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Arabia Saudí ha condenado a 26 personas a la pena de muerte por cargos tales como pronunciar discursos críticos con el régimen de los Al Saúd y participar en las protestas contra la familia gobernante.
Entre los condenados a muerte está el destacado clérigo shií, Sheij Nimr al-Nimr, que fue atacado, herido y detenido por las fuerzas de seguridad saudíes cuando se dirigía a su casa en la región de Qatif de la provincia del Este, el 8 de julio de 2012.
Nimr sido acusado de perturbar la seguridad del país, realizar discursos en contra del gobierno, insultar al rey de Arabia Saudí en las jutbas (sermones) de las oraciones del viernes y llevar a cabo una defensa de los presos políticos.
El activista shií Kamel Abbas al Ahmed, quien ha sido detenido tras criticar al régimen y luchar por la libertad religiosa y contra la discriminación de los shiíes, es otro convicto.
En 2009, Ahmed rechazó públicamente los comentarios del clérigo wahabí Adel al Kelbani, imam de la Gran Mezquita de Meca, que había afirmado que los musulmanes shiíes eran incrédulos.
A raíz de los comentarios de Kelbani, Ahmed se unió a un grupo de activistas políticos, que incluía a escritores e intelectuales, y ellos emitieron un comunicado diciendo que las autoridades saudíes eran las responsables de la discriminación sectaria contra los musulmanes shiíes en el reino.
Fazil Halal al Yami y Hassan Ahmad al Said son otros dos críticos condenados a la pena de muerte bajo la acusación de atentar contra la seguridad nacional, organizar manifestaciones contra el régimen y huelgas y fabricar cóckteles molotov para ser utilizados en contra de las fuerzas de seguridad saudíes durante las protestas.
Ali al Yalan Yarudi también ha sido condenado a muerte por su participación en manifestaciones contra el régimen, su conexión con el canal de noticias iraní en idioma árabe Al Alam y la fabricación de pancartas y carteles de condena del régimen de Al Saúd para su uso en las manifestaciones contra el régimen .
Otros condenados son Mujallaf Daham al Shemri, Mortaji Abu Al Saud, Hossein Ali al Barbari y Al Seyyed al Alawi Mortayi, que derribó la bandera nacional de Arabia Saudí, que estaba izada sobre el techo de una escuela.
Las organizaciones internacionales pro-derechos humanos señalan que Arabia Saudí ha puesto en práctica de forma persistente políticas represivas que ahogan la libertad de expresión, asociación y reunión en desafío a las leyes y normas internacionales.
Las manifestaciones y reuniones políticas pacíficas están prohibidas y muchas personas han sido encarceladas simplemente por publicar mensajes críticos hacia las autoridades en las redes sociales
.
Entre los condenados a muerte está el destacado clérigo shií, Sheij Nimr al-Nimr, que fue atacado, herido y detenido por las fuerzas de seguridad saudíes cuando se dirigía a su casa en la región de Qatif de la provincia del Este, el 8 de julio de 2012.
Nimr sido acusado de perturbar la seguridad del país, realizar discursos en contra del gobierno, insultar al rey de Arabia Saudí en las jutbas (sermones) de las oraciones del viernes y llevar a cabo una defensa de los presos políticos.
El activista shií Kamel Abbas al Ahmed, quien ha sido detenido tras criticar al régimen y luchar por la libertad religiosa y contra la discriminación de los shiíes, es otro convicto.
En 2009, Ahmed rechazó públicamente los comentarios del clérigo wahabí Adel al Kelbani, imam de la Gran Mezquita de Meca, que había afirmado que los musulmanes shiíes eran incrédulos.
A raíz de los comentarios de Kelbani, Ahmed se unió a un grupo de activistas políticos, que incluía a escritores e intelectuales, y ellos emitieron un comunicado diciendo que las autoridades saudíes eran las responsables de la discriminación sectaria contra los musulmanes shiíes en el reino.
Fazil Halal al Yami y Hassan Ahmad al Said son otros dos críticos condenados a la pena de muerte bajo la acusación de atentar contra la seguridad nacional, organizar manifestaciones contra el régimen y huelgas y fabricar cóckteles molotov para ser utilizados en contra de las fuerzas de seguridad saudíes durante las protestas.
Ali al Yalan Yarudi también ha sido condenado a muerte por su participación en manifestaciones contra el régimen, su conexión con el canal de noticias iraní en idioma árabe Al Alam y la fabricación de pancartas y carteles de condena del régimen de Al Saúd para su uso en las manifestaciones contra el régimen .
Otros condenados son Mujallaf Daham al Shemri, Mortaji Abu Al Saud, Hossein Ali al Barbari y Al Seyyed al Alawi Mortayi, que derribó la bandera nacional de Arabia Saudí, que estaba izada sobre el techo de una escuela.
Las organizaciones internacionales pro-derechos humanos señalan que Arabia Saudí ha puesto en práctica de forma persistente políticas represivas que ahogan la libertad de expresión, asociación y reunión en desafío a las leyes y normas internacionales.
Las manifestaciones y reuniones políticas pacíficas están prohibidas y muchas personas han sido encarceladas simplemente por publicar mensajes críticos hacia las autoridades en las redes sociales
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