Caracas, 04 Abr. AVN .- Un urbanismo subversivo en sus formas y en el contenido es la vía para cambiar la capital venezolana, estimó el ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de Caracas, Francisco Sesto.
Indicó que las estrategias tradicionales, como los planes elaborados por técnicos o las estrategias de renovación urbana que sólo transforman un sector, son metodologías que no le sirven a un país en revolución, pues tienden a ser conservadoras, a seguir el orden establecido.
El esquema planteado por Sesto para reconstruir la ciudad contempla una integración entre el poder popular organizado, que tiene la visión concreta de su zona, y el poder político general, que se manifiesta en el Gobierno, y posee una unidad estratégica que apoya la labor de la comunidad.
Consideró que el Estado debe asumir esa visión macro, dar idea de lo que debe ser la ciudad, mientras que el poder comunal tiene la responsabilidad de reinterpretar esa concepción general.
Es esa relación dialéctica entre el pueblo y el Gobierno la manera subversiva de hacer urbanismo, de acuerdo con Sesto. “Eso es revolucionario. No conozco experiencias así (...) Y los técnicos deben estar al servicio de esas formas”, señaló en su programa En Caracas con Farruco, transmitido este lunes por la emisora Alba Ciudad 96.3 FM.
“Tenemos que inventar ese nuevo método de hacer urbanismo, que debe ser subversivo en la forma, en los procedimientos y en el contenido (...) Lo haremos y en ocho años viviremos Caracas de una manera distinta”, expresó.
Tierra como mercancía
Entre los contenidos que deben ser subvertidos, Sesto destacó que el nuevo urbanismo tiene que aniquilar esa concepción del suelo como mercancía, que llevó a su uso especulativo.
También estimó que es necesario subvertir la división de la ciudad en zonas según las clases sociales.
“Hay que estructurar la ciudad de una manera distinta, romper las fronteras donde termina la urbanización y empieza el barrio. Hay que subvertir el orden burgués en que está sumergida la ciudad”, añadió.
“Si no se impulsa un urbanismo subversivo tanto en la manera de hacerlo como en sus objetivos, no transformaremos Caracas. Puedes hacer que funcione, pero sólo en apariencia. Estará detrás una estructura de injusticia, que es lo que se debe quebrar”, apuntó.
Otro punto que tiene que acompañar esta visión es una espiritualidad distinta entre las personas para vivir en la ciudad, la que consideró como el desarrollo de un alma colectiva “en la forma de relacionarnos, en los espacios; la ciudad como proyecto de vida en común”.
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