Y en la cuadra cercana a la iglesia de Santa Bárbara, donde dobló la caravana, un montón de motorizados le tributaron saludos al Presidente con pitos y cornetas. Hasta allí estaba programada la actividad. Pero el gentío siguió en pasitrote el Tiuna hasta muy entrada la avenida Urdaneta, antigua avenida Padilla. De allí el Presidente enfiló hasta el hotel Tibisay (viejo Hotel del Lago) donde lo esperaba la estructura del Psuv en Zulia, conformada por los jefes (as) de calle y Unidades de Batalla Electoral Bolívar-Chávez, entre otros con su hoja del 1×10 en la mano.
En un espacio del salón estaba Francisco Ameliach, el de la estrategia electoral, revisando los números. “Aquí vamos muy bien”, comentó el ex presidente de la Asamblea Nacional repasando hojas y hojas. “Aquí en Zulia hay 2 millones 600 mil votantes, el 12% del padrón electoral nacional”, dijo el experto electoral. “En 2006 Chavez le ganó a Manuel Rosales las presidenciales y ganó en Zulia donde él era gobernador”, recordó Ameliach.
“Solo los municipios Maracaibo y San Francisco reúnen 1 millón 200 mil votos”, explicó Ameliach quien reconoció que en Zulia actualmente el chavismo ostenta cinco de 21 alcaldías: La Guajira, Miranda, Mara, Losada, Almirante Padilla y Semprún. En el acto estaban los cinco alcaldes y Maduro los saludó uno a uno. Pero cuando llegó al de Casigua El Cubo (municipio Jesús María Semprún), el Presidente recordó que allí vivió su padre, nacido en Sabanas Altas (Falcón). “Muchos nacidos en Falcón se venían a estudiar al Zulia”, apuntó.
En ese acto frente a los líderes del chavismo de base, Maduro recordó que La Chinita le salvó la vida aquel 4 de agosto de 2018 en la avenida Bolívar de Caracas cuando explotaron dos drones cargados de explosivos. “Media hora antes los cadetes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) me habían regalado una réplica de La Chinita”, evocó el Jefe de Estado quien estuvo en ese evento celebrando los 81 años de creación de la GNB. “Yo tomé la imagen de la virgen, le puse la mano en la cabeza y dije una oración: protege los caminos de mi vida”, relató Maduro.
La reunión con la estructura partidista terminó y Maduro se despidió bailando gaita. A mitad de camino paró la caravana para ingresar a la Basílica de La Chinita, donde está el retablo con la imagen de la virgen. Al salir, un grupo de trabajadores del estacionamiento que queda frente al templo, se paró en formación y saludo al primer mandatario. Ellos le tenían un regalo que Maduro se colocó en ese instante en el cuello. “Un collar protector”, dijo uno de ellos. Maduro conversó un rato con los trabajadores y cuando ya se iba volvieron a llamarlo. Él, con la mano en el pecho, les dio su palabra en el cumplimiento de algo que estos trabajadores le pidieron en silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario