Viernes, 30 de Julio de 2010 La Voz De San Joaquin / fuente: Rayma Rondon-Prensa AN
Muchas opiniones coinciden con que el último ataque del gobierno de Colombia hacia Venezuela también le sirvió a Uribe para tapar, silenciar e invisibilizar los supuestos asesinatos cometidos por el Ejército colombiano. Los especialistas estiman que se pretende ocultar el presunto carácter genocida del Estado colombiano
En su discurso de despedida ante el Congreso de la República y otras instituciones colombianas, Álvaro Uribe Vélez ha olvidado mencionar un detalle: la fosa común más grande de Latinoamérica y una de las más grandes del mundo, ubicada detrás del cementerio de la población La Macarena, en el Meta, también está al lado de la base militar más grande de la región.Este cementerio clandestino comenzó a develarse el año pasado gracias a las reiteradas denuncias de los habitantes de esa región, los familiares de los desaparecidos y a la delegación de sindicalistas y parlamentarios británicos que investigaba la situación de derechos humanos en Colombia. Ellos han asegurado que la fosa comenzó en 2005 con el aval del Ejército nacional establecido en la zona, sobre todo en el sector que guarda estrecha relación con el paramilitarismo.La presión ejercida por parlamentarios oposicionistas al gobierno de Uribe, entre ellos las senadoras Piedad Córdoba y Gloria Inés Ramírez, además de un importante número de organizaciones no gubernamentales, lograron que se abriera una investigación. El hallazgo fue dantesco: una gigantesca fosa común con, aproximadamente, dos mil cadáveres en su haber. Como en muchos trabajos periodísticos, en éste también citaremos, textualmente, al jurista y secretario del Comité Permanente de Defensa de los Derechos Humanos de Colombia, Jairo Ramírez, al explicar su experiencia en el momento del macabro descubrimiento. “…lo que vimos fue escalofriante, había infinidad de cuerpos y en la superficie cientos de placas de madera de color blanco con la inscripción NN y con fechas desde 2005 hasta hoy”.Más adelante, Ramírez advirtió que el comandante del Ejército les indicaba que en la fosa se hallaban los cuerpos de los guerrilleros dados de baja en combate. Mientras que los pobladores de la localidad le aseguraban que los cadáveres eran de los líderes sociales, campesinos y defensores comunitarios que desaparecieron de la región sin dejar rastro.Hablando en venezolano: “más claro no canta un gallo”. La descripción de Ramírez nos puede llevar a imaginar lo que podemos observar a través de las publicaciones en la Internet. Se necesita estómago para soportar las terribles imágenes, pero es justo y necesario que las gráficas y los videos nos muestren lo que podría ser el resultado de la tan cacareada política de seguridad democrática de Uribe, peleada con los derechos humanos, y con la que se trata de justificar la ejecución del Plan Colombia, el Plan Patriota, el Plan Victoria, y el Plan de Consolidación Integral de La Macarena. Citemos al “Cuestión Digital” en el que la articulista Azalea Robles-La Haine puntualiza que: “La invisibilización de una fosa común de las dimensiones de la fosa de La Macarena obedece a que los negocios de multinacionales y oligarquías se basan en ese horror, y a que esta fosa es producto de asesinatos directamente perpetrados por el Ejército nacional de Colombia, lo cual prueba aún más el carácter genocida del Estado colombiano en su conjunto (más allá de su presidente Uribe, cuyos negocios y vínculos con el narcotráfico y el paramilitarismo están más que comprobados)”.La Haine también acusa de criminales a los medios de comunicación colombianos e internacionales, por su complicidad. “Los pueblos debemos romper el silencio con el que se pretende ocultar el genocidio. Urge la solidaridad internacional. Colombia es, sin duda, uno de los lugares del planeta en el que el horror del capitalismo se plasma de la forma más evidente, en su paroxismo más absoluto”.Antecedentes de la fosa común de La MacarenaLa fosa fue destapada en diciembre de 2009 debido a la fuerte presión de la que ya hablamos y a pesar de que la fiscalía colombiana hacía caso omiso a las denuncias de los campesinos y familiares de las víctimas. La mayoría de los críticos de este abominable hallazgo se han atrevido a comparar este hecho con la barbarie nazi.Todo indica que la fosa se inició en 2005, pues así lo certifican los cuerpos de más vieja data de muerte encontrados en ella. Y aunque los organismos del Estado colombiano niegan la existencia de la fosa común, pese a la verificación in situ de los organismos mencionados más adelante, debemos destacar una información resaltada en muchos medios de prensa.“Una representación de Europa y Estados Unidos, encabezada por seis eurodiputados, certificó este viernes (23 de julio de 2010) -tras una audiencia pública en la localidad de Macarena- la existencia de una fosa común con dos mil cadáveres no identificados”.La representación del Centro de Investigación y Educación Popular y Programa por la Paz (Cinep-PPP) informó que se consignaron en audiencia pública unas 52 declaraciones de los familiares de las víctimas. Asimismo, certificaron seis desapariciones forzadas cometidas por paramilitares y siete por el Ejército nacional.Han notificado, también, la existencia de desapariciones forzadas por “22 falsos positivos y la mayoría de los cuerpos de las víctimas fatales están en el cementerio de La Macarena”. Igualmente, advirtieron que han recibido denuncias por amenazas de muerte, de torturas y asesinatos.¿Y qué dice Uribe?A través de un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia publicado la semana pasada, el gobierno de Uribe desmiente a algunas organizaciones no gubernamentales y a los parlamentarios Piedad Córdoba e Iván Cepeda por las denuncias sobre la existencia de la fosa común en La Macarena.De igual forma, el comunicado indica que en ese camposanto sólo existen tumbas individuales que fueron excavadas en momentos diferentes, separadas entre sí por más de un metro de distancia. Además, aseguran que estas afirmaciones fueron verificadas por funcionarios del cuerpo diplomático acreditado en Colombia, que visitaron el municipio. La Cancillería también advirtió que en todos los casos existe documentación apropiada sobre las circunstancias de la inhumación que permite la identificación de los restos. Posteriormente, Uribe visitó La Macarena para despedirse de los funcionarios de la Base Militar acantonada en la zona. Allí reiteró los “logros” de su política de seguridad democrática, destacando la reducción de los homicidios en 45 por ciento y atribuyendo ese “triunfo” a la fuerza pública.Sobre la fosa común, el mandatario saliente negó el hallazgo diciendo que se trataba de una artimaña de los enemigos de su política. “…aquí vinieron los enemigos de la Seguridad Democrática hace pocos días a alimentar calumnias contra el Ejército de la Patria“. Argumentó que se trata de una trampa de los que pretenden sembrar el terrorismo.
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