El presidente Chávez, el canciller Nicolás Maduro y nuestro representante en la ONU, Jorge Valero, han sido exponentes de una política de principios y valores.
El primer logro histórico de la democracia bolivariana ha sido erradicar la política de terrorismo de Estado que aquí impusieron la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y los gobiernos de Acción Democrática y Copei; de allí la triste historia de los desaparecidos, de la práctica sistemática de la tortura, de la violación de las más elementales normas del derecho.
He sostenido en otros artículos que si un sistema político no respeta los derechos humanos fundamentales, no puede este denominarse democrático, por muchas elecciones que convoque; además, que resulta imprescindible la defensa de los derechos económicos, laborales, de participación política y de acción cultural de los ciudadanos.
Comparto el criterio que expresa que la lucha contra la explotación capitalista, es decir, contra la esclavitud asalariada, es la piedra angular de la lucha por los derechos humanos.
El ingreso de Venezuela al Consejo de Derechos Humanos de la ONU es un nuevo triunfo de nuestra política exterior, así como también una gran responsabilidad.
Roy Daza/Correo del Orinoco
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