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miércoles, septiembre 25, 2013

Alianza de grupos rebeldes en Siria


Abdelaziz Salame, el máximo dirigente político de la Brigada Tawhid de Aleppo, emitió un comunicado en línea titulado "Comunicado Número Uno" y lo que pretende hacer es desarticular la estrategia occidental en Siria y ponerle fin a la oposición en el exilio. En ese comunicado se especifica que se aplica a la Coalición Nacional (CNS) y al gobierno en el exilio de Ahmed Touma, haciendo hincapié en que estos grupos "no los representan y que no los reconocen.” Los siguientes grupos aparecen como firmantes de la declaración:

1. Jabhat Al-Nusra
2. Movimiento Islámico Ahrar Al-Sham
3. Liwa Tawhid
4. Liwa Al-Islam
5. Brigadas Suqour Al-Sham
6. Movimiento Islámico Amanecer
7. Movimiento Islámico Al-Nour
8. Noureddin al- Zengi Batallones
9. Liwa Haqq - Homs
10. Liwa Furqan - Quneitra
11. Agrupación Fa-staqim Kama Ummirat - Aleppo
12. 19a División
13. Liwa Al-Ansar

Los supuestos firmantes constituyen una parte importante de las fuerzas rebeldes del Norte, además de grandes zonas de Homs y Damasco; algunos de ellos se encuentran entre los mayores grupos armados en el país –entre los 5 primeros- y juntos, controlan al menos unas decenas de miles de combatientes (según sus propias estimaciones unos 50.000 combatientes). El problema es que esta alianza de grupos rebeldes representa una rebelión contra el Ejercito Libre de Siria (ELS) y su pretendido liderazgo político, además de suponer un acercamiento con las facciones islamistas más intransigentes.

Eso significa que todos estos grupos ahora formalmente no reconocen a los dirigentes de oposición moldeada y promovida por EE.UU., Turquía, Francia, Gran Bretaña, Qatar, y Arabia Saudita. Estos grupos aliados no son todos los frentes rebeldes, ni mucho menos, ya que decenas o cientos de pequeños grupos locales no se encuentran en esta alianza –han estado ausentes en alianzas previas- y entre ellos se encuentran grupos importantes como: los Batallones Farouq o Brigadas las Ahfad Al-Rasul, ambos están estrechamente alineados con el Consejo Militar Supremo (CMS) y la CNS. En particular, el Estado Islámico de Irak y Al-Sham (ISIS) el grupo más pro Al-Qaeda en Siria, está ausente de la lista. Teniendo en cuenta el reciente aumento de la tensión entre el ISIS y otras facciones, también parece una respuesta estratégica para contener su avance dentro del campo rebelde y establecer una especie de tercera vía entre el SMC -respaldado por Occidente- y el ISIS –apoyado por Al-Qaeda- con elementos sirios.

La declaración también insta a "todas las fuerzas militares y civiles a unirse bajo un marco islámico basado en la sharia -ley islámica- que debería ser la única fuente de legislación". Este documento deja dos puntos en claro: el primero es la creciente influencia de los rebeldes islamistas dentro del campo de batalla, por lo que "islamización" de algunos de los otros grupos, era una cuestión de tiempo; y segundo que, es un intento de cambiar el equilibrio político del poder en favor de los que luchan en el terreno y es un indicio que los grupos yihadistas -como Jabhat Al-Nusra tienen mucho protagonismo en el conflicto. Es interesante destacar que 3 grupos islamistas moderados -Liwa Al- Tawhid, Liwa Al-Islam y Suqur Al-Sham- representaban la principal presencia rebelde de la CNS en el terreno.

El viceministro de Relaciones Exteriores sirio, Fayssal Meqdad, dijo que su gobierno pretendía negociar un fin a la guerra civil hablando con una amplia gama de sirios, líderes religiosos y de grupos pacíficos de la oposición que tienen representación real sobre la sociedad, pero descartó a la oposición en el exilio argumentando que tiene poca influencia en Siria. Al reconocer las relaciones entre los elementos de la oposición armada y partes de la sociedad siria, la oferta representa un cambio sutil en el tono de la interpretación de la rebelión armada como una conspiración extranjera liderada contra el gobierno de Al-Assad. Sin embargo, Meqdad tiene plena confianza que el gobierno había tomado la ventaja contra los rebeldes y dijo que, así como se comprometió a renunciar a sus armas químicas para evitar un ataque aéreo de EE.UU., el gobierno había logrado victorias diplomáticas y militares.

Un periodista sirio, que apoya al gobierno, dijo que los recientes enfrentamientos en Norte entre los grupos rebelde cambió los cálculos de los dirigentes sirios y occidentales con respecto a las negociaciones propuestas en Ginebra; el ISIS está tratando de apoderarse de zonas de otros grupos rebeldes y precisó que "No creo que Ginebra esté muy cerca de nosotros, pero lo que está cerca de nosotros es un gran problema (…) Si no luchamos en las próximas dos, tres o cuatro semanas esto significará que en el interior del Medio Oriente y cerca de la frontera de Europa habrá un Estado auto-financiado y controlado por los terroristas."

Los inspectores de armas químicas de ONU, liderados por Ake Sellstrom, volvieron hoy a Siria para seguir la investigación sobre los 13 a 14 presuntos ataques con armas químicas; el grupo, voló a Beirut y viajó por tierra en un convoy hasta el puesto fronterizo de Masnaa y de allí a Damasco. Las revelaciones del listado de Siria a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) habrían superado las expectativas del gobierno norteamericano, aunque son consistentes con las declaraciones del presidente Al-Assad sobre el cumplimiento de lo acordado. Funcionarios norteamericanos han descrito la lista siria de armas químicas de “sorprendentemente completa”; estas revelaciones por parte de Damasco sugieren que las armas químicas han permanecido bajo estricto control del régimen sirio.

Desde que comenzó la revolución siria, en marzo de 2011, las fuerzas de la oposición de Siria se han dividido en varias facciones y han mantenido fuertes rivalidades, además de las tensiones entre los grupos islamistas y los seculares. Desde que comenzó la revuelta, el presiente Al-Assad y Rusia han sostenido que con las demandas de la democracia resurgió el odio sectario entre la mayoría sunita y la gobernante secta alawita de; esto también preocupa a otras minorías en la sociedad siria, como los kurdos, cristianos y otros grupos étnicos.

El apoyo de los Estados sunitas del Golfo para los rebeldes transformó el papel de la guerra civil en una confrontación regional amplia entre los sunitas y los chiitas de Irán, que apoyan a Al-Assad y los movimientos chiitas. Muchos de los grupos yihadistas crecieron bajo la protección saudita, ante el fracaso de la CNS, y estas fuerzas islamistas crecieron en poder de la mano de grupos vinculados a Al-Qaeda, haciendo aún más fuertes.

La decepción no es exclusividad de los apoyos externos. Cualquiera que sea su base ideológica, muchos grupos de oposición en Siria se muestran escépticos y resentidos con el CNS, al que acusan de no ser transparente con la financiación y los procesos políticos; además señalan que la falta de contacto con la población siria no les permite tener una correcta imagen de los sucesos. La estrategia del CNS, que actúa en el exterior e ignorando el interior, sumado a que Arabia Saudita comenzó agresivamente a apoyar a los grupos seculares fueron elementos decisivos para que los grupos rebeldes se alineasen en un nuevo frente.

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