Eric Toussaint:
Las medidas impuestas por buena parte de los gobiernos del Viejo Continente forman parte de una nueva fase del neoliberalismo, que busca la precarización del trabajo, aseguró el presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo-Bélgica
La promesa neoliberal en Europa se basa en una premisa: apriétate el cinturón hoy para aflojártelo mañana. Se supone que los recortes de hoy se convertirán en abundancia mañana. Pero Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo-Bélgica, asevera que es todo lo contrario: que la estrechez será siempre estrechez, y que el objetivo final de tantos tijeretazos es despedazar el Estado de Bienestar.
En conversación con el Correo del Orinoco, Toussaint sentencia que las clases dominantes buscan completar la tarea que comenzaron los conservadores Ronald Reagan y Margaret Thatcher en los años 80. El intelectual y economista belga visitó Venezuela invitado por la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad.
-Quienes están tomando las medidas en Europa dicen que es para salir de la crisis. Usted dice que no esasí.
-Está totalmente claro que para salir de la crisis es necesaria una demanda que permita un consumo, y la demanda puede ser pública o privada. Si es pública, es el Estado: la inversión social. Si es privada, es el consumo de la mayoría social que compra mercancías. La solución elegida por los gobiernos europeos es comprimir la demanda privada congelando o reduciendo los salarios y beneficios sociales, y reducir de manera brutal el gasto público, así que los dos factores posibles de salida de la crisis para volver a un crecimiento son eliminados.
-¿Sería el peor camino?
-Es el peor camino. Pero lo eligieron, y está claro que va a producir más recesión y más depresión económica en los años que vienen. No hay ninguna duda.
-¿Por qué toman esa decisión, entonces?
-Lo hacen porque están dispuestos a tener un crecimiento bajísimo o un crecimiento negativo, para llegar a su objetivo fundamental: terminar la obra emprendida por Margaret Thatcher y Ronald Reagan en los años 80 del siglo XX,. Es decir, destruir lo que queda del Estado de Bienestar. Por ejemplo, lograr privatizar el sistema de jubilación, en buena parte. En Estados Unidos el sector de la población que recibe jubilación en el marco estatal es una minoría; ya hubo una privatización masiva. Esa es la perspectiva para Europa. Hay una precarización radical del trabajo; es decir, reformar radicalmente leyes del trabajo que son conquistas de la clase obrera después de la Segunda Guerra Mundial o después de las experiencias autoritarias del franquismo en España.
-¿Es el peor golpe al Estado de bienestar europeo?
-Sí. Y yo diría que, para ellos, es el golpe definitivo, para volver en Europa a una situación tipo años 20 o 30. No digo que lo van a lograr, pero es la perspectiva de ellos.
CONTRA EL ESTADO DE BIENESTAR
-¿Por qué el Estado de Bienestar les molesta tanto?
-Podrían realmente mantener un Estado de Bienestar y tener un sistema capitalista con alguna estabilidad haciéndoles concesiones a los trabajadores, como funcionó el capitalismo entre los años 40 y 80. Pero la dominante es una clase social victoriosa que está emborrachada por sus victorias. Cuando estábamos en los años de crecimiento económico, de pacto social, la gente pensaba que la lucha de clases era una cosa del pasado. Ahora estamos en una lucha de clases muy aguda, y la clase social dominante quiere realmente llevar la lucha hasta el final.
-¿Llevar hasta el final qué implica?
-No creo que haya un límite, pero si queremos hacer una comparación, tomemos a Carlos Marx. Marx hablaba de plusvalía relativa y plusvalía absoluta. La relativa es aumentar la productividad del trabajo, y cuando el trabajador trabaja, su productividad aumenta, por lo que se puede incrementar el salario, aumentar la plusvalía y disminuir el tiempo de trabajo. Ahora el capitalismo vuelve a aumentar la plusvalía absoluta: aumenta el tiempo de trabajo y baja los salarios, y sigue aumentando la productividad. Estamos volviendo a una situación en la que el capitalismo quiere aumentar su tasa de ganancia aumentando la plusvalía absoluta. ¿Cuál es el límite? No lo sabemos, pero están determinados a atacar el movimiento de los trabajadores. Un líder patronal francés dijo que se debía usar la crisis para desmantelar lo que queda del programa del Consejo Nacional de la Resistencia.
Eric Toussaint recuerda que el Consejo Nacional de la Resistencia era “la unidad que logró derrotar al ejército nazi que ocupó Francia (años 40 del siglo XX). Ese Consejo estaba formado por la izquierda y por los nacionalistas, y proponía un pacto social que mantenía el capitalismo, pero los capitalistas estaban obligados a hacer concesiones a los trabajadores”. En este momento, observa Toussaint, la clase dominante “disimula sus verdaderos objetivos para pasar a un discurso muy claro”.
-¿Qué pasó que ya no se disimula?
-Que han logrado imponer derrotas parciales a la clase obrera. Estamos en una situación en Europa comparable a la de los años 30, cuando un sector importante del pueblo se inclinaba hacia la izquierda radical: hablo de Syriza en Grecia, de Jean-Luc Melenchon en Francia.
-¿Y el riesgo del fascismo?
-Claro, hay un sector que se inclina hacia la izquierda radical, y un sector hacia otras soluciones que parecen también radicales, porque el discurso del nacionalsocialismo nazi era también un discurso confuso, en el que usaban eslóganes contra los banqueros, contra el gran capital.
-En otras palabras, ¿podría haber un avance hacia la izquierda o hacia el fascismo?
-Sí. Por eso hablo de una situación similar a la de los años 30: llegó un momento en que Alemania avanzaba el partido comunista pero también lo hacía el nacionalsocialismo. En los próximos años, la capacidad de la izquierda de hacer propuestas para constituir un frente único será vital.
MEDIDAS BRUTALES
-¿Las medidas actuales son neoliberales? ¿Usted las describiría de otra manera?
-Son neoliberales, pero de un nivel de brutalidad enorme. Es una nueva fase del neoliberalismo.
-¿Cómo es eso?
-Ya tenemos 30 años de neoliberalismo. Precarizaron el trabajo en Alemania, en España. Pero actualmente estamos en una fase en la que quieren acabar con varias leyes del trabajo. En España quieren destruir los convenios colectivos, y en las empresas tener solamente convenios individuales lo más precarios posibles; es la atomización de los trabajadores. Y que los sistemas de seguridad social sean mínimos. Esa es la perspectiva. Sin embargo, todavía tenemos en Europa conquistas importantes. Todavía el neoliberalismo tiene conquistas por destruir; no estaría haciendo esa ofensiva brutal si no tuviéramos conquistas por defender.
-¿Hay referencia anterior de esa brutalidad que usted describe?
-En la memoria colectiva, no. Solo al inicio de los años 30, pero en ese momento no teníamos leyes de protección. El Estado benefactor es resultado de la Segunda Guerra Mundial. En los años 80 comenzó a cambiar la situación.
-Pero nunca como ahora.
-En los últimos 30 años hubo ataques progresivos, pero no tenían la brutalidad de lo que estamos viviendo ahora.
-¿Hay algo que pueda parar la destrucción de ese Estado de Bienestar?
-Únicamente la movilización social combinada con batallas electorales en las que la izquierda radical logre realmente presentar propuestas claras de ruptura. Si Syriza en Grecia logró ganar un apoyo masivo, es porque hizo propuestas muy radicales. Es la experiencia de Venezuela, de Bolivia, de Ecuador, cuando candidatos propusieron romper con el sistema político y hacer un cambio radical. Hugo Chávez propuso romper con la Cuarta República. Rafael Correa habló de una revolución ciudadana.
En consecuencia, en Europa “hay que decirle claramente a la gente que debe elegir entre una vía que lleva a más precarización, y una vía de ruptura radical, de reconquista de la soberanía nacional, de indisciplina ante el Fondo Monetario Internacional, de medidas contra los bancos”.
-Pero cuando llegó el momento de tomar un camino radical en Grecia la gente se asustó. Syriza no ganó las elecciones.
-Si miras los resultados electorales, Syriza es la coalición mayoritaria en la población entre 18 y 55 años de edad, en las grandes ciudades. El sector de los jubilados fue aterrorizado por el discurso sobre el caos que supuestamente ocurriría si votaban por Syriza. Pero el actual gobierno de derecha es sumamente frágil, y no se descarta una nueva crisis política. Si Syriza logra movilizar a la gente en los próximos meses y fortalecerse como organización política, podría ganar las próximas elecciones.
GRECIA PUEDE ABRIRLE PASO A UNA SOLUCIÓN
-Usted cree que Grecia es emblemática, ¿no?
-Puede abrirles el camino, realmente, a los pueblos europeos hacia una solución. En Grecia la solución sería electoral, principalmente, porque ya la gente está cansada, después de 13 huelgas generales. En España no hay el mismo tipo de cansancio. Está empezando la lucha, desde los mineros hasta los jóvenes graduados que no encuentran trabajo, las víctimas de la crisis hipotecaria. Hay una posibilidad en España de tener un frente social de varios sectores afectados por la crisis. ¿Solución electoral para España? No. Todavía no hay en España perspectiva de una izquierda radical capaz de aglutinar.
España es motivo especial de preocupación para Eric Toussaint porque un primer ministro como Mariano Rajoy “no hará concesiones. Se derrumba a ese gobierno, o el gobierno aguanta semanas o meses d e lucha social muy dura, sin que le importe. Puede llegar a 12% de aprobación en los sondeos, y seguir gobernando. Le da igual”.
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