Una revolución supone de suyo, estratos, memorias, sujetos, archivos, discursos,territorios.
La complejidad popular hizo posible la maravilla de múltiples y diversas experiencias organizativas locales, que desde la resistencia al modelo neoliberal, hoy construyen sólidas referencias para la participación de la gente y la solución de sus luchas. Un abanico que abarca zonas y estratos -que va de lo político-cultural, pasando por la organización comunal, hasta incluir la militancia dura, en
cuanto a la resistencia popular- agrupa a cientos de esperanzas que acompañaneste proceso de cambios.
Este espacio de lo múltiple, es seguido por medios alternativos y comunitarios que amplían la voz y el contenido ideológico de aquellos que, comprendiendo la importancia estratégica del partido, también asumen la responsabilidad de convocar y proponer un espacio de solución de los problemas y conflictos de la historia mínima y de la vida cotidiana. Un músculo común que respetando la autonomía y el liderazgo local, es capaz de coordinar programas, políticas y acciones comunes en torno a la construcción concreta del socialismo. Construir y consolidar el Poder Popular no es cosa fácil, es una tarea de todos los días.
Esta fábrica del sujeto emergente es la insurgencia material y simbólica de lo que puede ser visto y nombrado. Es decir: un nuevo régimen de visibilidad y de enunciación. El crecimiento y maduración de esta corriente de corrientes, este espacio de lo popular que expresa la naturaleza diversa de lo que afirma su singularidad, ha conseguido en estos años que van de proceso revolucionario, el punto de inflexión para el salto cualitativo. Digámoslo sin rodeos, el punto de encuentro y articulación de la potencia de estas fuerzas se llama Chávez. Por eso es crucial, para las distintas corrientes político organizativas que surgen desde el
movimiento popular, encontrarse y perfilar un modelo de referencia que sea común a todas nuestras luchas, de modo que podamos también perfilar una visión común claramente de izquierda. Y así seguir encontrándonos y haciendo.
Juan Barreto Cipriani
cuanto a la resistencia popular- agrupa a cientos de esperanzas que acompañaneste proceso de cambios.
Este espacio de lo múltiple, es seguido por medios alternativos y comunitarios que amplían la voz y el contenido ideológico de aquellos que, comprendiendo la importancia estratégica del partido, también asumen la responsabilidad de convocar y proponer un espacio de solución de los problemas y conflictos de la historia mínima y de la vida cotidiana. Un músculo común que respetando la autonomía y el liderazgo local, es capaz de coordinar programas, políticas y acciones comunes en torno a la construcción concreta del socialismo. Construir y consolidar el Poder Popular no es cosa fácil, es una tarea de todos los días.
Esta fábrica del sujeto emergente es la insurgencia material y simbólica de lo que puede ser visto y nombrado. Es decir: un nuevo régimen de visibilidad y de enunciación. El crecimiento y maduración de esta corriente de corrientes, este espacio de lo popular que expresa la naturaleza diversa de lo que afirma su singularidad, ha conseguido en estos años que van de proceso revolucionario, el punto de inflexión para el salto cualitativo. Digámoslo sin rodeos, el punto de encuentro y articulación de la potencia de estas fuerzas se llama Chávez. Por eso es crucial, para las distintas corrientes político organizativas que surgen desde el
movimiento popular, encontrarse y perfilar un modelo de referencia que sea común a todas nuestras luchas, de modo que podamos también perfilar una visión común claramente de izquierda. Y así seguir encontrándonos y haciendo.
Juan Barreto Cipriani
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