las fieras, no entiende del respeto a los organismos representativos de la democracia ni mucho menos a la armonía y convivencia entre los seres humanos. Sus insultos, entre algunas de sus perversidades, ofenden la dignidad del jefe del Estado y la honorabilidad de la mujer venezolana.
Su inhumanidad es tan evidente que no sólo se burlan o dudan del grave mal que aflige al presidente, sino que llegan al extremo de desearle hasta la muerte, y la bajeza de sus actos es tan profunda que llegaron a comparar con un burdel a varios ministerios y otros organismos oficiales, y a sus titulares, dignas damas, como trabajadoras sexuales.
El vehículo que moviliza la pesada carga de su odio es la prensa mercenaria, un ejército de órganos de difusión que desde adentro y fuera del país utiliza su poderoso y letal arsenal de calumnias y mentiras, diseñado y financiado por Washington, para conspirar día y noche, sin darse tregua ni descanso, contra la estabilidad del proceso revolucionario en su insensato deseo por destruirlo, siendo Chávez su blanco principal.
Esa ofensiva se inscribe en el contexto del más implacable proyecto desestabilizador jamás puesto en práctica por el imperio contra una revolución pacífica e inédita. Su violencia sólo es comparable a la utilizada durante más de medio siglo contra la revolución cubana y su líder, pero, al igual que Fidel Castro, Chávez ha podido derrotarlo con el apoyo de un pueblo y una fuerza armada leal, dispuestos a defenderla hasta con sus vidas, como bien lo han demostrado.
Desde la victoria electoral de Chávez, cuando comenzó la actividad golpista contra su gobierno, han pasado 12 años de violentos atentados que han dejado como saldo numerosas muertes y cuantiosas pérdidas materiales y económicas. Entre los más graves figuran un golpe de Estado, un sabotaje petrolero, una invasión de mercenarios colombianos cuyo objetivo era asesinar al presidente, guarimbas y otras perversidades, pero todas fracasaron.
Pero el imperio no le perdona a Chávez el haber sido el impulsor del proceso integrador que a través de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (Alba) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se adelanta en la gran patria latinoamericana y caribeña. Es por eso que, en defensa de sus mezquinos intereses, insiste en destruir a la Revolución Bolivariana y a su líder, así como al resto de los gobiernos progresistas que participan en el proceso unificador.
Lo hace a través de un macabro plan desestabilizador global, entre cuyas herramientas no solamente usa a los apátridas pitiyanquis de la oposición golpista criolla. Utiliza también a las rancias oligarquías de la región, sus principales cómplices durante más de un siglo, en el monumental saqueo de los recursos naturales de esos países, pillaje que dejó como herencia, hambre, ignorancia, enfermedad, miseria y otras plagas sociales.
Desde el viejo continente llegan también los dardos envenenados de su odio, lanzados en el Parlamento Europeo por los fascistas herederos de hitlerismo y el franquismo, quienes cada vez que se acercan unas elecciones en la patria de Bolívar arrecian, junto con los apátridas criollos, su ofensiva contrarrevolucionaria.
Y, como ahora, cuando se aproxima un nuevo proceso comicial, junto con sus secuaces, la oposición golpista arremete otra vez con su plan desestabilizador, consciente de que por la vía electoral no podrá vencer a Chávez. Es que no tiene candidato capaz de igualar su capacidad de liderazgo para conducir al pueblo venezolano y los del resto de la región hacia nuevas metas de progreso, desarrollo y bienestar social, por lo que comete el mismo error: el camino del golpismo.
El peligro lo ha denunciado el propio Chávez en más de una oportunidad y hace apenas unos días lo hizo el destacado periodista y político revolucionario José Vicente Rangel. El comunicador social manifestó en su programa televisivo que “la provocación tiene que ser respondida con decisión si no se quiere exponer al país a una aventura similar a la del 11 de abril de 2002 y al golpe contra la industria petrolera de ese mismo año”.
“Los vientos que soplan de nuevo tienen la misma característica de los que recorrieron el territorio nacional hace nueve años", advirtió, y en tal sentido alertó sobre el riesgo de desestabilización.
Agregó que en este contexto se inscribe la publicación que hizo el semanario 6to. Poder, en el cual se presenta como cabareteras a seis honorables damas titulares de igual numero de poderes públicos.
Aseguró que “la intención de la publicación es provocar, pero también hay que ubicarla en la escalada de descalificación de las instituciones de la República y de quienes la representan. La ofensiva actualmente desatada contra las instituciones tiene impreso el sello de la subversión contra la democracia y el Estado de derecho”.
De lo que no existe duda alguna es que su objetivo central es la destrucción de la imagen y el derrocamiento del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y líder del proceso revolucionario. Tratar de impedir, por mandato del imperio, que se cumpla lo que es sueño del comandante y del pueblo venezolano de establecer en el país, por la vía democrática y pacífica, el socialismo del siglo XXI.
Hacia ese fin están dirigidas todas sus actividades subversivas, por lo que la ofensa y descalificación de todo cuanto diga y haga Chávez es motivo de críticas y rechazo en de los medios asalariados del imperio. En sus páginas de información, opinión y editoriales abundan el improperio contra su persona, la burla e impugnación a cualquier proyecto que anuncie, además hay una ausencia casi total de información sobre las muchas realizaciones del gobierno.
Y en el marco de esa conjura, los más sesudos analistas y “profetas del desastre” de la oposición golpista se trasnochan todos los días en busca de un nuevo espacio donde inocular el veneno de su engaño y mentiras, que dejó de surtir el letal efecto que antaño tenía, porque la sabiduría y conciencia revolucionaria que ha adquirido el pueblo lo hace inmune a su ponzoña.
A ello ha contribuido la aparición en el escenario de la comunicación social de una variedad de medios alternativos populares que han frenado la avalancha de desinformación y manipulación de la noticia, hasta hace poco tiempo bajo el dominio casi exclusivo de la prensa mercenaria.
Sus protagonistas principales son “los medios de comunicación pública que se sostienen por el mandato y legitimidad del pueblo”, como lo manifestó Freddy Fernández, director de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), adscrita al Ministerio de Comunicación e Información.
El periodista hizo la afirmación este martes, durante su intervención en la primera reunión oficial de la Unión Latinoamericana de Agencias de Noticias que se celebra en Quito, Ecuador.
“El Estado es la materialización de toda la sociedad, en el que coincidimos todos los ciudadanos. Así que los intereses del Estado son los intereses más colectivos en cualquier parte del mundo. El Correo del Orinoco, que hace una semana celebró el segundo aniversario de su fundación, es claro ejemplo de ello", expresó Fernández.
Este diario tomó el nombre de su predecesor de hace dos siglos, creado por Bolívar, cuyo genio vislumbró la importancia y necesidad de poseer un medio capaz de dar a conocer al mundo la justicia y el deseo de libertad de la gesta independentista que lideraba. Su primer número apareció el 27 de junio de 1818, bajo el revolucionario lema: “Somos libres, escribimos en un país libre y no nos proponemos engañar al público”.
La consigna la heredó el Correo del Orinoco de hoy, creado por Chávez con el mismo propósito e ideal que inspiró al Libertador, quien calificó al medio original como “artillería de pensamiento”, llamado a combatir el yugo desinformativo y manipulador que imponía la prensa realista de entonces, sustituida hoy por la prensa mercenaria asalariada del imperialismo.
Y ahora, cuando se aproxima el día de la elección presidencial, fijada para diciembre de 2012, en la cual se ha de enfrentar la Revolución Bolivariana y las huestes de la oposición golpista, el pueblo venezolano se dispone a librar esa batalla decisiva que habrá de darle una vez más el triunfo a su indiscutible líder, Hugo Chávez Frías.
No importa que el imperio y sus vasallos insistan en la ejecución del proyecto desestabilizador que han desencadenado para impedirlo, porque el pueblo, ese que margina, discrimina y hasta odia la oposición golpista, ya no es el mismo de antes. Ha cambiado para siempre.
Es inmune al veneno de sus mentiras que tanto daño hizo a Venezuela en épocas felizmente superadas, por lo que hoy, bajo la guía del Comandante, marcha en busca del futuro que le ofrece el socialismo del siglo XXI, estandarte y bandera de la Revolución Bolivariana.
Hernán Mena Cifuentes
20:21 02/09/2011
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