Valencia, 02 Febr. AVN .- Industrias Diana Socialista, recuperada en 2008 por el Estado venezolano, ha levantado 64% los niveles de producción de alimentos, cifra nunca antes alcanzada por la empresa bajo el modelo capitalista.
Al momento de su nacionalización, la empresa producía 1.100 toneladas al mes, luego de este proceso en 2009 sumó 2.983 toneladas mensuales, lo que representó 30% de incremento, y para junio de 2010 se registró una cifra de 6.988 toneladas.
El gerente de Planificación y Control de Gestión de Industrias Diana Socialista, Cristóbal Rea, dijo: "Crecimos ese 64%, no porque incorporamos nuevas líneas, ya que trabajamos con la misma capacidad instalada, sino por el esfuerzo de los trabajadores y su compromiso con Venezuela”.
Esta sociedad, que para la época estaba en quiebra, se ha venido recuperando de manera progresiva con el esfuerzo conjunto entre el Gobierno y sus trabajadores, tras años de desatención por parte de sus antiguos dueños.
Cristóbal Rea informó: “Ha sido la propia masa obrera, comprometida con el país y con el proceso bolivariano, que ha levantado la producción de alimentos en más de 64%, en comparación a los niveles registrados en la Diana capitalista”.
La mejora sustancial se ve reflejada en las 6.988 toneladas mensuales que se produjeron en junio de 2010, lo que representa un récord histórico en esa empresa de alimentos.
“Estamos demostrando que las empresas nacionalizadas si producimos y que incluso podemos ser más exitosas que las empresas que están bajo la tutela del sector privado”, afirmó.
Mantenimiento preventivo en marcha
Desde la nacionalización, en Industrias Diana se realizan dos paradas programadas anuales para ejecutar el mantenimiento preventivo necesario en toda la maquinaria existente en la planta.
“Cuando entramos en la planta conseguimos equipos desfasados, sin planes de mantenimiento. Aquí tenemos maquinaria de más de 50 años y hemos logrado mantenerlas activas, cuando los antiguos dueños la tenían abandonadas”, dijo el gerente de Planificación.
El Consejo de Trabajadores conformado en la fábrica tuvo gran influencia en el rescate de la maquinaria, ya que en mesas de trabajo diseñaron planes para rescatar esos equipos por sus propios medios y experiencia, incidiendo en el incremento de la producción.
Actualmente, Industrias Diana cuenta con ocho líneas de producción activas: las de margarina La Estancia, en presentaciones de 500 gramos, 1 kilo y la industrial de 5 kilos; las líneas de manteca Aura, de cuñete y de 15 kilos; la línea de aceite Diana, de un litro, y las de jabón azul Carey, de 200 gramos en las presentaciones de aroma a Bebe, Floral, Lavanda y Fresh y Tradicional.
“Cuando el Estado rescató esta empresa sólo estaba funcionando la línea de aceite de un litro. El resto de las líneas de producción estaban abandonadas”, dijo Rea.
Se estima que en febrero se active la línea de Glicerina, producto altamente consumible en el país en las áreas farmacéutica, con el procesamiento de jabón de tocador y cremas, entre otros productos.
Calidad garantizada
Industrias Diana posee mecanismos de control y vigilancia de sus procesos, para garantizar que el producto que consumen los venezolanos posea los más altos niveles de calidad.
“En Diana se hacen chequeos minuciosos de los materiales que ingresan para ver si cumplen con las normas de calidad y estándares, de no ser así inmediatamente es rechazado el producto, a fin de que sólo se procesen aquellos que llenen las exigencias del ramo alimenticio”, indicó.
Reivindicaciones de la masa trabajadora
Además de los altos niveles productivos de Diana Socialista, la empresa también presenta mejoras sustanciales en cuanto a los beneficios laborales y reivindicaciones salariales de la masa obrera.
Así lo corroboró Yradi Salas, trabajador de la planta, quien tiene 16 años laborando en la empresa en el área de margarina.
“Son muchos los logros que hemos obtenido con la nacionalización. Nos sentimos dignificados y con muchas ganas de seguir luchando por lograr la soberanía alimentaria del país, ya que es un compromiso que adquirimos con el presidente Hugo Chávez”, dijo.
En la actualidad, Industrias Diana cuenta con 640 trabajadores, quienes disfrutan de mejores beneficios laborales, entre ellos un salario base de 2.048 bolívares, lo que representa 35% más que lo que devengaban bajo el modelo privado.
Además poseen seguro HCM, con cobertura de 140.000 bolívares, mientras que anteriormente apenas alcanzaba 10.000 bolívares.
“Tenemos servicio de gastos funerarios y cesta tiques. Antes no teníamos nada de eso. También bonos por útiles escolares para nuestros hijos, un servicio de comedor en la planta de buena calidad entre otros beneficios que anteriormente era impensable que tuviésemos”, informó.
Otro beneficio alcanzado gracias al modelo socialista es la constante formación y capacitación que reciben los obreros dentro de las instalaciones.
Fábrica adentro se han creado espacios para el funcionamiento de las misiones educativas Robinson, Ribas y Sucre.
También la instalación de un Centro de Adiestramiento y Desarrollo Tecnológico de Aceites y Grasas Simón Rodríguez, en el que los trabajadores se forman bajo la mirada humanista, entendiendo el salto cualitativo que debe existir dentro de la institución para garantizar el avance de la Revolución, que se ha iniciado dentro de la empresa.
Relación con las comunidades
En materia de atención directa a las comunidades del estado Carabobo, la empresa ha recorrido un largo camino, pues desde la nacionalización, ha abierto sus puertas al pueblo, impulsando además la conformación y consolidación de consejos comunales y de las comunas.
En este sentido, gerente de Planificación, Cristóbal Rea, explicó que la masa obrera de esta empresa socialista, de manera voluntaria, se ha incorporado al apoyo a las comunidades con distintos programas, entre ellos la atención o venta directa de los rubros que se fabrican en la planta mediante operativos a cielo abierto para que la población adquiera los productos los precios de costo.
También realizan donaciones en los ámbitos deportivos y culturales, como la reparación de canchas deportivas, entrega de medicamentos a las comunidades que lo soliciten, jornadas de sustitución de bombillos y reparación de escuelas.
Al momento de su nacionalización, la empresa producía 1.100 toneladas al mes, luego de este proceso en 2009 sumó 2.983 toneladas mensuales, lo que representó 30% de incremento, y para junio de 2010 se registró una cifra de 6.988 toneladas.
El gerente de Planificación y Control de Gestión de Industrias Diana Socialista, Cristóbal Rea, dijo: "Crecimos ese 64%, no porque incorporamos nuevas líneas, ya que trabajamos con la misma capacidad instalada, sino por el esfuerzo de los trabajadores y su compromiso con Venezuela”.
Esta sociedad, que para la época estaba en quiebra, se ha venido recuperando de manera progresiva con el esfuerzo conjunto entre el Gobierno y sus trabajadores, tras años de desatención por parte de sus antiguos dueños.
Cristóbal Rea informó: “Ha sido la propia masa obrera, comprometida con el país y con el proceso bolivariano, que ha levantado la producción de alimentos en más de 64%, en comparación a los niveles registrados en la Diana capitalista”.
La mejora sustancial se ve reflejada en las 6.988 toneladas mensuales que se produjeron en junio de 2010, lo que representa un récord histórico en esa empresa de alimentos.
“Estamos demostrando que las empresas nacionalizadas si producimos y que incluso podemos ser más exitosas que las empresas que están bajo la tutela del sector privado”, afirmó.
Mantenimiento preventivo en marcha
Desde la nacionalización, en Industrias Diana se realizan dos paradas programadas anuales para ejecutar el mantenimiento preventivo necesario en toda la maquinaria existente en la planta.
“Cuando entramos en la planta conseguimos equipos desfasados, sin planes de mantenimiento. Aquí tenemos maquinaria de más de 50 años y hemos logrado mantenerlas activas, cuando los antiguos dueños la tenían abandonadas”, dijo el gerente de Planificación.
El Consejo de Trabajadores conformado en la fábrica tuvo gran influencia en el rescate de la maquinaria, ya que en mesas de trabajo diseñaron planes para rescatar esos equipos por sus propios medios y experiencia, incidiendo en el incremento de la producción.
Actualmente, Industrias Diana cuenta con ocho líneas de producción activas: las de margarina La Estancia, en presentaciones de 500 gramos, 1 kilo y la industrial de 5 kilos; las líneas de manteca Aura, de cuñete y de 15 kilos; la línea de aceite Diana, de un litro, y las de jabón azul Carey, de 200 gramos en las presentaciones de aroma a Bebe, Floral, Lavanda y Fresh y Tradicional.
“Cuando el Estado rescató esta empresa sólo estaba funcionando la línea de aceite de un litro. El resto de las líneas de producción estaban abandonadas”, dijo Rea.
Se estima que en febrero se active la línea de Glicerina, producto altamente consumible en el país en las áreas farmacéutica, con el procesamiento de jabón de tocador y cremas, entre otros productos.
Calidad garantizada
Industrias Diana posee mecanismos de control y vigilancia de sus procesos, para garantizar que el producto que consumen los venezolanos posea los más altos niveles de calidad.
“En Diana se hacen chequeos minuciosos de los materiales que ingresan para ver si cumplen con las normas de calidad y estándares, de no ser así inmediatamente es rechazado el producto, a fin de que sólo se procesen aquellos que llenen las exigencias del ramo alimenticio”, indicó.
Reivindicaciones de la masa trabajadora
Además de los altos niveles productivos de Diana Socialista, la empresa también presenta mejoras sustanciales en cuanto a los beneficios laborales y reivindicaciones salariales de la masa obrera.
Así lo corroboró Yradi Salas, trabajador de la planta, quien tiene 16 años laborando en la empresa en el área de margarina.
“Son muchos los logros que hemos obtenido con la nacionalización. Nos sentimos dignificados y con muchas ganas de seguir luchando por lograr la soberanía alimentaria del país, ya que es un compromiso que adquirimos con el presidente Hugo Chávez”, dijo.
En la actualidad, Industrias Diana cuenta con 640 trabajadores, quienes disfrutan de mejores beneficios laborales, entre ellos un salario base de 2.048 bolívares, lo que representa 35% más que lo que devengaban bajo el modelo privado.
Además poseen seguro HCM, con cobertura de 140.000 bolívares, mientras que anteriormente apenas alcanzaba 10.000 bolívares.
“Tenemos servicio de gastos funerarios y cesta tiques. Antes no teníamos nada de eso. También bonos por útiles escolares para nuestros hijos, un servicio de comedor en la planta de buena calidad entre otros beneficios que anteriormente era impensable que tuviésemos”, informó.
Otro beneficio alcanzado gracias al modelo socialista es la constante formación y capacitación que reciben los obreros dentro de las instalaciones.
Fábrica adentro se han creado espacios para el funcionamiento de las misiones educativas Robinson, Ribas y Sucre.
También la instalación de un Centro de Adiestramiento y Desarrollo Tecnológico de Aceites y Grasas Simón Rodríguez, en el que los trabajadores se forman bajo la mirada humanista, entendiendo el salto cualitativo que debe existir dentro de la institución para garantizar el avance de la Revolución, que se ha iniciado dentro de la empresa.
Relación con las comunidades
En materia de atención directa a las comunidades del estado Carabobo, la empresa ha recorrido un largo camino, pues desde la nacionalización, ha abierto sus puertas al pueblo, impulsando además la conformación y consolidación de consejos comunales y de las comunas.
En este sentido, gerente de Planificación, Cristóbal Rea, explicó que la masa obrera de esta empresa socialista, de manera voluntaria, se ha incorporado al apoyo a las comunidades con distintos programas, entre ellos la atención o venta directa de los rubros que se fabrican en la planta mediante operativos a cielo abierto para que la población adquiera los productos los precios de costo.
También realizan donaciones en los ámbitos deportivos y culturales, como la reparación de canchas deportivas, entrega de medicamentos a las comunidades que lo soliciten, jornadas de sustitución de bombillos y reparación de escuelas.
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