por Carles Muntaner, Joan Benach y María Páez Victor
Caracas, 29 Ene. AVN.- Mientras que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lucha por salvar su vida en Cuba, la prensa de ambos lados del Atlántico no ha dejado de machacar a su gobierno. La importancia de su reciente victoria con 12% de ventaja delante de su competidor, aún no ha sido adecuadamente reconocida por los medios. Es importante destacar que Chávez ha ganado estando enfermo de cáncer, siendo crucificado por los medios de comunicación locales e internacionales.
Uno de los factores principales de la aplastante victoria de Chávez ha sido la reducción de la pobreza. Esto es posible porque el gobierno retomó el control de la empresa petrolera nacional PDVSA, utilizando los ingresos petroleros no para beneficio de una pequeña clase de rentistas, como ocurrió con los gobiernos anteriores, sino para construir infraestructuras que hacían falta e invertir en servicios sociales que se necesitaban con urgencia. Durante los últimos diez años, el gobierno ha aumentado el gasto social en un 60,6%, (772.000 millones de dólares).
La pobreza no se define únicamente por la falta de ingresos así como la salud no se define tampoco por la ausencia de enfermedad. Ambos están correlacionados y ambos tienen una naturaleza multifactorial, es decir, están determinados por un amplio conjunto de procesos sociales. Para evaluar los logros reales de la Revolución Bolivariana de Venezuela durante los últimos 13 años, es indispensable revisar algunos de los principales datos disponibles sobre los determinantes sociales de la salud y la pobreza como son la educación, la desigualdad, el empleo, los ingresos, la atención sanitaria, la seguridad alimentaria y los servicios y protección social.
Uno de determinantes sociales de la salud es la equidad, y Venezuela es hoy el país de la región con el nivel más bajo de desigualdad (según el Coeficiente de Gini), habiendo reducido la desigualdad en un 54% y la pobreza en un 44%. La pobreza ha pasado del 70,8% (1996) al 21% (2010) y la pobreza extrema se redujo del 40% (1996) a un nivel tan bajo como el 7,3% (2010). Cerca de 20 millones de personas se han beneficiado de los programas contra la pobreza, las llamadas “Misiones”. Hasta el momento, 2,1 millones de personas mayores han recibido pensiones de vejez, es decir, el 66% de la población, mientras que antes del actual gobierno sólo 387.000 recibieron pensiones.
La educación, determinante clave de la salud y la pobreza, es donde el gobierno bolivariano ha puesto un especial énfasis, asignando a ella más del 6% del PIB. La UNESCO ha reconocido que Venezuela está libre de analfabetismo y que es el tercer país de la región cuya población en mayor medida lee. Desde la guardería hasta la universidad, la educación es gratuita: el 72% de los niños asisten a guarderías públicas, el 85% de los niños en edad escolar asisten a la escuela, y hay miles de escuelas nuevas o restauradas (entre las que se incluyen 10 nuevas universidades). El país es el segundo de América Latina y el quinto del mundo en tener proporcionalmente más estudiantes universitarios. De hecho, 1 de cada 3 venezolanos está inscrito en algún programa educativo. También es un gran logro que Venezuela esté ahora al nivel de Finlandia como el 5º país del mundo cuya población se siente más feliz.
Antes del gobierno de Chávez en 1998, el 21% de la población estaba desnutrida, ahora Venezuela tiene una red de distribución de alimentos subsidiados con tiendas de comestibles y supermercados. En 1980 se importaron el 90% de los alimentos, hoy el porcentaje es menor al 30%. Han entregado 454.238 créditos a productores rurales. Cinco millones de venezolanos reciben comida gratis, cuatro millones de los cuales son niños y niñas en las escuelas y 6.000 comedores alimentan a 900.000 personas. La reforma agraria y las políticas agrícolas han aumentado la oferta interna de alimentos. El resultado de todas esas medidas de seguridad alimentaria es que la desnutrición es hoy tan sólo de un 5%, y que la desnutrición infantil, que alcanzó el 7,7% en 1990, hoy es del 2,9%. Se mire como se mire, se trata de logros sociales de enorme trascendencia para la salud de la población.
En cuanto la salud pública, algunos de los datos más importantes son:
* La mortalidad infantil se redujo de 25 por 1.000 (1990) a sólo 13 por 1.000 (2010);
* El 96% de la población tiene acceso ahora a agua limpia;
* En 1998, había 18 médicos por 10.000 habitantes, hoy hay 58
* Los gobiernos anteriores construyeron 5.081 clínicas a lo largo de cuatro décadas, mientras que en tan sólo 13 años el Gobierno Bolivariano construyó 13.721 (aumento del 169,6%);
* Barrio Adentro, el programa de atención primaria que recibe la ayuda de más de 8.300 médicos cubanos, con sus 7.000 clínicas, ha salvado aproximadamente 1,4 millones de vidas;
* En el 2011, 67.000 venezolanos recibieron medicamentos gratuitos de alto costo para tratar 139 patologías como el cáncer, la hepatitis, la osteoporosis, la esquizofrenia; hoy hay 34 centros de tratamiento de adicciones;
* En 6 años, 19.840 personas sin hogar han sido atendidas con un programa especial, y prácticamente no hay niños que vivan en las calles;
* Venezuela tiene ahora la mayor unidad de cuidados intensivos de la región;
* Una red de farmacias públicas vende medicamentos subsidiados en 127 tiendas, realizando ahorros entre el 34-40%;
* 51.000 personas han recibido tratamiento especializado para la visión en Cuba, y el programa de atención oftalmológica “Misión Milagro” ha devuelto la vista a 1,5 millones de venezolanos.
Un ejemplo de cómo el gobierno ha tratado de responder de la mejor manera posible a las necesidades reales de las personas es la situación que se produjo en 2011, cuando las fuertes lluvias tropicales dejaron a 100.000 personas sin hogar. La población fue inmediatamente protegida en forma temporal en todo tipo de edificios públicos y en sólo un año y medio el gobierno construyó 250.000 viviendas. El gobierno obviamente no ha erradicado todos los males sociales, pero sus habitantes se dan cuenta de que, a pesar de las deficiencias y errores cometidos, el gobierno está a su lado.
La intensa participación política de la democracia venezolana, incluye 30.000 consejos comunales que determinan las necesidades sociales locales, permitiendo que las personas sean los verdaderos protagonistas de los cambios que reclaman.
La economía venezolana tiene una baja deuda, y reservas de petróleo y de ahorro muy elevadas; sin embargo, los economistas occidentales opuestos al presidente Chávez repiten hasta la saciedad que la economía venezolana no es “sostenible” y predicen su desaparición cuando los ingresos petroleros se acaben. Curiosamente, no lanzan esas nefastas predicciones sobre economías petroleras como Canadá o Arabia Saudita. Ignoran que la reserva petrolera de Venezuela (500 millones de barriles de petróleo) es la más grande del mundo y consideran que la inversión social de la renta petrolera, es una pérdida o un empeño inútil. Sin embargo, durante estos últimos 13 años, el gobierno bolivariano ha estado construyendo una infraestructura industrial y agrícola que 40 años de gobiernos anteriores habían olvidado, y su economía continua siendo fuerte incluso ante la crisis financiera global.
Un indicio de la creciente diversificación de la economía es que ahora el Estado obtiene casi tantos ingresos de la recaudación de impuestos como por la venta de petróleo, ya que ha reforzado su capacidad para la recaudación de impuestos y la redistribución de la riqueza. En tan sólo una década, el Estado obtuvo 251.694 millones de dólares en impuestos, es decir, más que sus ingresos anuales por el petróleo.
Entre los hitos económicos de estos últimos diez años cabe incluir la reducción del desempleo del 11,3% al 7,7%, la duplicación del número de personas que reciben beneficios del seguro social, la deuda pública se ha reducido del 20,7% al 14,3% del PIB, y el florecimiento de unas 50.000 cooperativas que han fortalecido a las economías locales endógenas. La economía venezolana ha crecido un 47,4% en diez años, es decir, un 4,3% anual. Muchos países europeos verán con envidia cifras como ésas. Algunos de los economistas que han estudiado detalladamente la economía venezolana señalan que: “Las predicciones de colapso económico, la balanza de pagos o la crisis de la deuda y otros pronósticos sombríos, así como muchas de las previsiones económicas realizadas, han demostrado ser erróneas… el actual crecimiento económico de Venezuela es sostenible y podría continuar al ritmo actual o incluso superior durante muchos años”.
Según el Global Finance y el CIA World Factbook, la economía venezolana presenta los siguientes indicadores: la tasa de desempleo es del 8%, la deuda pública del gobierno es el 45,5% del PIB ( la de la Unión Europea es del 82,5%), y existe un crecimiento real del PIB (el PIB per cápita es de 13.070 dólares). En el 2011, la economía venezolana desafió a la mayoría de pronósticos con un crecimiento del 4,2%, con un aumento del 5,6% en el primer semestre de 2012. La razón entre deuda y PIB se halla claramente por debajo de la de los EE.UU y el Reino Unido, y es más sólida que la de los países europeos; la tasa de inflación, endémico durante muchas décadas, ha caído en el último trimestre del 2012 a un mínimo del 13,7% . Incluso The Wall Street Journal ha señalado que el intercambio de acciones de Venezuela es con mucho la bolsa que mejores resultados tiene en el mundo (alcanzándose un máximo histórico en octubre de 2012), a la vez que los bonos de Venezuela se hallan entre los tienen mejores resultados en los mercados emergentes.
La victoria de Hugo Chávez ha tenido un impacto en todo el mundo. Es reconocido por haber liderado un cambio radical, no sólo en su propio país, sino en América Latina donde han sido elegidos gobiernos progresistas que han remodelado el orden global. Su victoria fue aún más significativa si se tiene en cuenta la enorme ayuda financiera y estratégica que las agencias de Estados Unidos y sus aliados ofrecieron a los partidos de la oposición y a los medios de comunicación. Desde 2002, Washington canalizó 100 millones de dólares a los grupos de oposición en Venezuela siendo distribuidos tan sólo en este año electoral entre 40 y 50 millones de dólares. Sin embargo, el pueblo venezolano pasó por alto el aluvión de propaganda desatada contra el Presidente por unos medios de comunicación que en un 95% son de propiedad privada y claramente anti-Chávez. La ola de cambio progresista en la región ha comenzado a construir la infraestructura para una Latinoamérica realmente soberana a través de organizaciones que permitan su integración política y económica como son el Banco del Sur, CELAC, ALBA, Petrosur, Petrocaribe, UNASUR, MERCOSUR y TELESUR. Estas están mostrando al resto del mundo que en el siglo XXI existen alternativas económicas y sociales. Siguiendo un modelo de desarrollo diferente al del capitalismo mundial y en fuerte contraste con Europa, los niveles de deuda en América Latina son bajos y siguen cayendo.
Los cambios en Venezuela no son abstractos. El gobierno del Presidente Chávez ha mejorado significativamente las condiciones reales de vida de los venezolanos que se han comprometido en un dinámico proceso de participación política. Este nuevo modelo de desarrollo socialista ha tenido un impacto espectacular en toda América Latina, incluyendo en los últimos tiempos a Colombia además de a gobiernos de centro-izquierda que ahora son mayoritarios en la región y que ven en Venezuela el catalizador que ha traído más democracia, soberanía nacional y progreso social y económico a la región. Ninguna retórica neoliberal, puede negar todos esos hechos. Eso es lo que enfurece a sus oponentes. Un semanario “objetivo” y “empírico” como The Economist no dará a conocer estos datos, prefiere predecir una vez más el inminente colapso de la economía venezolana. Por su parte, en España, el periódico El País prefiere que Moisés Naim, Ministro de Hacienda del anterior gobierno y uno de los responsables directos del Caracazo (la masacre de 3.000 personas en Caracas que protestaban por las medidas de austeridad impuestas de 1989), siga escribiendo de forma obsesiva contra Chávez. Sin embargo, ninguno de ellos puede poner en duda que un Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidad del 2008 sitúa a Venezuela en el lugar número 61 de entre 179 países. Y esa es una razón más por la que la Revolución Bolivariana de Chávez sobrevivirá al líder socialista de Venezuela.
Publicado por el diario Público.es
Carles Muntaner. Profesor de Enfermería, Salud Pública y Psiquiatría en la Universidad de Toronto
Joan Benach. Profesor de Salud Pública y Salud Laboral en la Universitat Pompeu Fabra, Barcelona
María Páez Victor. Socióloga venezolana, especializada en salud y medicina.
Carles Muntaner, Joan Benach y María Páez Victor
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