Nueva York. 22 de abril de 2015.- Este jueves tuvo lugar un Debate Abierto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre “El papel de los jóvenes en la lucha contra el extremismo violento y la promoción de la paz”, cuyo foco fue analizar las causas que motivan y promueven a los jóvenes, tanto nacionales como extranjeros, a unirse a causas extremistas. El Embajador Rafael Ramírez, Representante Permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante esa organización, expresó que Venezuela rechaza el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y, a la vez, denunció el doble rasero de algunas potencias en rechazar el extremismo y, a la vez, promover sus causas, como el intervencionismo y la impunidad en el financiamiento a las diversas organizaciones terroristas que han proliferado en los últimos años.
El Debate Abierto fue una iniciativa de la presidencia del Reino Hachemita de Jordania en el Consejo de Seguridad durante el mes de abril, conducido en esta sesión de manera conjunta por el Príncipe heredero de ese país, Al Hussein Bin Abdullah I, y su Vice Primer Ministro y Canciller, Señor Nasser Judeh. En el debate también participó el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon; y, como ponentes invitados, el Señor Peter Neumann, Fundador y Profesor del Centro para el Estudios de la Radicalización King’s College, y el Señor Scott Atran, Director del Centro de Investigación Antropológica del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia.
El Embajador Ramírez hizo referencia durante su intervención a las causas profundas del auge de los grupos terroristas, como ISIS, Al Qaeda o el Frente Al Nusra, preguntándose de dónde proviene el financiamiento, las armas y la capacidad de acción militar con la que operan. A la vez hizo un llamado para que cese el flujo de armas hacia estas organizaciones y denunció la existencia de una doble moral en el tema de la lucha contra el terrorismo. Añadió que los terroristas también provienen de países desarrollados, que tienen déficit en el tema de la inclusión social.
Adicionalmente, en referencia a las causas profundas del conflicto, Ramírez dijo que “La inclusión de los jóvenes como protagonistas de la sociedad, su participación activa, su protección como sector vulnerable y su empoderamiento político-social, son elementos fundamentales para desarrollar con éxito en la sociedad una cultura de paz y tolerancia que triunfe sobre la cultura de la violencia y de la muerte”.
Haciendo referencia al caso venezolano, añadió: “En nuestro país, se inició un proceso masivo de alfabetización, que nos permitió ser declarados por la UNESCO como territorio libre de analfabetismo, se han desarrollado Misiones de educación básica que han incluido más de 850 mil jóvenes que estaban fuera del sistema educativo formal y se ha logrado municipalizar la educación universitaria, incluyendo más de 2,5 millones de jóvenes a los estudios superiores”.
El extremismo violento, expresado en acciones terroristas, es tema de recurrencia en la agenda del Consejo de Seguridad, más aún tras el auge de organizaciones como ISIS y Boko Haram. Venezuela ha mantenido una postura crítica y de denuncia con las acciones de algunos países desarrollados en este tema, y haciendo énfasis en la necesidad de que se erradique la pobreza y la exclusión como causas raigales de los problemas de paz y seguridad que enfrenta el mundo.
A continuación, el discurso del Embajador Rafael Ramírez en el Debate Abierto sobre “El papel de los jóvenes en la lucha contra el extremismo violento y la promoción de la paz” en el Consejo de Seguridad:
Señor Presidente,
Agradecemos al Reino Hachemita de Jordania por la convocatoria a este importante Debate Abierto. Extendemos nuestros respetos y saludos al Príncipe Al Hussein Bin Abdullah II. Agradecemos igualmente, la presentación del Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-Moon, así como las realizadas por los señores Peter Neuman y Scott Atran.
Valoramos como muy importante la Nota Conceptual preparada por la delegación de Jordania para conducir este Debate Abierto.
La República Bolivariana de Venezuela presta atención especial al tema planteado en el contexto de la lucha contra la violencia y el terrorismo que está asolando a la región del Medio Oriente y a importantes regiones de África. Nuestro país rechaza y condena, de manera categórica al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones. Por eso pensamos que el mismo no puede ser estimulado, ni dotado de capacidad financiera y militar, con el objetivo de desestabilizar o derrocar gobiernos. No hay terrorismo bueno o malo, siempre es la misma cultura de la muerte.
Señor Presidente,
Los jóvenes constituyen el segmento de mayor movilidad de la sociedad, los jóvenes siempre se han movilizado políticamente y constituyen el termómetro de las ideas políticas que mueven la historia. Si hoy día reconocemos que los jóvenes de importantes regiones del planeta se movilizan a favor del fascismo, la intolerancia, el racismo y el extremismo, debemos entonces reconocer que el problema radica en el seno de toda la sociedad. Los jóvenes son víctimas de un sistema o una sociedad que está enferma.
De allí que, para atender las causas raigales de la atracción de los jóvenes por el extremismo y su participación activa en el terrorismo, debe hacerse una evaluación exhaustiva y crítica de la crisis de un sistema de vida signado por la violencia, la exclusión, la pobreza y un profundo vacío espiritual ante el reino de lo material.
En el informe sobre “Estado de la Población Mundial” publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Población en el año 2014, se hace mención a que nunca antes había habido tantos jóvenes en el mundo, cerca de 1.800 millones de personas tienen entre 10 y 24 años. Los jóvenes constituyen cerca de un cuarto de la población mundial. En el mismo informe se hace referencia a que en el grupo de edad de 15 a 24 años, unos 500 millones viven con menos de dos dólares al día, y más de 74 millones no tienen trabajo.
Siendo la pobreza y la exclusión de los jóvenes un problema global, un reto a superar por todas las naciones, nos preguntamos, ¿Por qué el fenómeno del terrorismo se ha exacerbado en ciertas regiones, como el Medio Oriente y África?
En el planeta, en este extraño e incomprensible tablero de ajedrez de la pugna de intereses de grandes potencias, se han creado vastas zonas de conflicto, algunas veces cruentos y trágicos, como sucede en el Medio Oriente y el norte de África, y otras veces, permanente y crónico como ocurre en el centro de África.
En estas zonas de conflicto, las grandes potencias, con inmenso poderío militar, económico y comunicacional propagandístico, han concentrado su extraordinario poderío en promover la guerra, la violencia, el sectarismo, el odio, la intolerancia religiosa y el extremismo.
Los expertos en el comportamiento de las sociedades seguro tienen muchos más elementos que aportar en el estudio y comprensión de cómo fluyen estos factores en la juventud. Pero lo que resulta claro es que los niños desde los primeros años de su vida, los de la formación de la cosmovisión y espiritualidad del ser humano, han crecido y estado expuestos a la brutalidad de la guerra en Iraq, Libia, Siria, Yemen y Palestina, sean hoy día, muy probablemente, los jóvenes que se suman en grandes cantidades a los grupos extremistas y terroristas. Es muy probable que los niños de algunas regiones de África que han vivido en un ambiente permanente de violencia social, exclusión y aguda pobreza, hoy sean los jóvenes que se suman, lamentablemente, a los grupos terroristas.
La desesperanza y la falta de oportunidad de millones de jóvenes que subsisten en situaciones de guerra, sectarismo, colonialismo y ocupación extranjera, crean las condiciones para que el extremismo aparezca, crezca y se desarrolle. La aparición de grupos extremistas y terroristas le han cambiado la cara a sociedades que hasta entonces eran tolerantes y amigables con las minorías étnicas y religiosas.
Señor Presidente,
En este debate habría que preguntarse ¿Cómo es posible que estos grupos terroristas como el ISIS, Al Qaeda, el Frente Al - Nusra, tengan tanta capacidad de actuación, tanta capacidad militar, tantas armas, tanta movilidad, tanta capacidad comunicacional? ¿Quién los financia? ¿Quién los arma? ¿Quién los promociona? Si queremos proteger a los jóvenes, que no se involucren en el extremismo y el terrorismo, entonces no puede haber doble moral en este tema. Tiene que cesar el apoyo, directo o indirecto, a los grupos terroristas. Tiene que cesar el flujo de armas.
Otro aspecto, no menos importante, para abordar este problema, tiene que ver con las capacidades institucionales de los Estados para prevenir la propagación del extremismo y el terrorismo entre los jóvenes, sobre todo en situaciones de post conflicto.
Las distintas instituciones del Estado tienen que coordinar las tareas de inserción de los jóvenes a las posibilidades de participación política, económica y social. Los procesos inclusivos, la alfabetización, la educación, el trabajo, la atención espiritual y social son fundamentales a la hora de combatir la desesperanza y la fractura emocional entre los jóvenes. Los Estados Nacionales y las Naciones Unidas podrían coordinar a través de organismos como la UNESCO y el PNUD, la promoción de las zonas de paz, la tolerancia, la cultura, desarrollo económico-social y la participación activa de la juventud en el hecho social.
Esta tarea es mucho más urgente e importante en los países donde se han desarrollado o están expuestos a conflictos armados. En países azotados por la guerra, donde los niños y jóvenes están expuestos al trauma de la violencia y el sectarismo, la ausencia del Estado o la debilidad de las instituciones dejan un espacio vacío aprovechado por el extremismo y los grupos terroristas.
Señor Presidente,
Venezuela, así como América Latina y el Caribe, es una zona de paz. La Revolución Bolivariana, liderada por el Presidente Chávez inició y ha continuado desarrollando con el Presidente Nicolás Maduro, un vasto programa de inclusión de todos los sectores de la sociedad, con particular énfasis en los jóvenes.
En nuestro país, se inició un proceso masivo de alfabetización, que nos permitió ser declarados por la UNESCO como territorio libre de analfabetismo, se han desarrollado Misiones de educación básica que han incluido más de 850 mil jóvenes que estaban fuera del sistema educativo formal y se ha logrado municipalizar la educación universitaria, incluyendo más de 2,5 millones de jóvenes a los estudios superiores.
Por otra parte, hemos creado el Ministerio del Poder Popular para la Juventud, quien atiende de manera directa los problemas y necesidades de este sector en el país y se han promulgado leyes específicas para garantizar el empleo de los jóvenes.
La inclusión de los jóvenes como protagonistas de la sociedad, su participación activa, su protección como sector vulnerable y su empoderamiento político-social, son elementos fundamentales para desarrollar con éxito en la sociedad una cultura de paz y tolerancia que triunfe sobre la cultura de la violencia y de la muerte.
Gracias Señor Presidente
Prensa Misión Venezuela ONU- NY.
En el planeta, en este extraño e incomprensible tablero de ajedrez de la pugna de intereses de grandes potencias, se han creado vastas zonas de conflicto, algunas veces cruentos y trágicos, como sucede en el Medio Oriente y el norte de África, y otras veces, permanente y crónico como ocurre en el centro de África.
En estas zonas de conflicto, las grandes potencias, con inmenso poderío militar, económico y comunicacional propagandístico, han concentrado su extraordinario poderío en promover la guerra, la violencia, el sectarismo, el odio, la intolerancia religiosa y el extremismo.
Los expertos en el comportamiento de las sociedades seguro tienen muchos más elementos que aportar en el estudio y comprensión de cómo fluyen estos factores en la juventud. Pero lo que resulta claro es que los niños desde los primeros años de su vida, los de la formación de la cosmovisión y espiritualidad del ser humano, han crecido y estado expuestos a la brutalidad de la guerra en Iraq, Libia, Siria, Yemen y Palestina, sean hoy día, muy probablemente, los jóvenes que se suman en grandes cantidades a los grupos extremistas y terroristas. Es muy probable que los niños de algunas regiones de África que han vivido en un ambiente permanente de violencia social, exclusión y aguda pobreza, hoy sean los jóvenes que se suman, lamentablemente, a los grupos terroristas.
La desesperanza y la falta de oportunidad de millones de jóvenes que subsisten en situaciones de guerra, sectarismo, colonialismo y ocupación extranjera, crean las condiciones para que el extremismo aparezca, crezca y se desarrolle. La aparición de grupos extremistas y terroristas le han cambiado la cara a sociedades que hasta entonces eran tolerantes y amigables con las minorías étnicas y religiosas.
Señor Presidente,
En este debate habría que preguntarse ¿Cómo es posible que estos grupos terroristas como el ISIS, Al Qaeda, el Frente Al - Nusra, tengan tanta capacidad de actuación, tanta capacidad militar, tantas armas, tanta movilidad, tanta capacidad comunicacional? ¿Quién los financia? ¿Quién los arma? ¿Quién los promociona? Si queremos proteger a los jóvenes, que no se involucren en el extremismo y el terrorismo, entonces no puede haber doble moral en este tema. Tiene que cesar el apoyo, directo o indirecto, a los grupos terroristas. Tiene que cesar el flujo de armas.
Otro aspecto, no menos importante, para abordar este problema, tiene que ver con las capacidades institucionales de los Estados para prevenir la propagación del extremismo y el terrorismo entre los jóvenes, sobre todo en situaciones de post conflicto.
Las distintas instituciones del Estado tienen que coordinar las tareas de inserción de los jóvenes a las posibilidades de participación política, económica y social. Los procesos inclusivos, la alfabetización, la educación, el trabajo, la atención espiritual y social son fundamentales a la hora de combatir la desesperanza y la fractura emocional entre los jóvenes. Los Estados Nacionales y las Naciones Unidas podrían coordinar a través de organismos como la UNESCO y el PNUD, la promoción de las zonas de paz, la tolerancia, la cultura, desarrollo económico-social y la participación activa de la juventud en el hecho social.
Esta tarea es mucho más urgente e importante en los países donde se han desarrollado o están expuestos a conflictos armados. En países azotados por la guerra, donde los niños y jóvenes están expuestos al trauma de la violencia y el sectarismo, la ausencia del Estado o la debilidad de las instituciones dejan un espacio vacío aprovechado por el extremismo y los grupos terroristas.
Señor Presidente,
Venezuela, así como América Latina y el Caribe, es una zona de paz. La Revolución Bolivariana, liderada por el Presidente Chávez inició y ha continuado desarrollando con el Presidente Nicolás Maduro, un vasto programa de inclusión de todos los sectores de la sociedad, con particular énfasis en los jóvenes.
En nuestro país, se inició un proceso masivo de alfabetización, que nos permitió ser declarados por la UNESCO como territorio libre de analfabetismo, se han desarrollado Misiones de educación básica que han incluido más de 850 mil jóvenes que estaban fuera del sistema educativo formal y se ha logrado municipalizar la educación universitaria, incluyendo más de 2,5 millones de jóvenes a los estudios superiores.
Por otra parte, hemos creado el Ministerio del Poder Popular para la Juventud, quien atiende de manera directa los problemas y necesidades de este sector en el país y se han promulgado leyes específicas para garantizar el empleo de los jóvenes.
La inclusión de los jóvenes como protagonistas de la sociedad, su participación activa, su protección como sector vulnerable y su empoderamiento político-social, son elementos fundamentales para desarrollar con éxito en la sociedad una cultura de paz y tolerancia que triunfe sobre la cultura de la violencia y de la muerte.
Gracias Señor Presidente
Prensa Misión Venezuela ONU- NY.
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