por Félix Gutiérrez
Foto archivo
Maracaibo, 14 Ene. AVN.- El día que Josefina Ferrer conoció a Felipe Pirela estaba parada al frente de su casa del barrio El Saladillo, en Maracaibo. Era de noche y su cuñado Modesto Marchena llegó en su carro con unos amigos.
"¡Cuñada, venga que le voy a presentar a un personaje!", la llamó Marchena apenas se bajó del vehículo. Era Felipe Pirela, que para aquella época, calcula Josefina 1966 o antes, el cantante de "Pobre del pobre", "El Malquerido" e "Injusto Despecho", tenía ya una ascendente carrera como vocalista.
Recordó que esa noche todos los vecinos de la casa 95-81 de la calle Londres del barrio marabino se acercaron para conocer al cantante revelación de aquel momento, que nació en Maracaibo el 4 de septiembre de 1941 y que se crió en El Empedrao, uno de los barrios originarios de la capital zuliana.
Josefina recuerda a Pirela como un joven muy alegre, cariñoso y amable. “Era muy jocoso”, dice. Aquella noche el cantante bailó en la casa de ella con una sobrina y otra muchacha que vivía en su casa materna.
Para Josefina Victoria Ferrer Castro de Castellano, una zuliana de 76 años de edad, aquella noche fue memorable. Compartió una velada inolvidable con Felipe Antonio Pirela Morón, bautizado años más tarde, en México, como el Bolerista de América.
Josefina conoció por el azar de una noche a Pirela. 50 años más tarde, por otro azar de la vida, rescató del fuego fotografías inéditas del afamado bolerista, quien murió trágicamente asesinado el 2 de julio de 1972 en San Juan de Puerto Rico.
Una caja: Un tesoro fotográfico de Felipe Pirela
Modesto Marchena era productor artístico. Josefina destaca que fue el primero o uno de los primeros productores de artistas que sacó a Felipe Pirela de Maracaibo, para presentarlo en otras plazas artísticas de Venezuela y del mundo.
Recuerda que a su casa de El Saladillo su cuñado no sólo llevó a Felipe Pirela sino a otros artistas de aquella época, como Néstor Zavarce, cantante y actor venezolano, que popularizó la canción de fin de año Faltan 5 pa´ las 12 y El pájaro chogüí, entre otros.
Marchena también llevaba a su casa de residencia en San Antonio del Táchira a artistas famosos de aquella época. De hecho, señaló Josefina, "llegué a ver varias veces a Felipe Pirela en la casa de mi hermana en San Antonio del Táchira".
Cuando Pirela iba a San Antonio del Táchira, Marchena lo llevaba a su estación Radio Frontera, la internacionalísima, como se conocía esa emisora, y también a cumplir otras actividades artísticas en esta ciudad como en otras grandes y pequeñas urbes venezolanas.
Marchena murió en 1996. Uno de sus hijos, Melvin, quedó con una caja en la que su papá guardaba objetos de gran valor sentimental, entre los que se encontraban varias fotografías.
En agosto del año pasado Josefina visitó a su familia de San Antonio del Táchira. Una tarde su sobrino Melvin la llamó a un cuarto, sacó la caja y le dijo:
"Tía ¿te interesará saber que hay en esta cajita? Lo digo porque hay fotos tuyas, de la familia y de artistas que patrocinaba papá".
Empezó a revisar y se encontró con fotografías de Felipe Pirela firmando autógrafos entre jóvenes de la época, otras en el patio de su casa de El Empedrao, de Maracaibo, sentado en una banqueta con una hermana al lado. También fotografías de niño y otra serie de imágenes de Felipe Pirela en distintas facetas de su vida.
“Muchacho ¿y esto qué es?”, preguntó Josefina asombrada, emocionada, visiblemente fascinada por el hallazgo. “Son fotos que guardaba papá”, respondió el sobrino.
En la caja también había fotos de Chichí Caldera, Aníbal Velásquez y Hugo Blanco. Hasta de Diony López, mejor conocido por el personaje de Popy.
Melvin, el sobrino de Josefina, le dijo: “Si quiere, tía, se lleva todas las fotos que quiera. Total, pensaba desechar casi todas”, agregó el sobrino ante la mirada atónita de la mujer.
Josefina agregó: “Mi sobrino había pensado, incluso, en quemar las fotos”. La mujer lo persuadió de que no hiciera eso. Le dijo: “Hijo, esta caja es un tesoro”.
Un patrimonio visual de la música del Caribe
Josefina contó que agarró un sobre y metió "todas las fotos en las que aparecía Felipe Pirela. Eran más de 20 fotos distintas de Pirela, muchas de ellas no las había visto, seguro algunas son inéditas", consideró la mujer.
Ella pensaba en el Panteón Regional del Zulia, donde reposan los restos mortales de Felipe Pirela desde el 17 de septiembre de 2012, cuando fueron trasladados luego de una emotiva ceremonia, en la que estuvo presente la única hija del bolerista, Lennys Beatriz Pirela Montiel y su nieta Verónica Pirela.
Previo al Día de Santa Lucía, el 13 de diciembre de 2013, Josefina tomó las fotografías de Felipe Pirela y las metió en un sobre.
Ante su esposo Antonio Castellano, que sabía de la historia, se quedó con una de las fotos. “Recuerdo de familia”, dijo. La foto había sido tomada en un estudio fotográfico en México por el retratista Ysunza Nieto.
La imagen, al parecer inédita, pertenecía a un juego de fotos que habían sido publicadas en su época para la promoción del artista.
Josefina guardó en su cartera el resto de las fotos. Ese día iba a la iglesia de Santa Lucía, a llevarle a la Virgen unos ojos esculpidos en oro, ofrendas que suelen hacer los feligreses a virgen que concede favores a personas con problemas visuales.
"Yo quedé muy agradecida con la Virgen por una operación en mis ojos, de la que quedé muy bien. En agradecimiento le llevé unos ojitos", señaló Josefina.
Ese mismo día esperó que abrieran las puertas del Panteón Regional del Zulia, situado en el centro de Maracaibo, y donde se encuentran los restos mortales de Ricardo Aguirre, el Monumental de la Gaita. También del poeta Udón Pérez; José Antonio Chaves, el autor de la música del himno de estado Zulia, entre muchos otros.
Josefina esperó un buen rato con el sol y la brisa del puerto marabino que la vio nacer, a que abrieran el panteón.
La directora la atendió. Josefina le explicó a lo que venía. Sacó las fotos y se las dio. La mujer se quedó atónita. Sabía lo que tenía en sus manos: Un patrimonio visual de la música del Caribe.
Josefina pasó las fotos con un mensaje que indicaba: "Estas fotos han sido cedidas al Panteón Regional del Zulia por la familia Marchena". La directora quedó muy agradecida, contó Josefina. “Seguro las exhibiremos en su momento”, dijo la directora.
Ese día Josefina salió con una gran satisfacción en su alma, en su corazón. Sintió que había cumplido con Marchena, con Pirela, con el Zulia, con el país, con el Caribe musical y con uno de sus patrimonios: El bolero, del cual Felipe Pirela fue uno de sus grandes intérpretes.
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