lunes, 10 de febrero de 2014
La segunda ronda de conversaciones de paz, Ginebra III, tuvo un mal comienzo hoy con el mediador internacional, Lakhdar Brahimi, reunido con ambas partes pero por separado después que las violaciones a un alto el fuego en Homs y una ofensiva islamista retrasan sus esfuerzos. Antes de las conversaciones, Brahimi le pidió a los delegados a comprometerse primero a discutir cómo ponerle fin a la lucha y a la creación de un gobierno de transición; la oposición dijo que le había entregado Brahimi su visión de lo que es un gobierno de transición debe ser similar y presentó declaraciones de testigos que señalaban que el ejército sirio había disparado contra el convoy de ayuda Homs, mientras que el gobierno culpa a los rebeldes.
Los representantes del régimen sirio en las conversaciones culparon a los rebeldes extremistas por los ataques contra los convoyes de ayuda humanitaria, alegando que no querían que los civiles abandonasen sus hogares; el régimen sostiene que los rebeldes están utilizando a los civiles como escudos humanos, pero funcionarios de la ONU que entraron en la zona sitiada dijeron que no vieron ninguna evidencia para respaldar esa afirmación. Faisal Al-Meqdad, viceministro de Relaciones Exteriores de Siria, dijo que "el pueblo sirio no tomarán en serio las conversaciones mientras la violencia continúe”.
Hay poca evidencia sobre qué bando utilizó los bombardeos y francotiradores en Homs. Los vehículos habían llegado bajo una pausa humanitaria auspiciada por ONU destinada a permitir que las agencias de ayuda pudiesen entregar alimentos y medicinas a la parte vieja de la ciudad que está bloqueada desde hace dos años. Varios cientos de civiles fueron descritos por los trabajadores humanitarios como en delicado estado de salud y que los disparos mataron al menos a seis civiles y obligaron a los miembros del personal de la Agencia de ayuda suspender las evacuaciones y el acceso humanitario a más de 250.000 personas debido a las condiciones de inseguridad.
La oposición siria ha reforzado su delegación en Ginebra III, añadiendo por primera vez a representantes de las brigadas rebeldes que luchan en el suelo: el Frente Rebelde Sirio, dirigido por Jamal Maarouf, que ha estado activo en contra del grupo disidente de Al-Qaeda (Estado Islámico de Irak y Siria – ISIS) y a los rebeldes de la provincia sureña de Daraa, cuna de la revuelta siria. Desertores del aparato de seguridad de Al-Assad también están en el equipo, pero el Frente Islámico -la facción más poderosa- no está representado pero ha bajado el tono de sus críticas a las conversaciones en las últimas semanas.
La oficina de prensa del grupo rebelde Ahrar Al-Sham confirmó que sus combatientes han colaborado con otro grupo para matar a unos 50 combatientes progubernamentales que eran residentes de la aldea de Maan. Los grupos de combatientes extranjeros y algunos rebeldes sirios que han tomado ideologías de línea dura han desempeñado un papel cada vez más prominente entre las fuerzas anti Al-Assad y las operaciones como la ocurrida en Maan refuerzan los esfuerzos de la delegación del gobierno para transmitir su narrativa en Ginebra sobre que el levantamiento está dominado por los grupos pro Al-Qaeda y que ven alawitas –secta del presidente Al-Assad- como apóstatas que deberían ser asesinados.
Mientras que la oposición siria quiere que se empiece a negociar el establecimiento de un gobierno de transición, los delegados del gobierno quieren repasar punto por punto al comunicado de Ginebra de 2012 y específicamente empezando por el tema de la violencia. Es probable que los representantes de Al-Assad hagan uso de la posibilidad de denunciar a todos los representantes de la oposición como terroristas y ello agregue más temor sobre los yihadistas extranjeros. Si estuviera en sus manos, dificultarían la puesta en práctica de un gobierno de transición y discutirían el asunto en una fecha muy posterior, en un juego de espera para ver lo mucho que puede lograr en las negociaciones.
Rusia ha propuesto que sus funcionarios, los estadounidenses y de ONU se reúnan con las delegaciones del gobierno y la oposición para celebrar una sola reunión con ambas partes sirias o reuniones por separado con el gobierno y la oposición, según informó la agencia estatal de noticias RIA. En cualquier caso, está prevista una reunión tripartita para el próximo viernes en Ginebra.
Más de 600 civiles han sido evacuados de la parte antigua de Homs. El domingo fue el último día de la tregua acordada de tres días y el gobernador de Homs, Talal Al-Barazi, ha dicho que el alto el fuego podrá ser prorrogado por un período de tres días, para permitir que todas las personas que quieran dejar la ciudad puedan hacerlo; aun cuando los convoyes de la Media Luna Roja y ONU fueron atacados mientras evacuaban gente, subsiste la idea de repetir las operaciones en el corto plazo.
Homs es un campo de pruebas para la buena voluntad del gobierno sirio al permitir que las organizaciones de ayuda para ayudar a sus ciudadanos, pero el gobierno fracasó en garantizarle la seguridad a los convoyes humanitarios y todo queda como al principio. Las conversaciones de paz en Ginebra III podrían no dar resultados esperados y sean una repetición de lo sucedido hace días atrás, donde los insultos y declaraciones grandilocuentes contra la otra parte no arrojaron mayores soluciones.
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