Compromisos de Chávez después del proceso electoral del 7 de octubre es punto de análisis para los próximos 6 años
Últimas Noticias. Una victoria en 22 de los 24 estados, con el 11% de ventaja y más de ocho millones de votos, después de 14 años de gobierno, que por donde se le mire debió haberse desgastado, es un extraordinario éxito. A ese triunfo habría que añadir la altísima participación (ocho de cada 10) que demuestra la madurez de la democracia venezolana, lección paras muchos países, incluidos los desarrollados.
Pero ha habido un lógico, aunque no esperado, descenso porcentual, que debe permitir ver con claridad algunos hechos que el propio Presidente ha hecho suyos en declaraciones o discursos recientes:
En primer término, el diálogo con la oposición. No estamos hablando de reconciliación ni de los "pactos de élites del pasado", sino de reconocer al adversario que ha crecido pese a que ganó en solo dos estados. Esos encuentros deben extenderse al sector empresarial. Es posible avanzar en el programa de gobierno que presentó y que se discutirá en la Asamblea Nacional, en un "debate abierto y franco", como lo definió Chávez, que puede ser importante escenario para mostrar cambios en unos y otros. Será útil para el país.
Enfrentar la incompetencia y la ineficiencia en la administración pública, va igualmente de la mano contra una lacra como la corrupción, que demanda una mano dura.
Han trascendido casos de enriquecimiento ilícito que merecen ser investigados.
Por supuesto que avanzar en el diálogo, que atenúa la crispación que subsiste, y que permite enfrentar juntos algunos problemas con visiones distintas, así como combatir la corrupción y la ineficiencia administrativa, en absoluto obstaculizan la ejecución del programa de gobierno, de avanzar en la construcción del socialismo del siglo XXI, como lo ofreció en la campaña.
La lectura del programa y más atrás, del proyecto de Constitución, permite observar cómo no se contempla un Estado que centralice la propiedad de los medios de producción (característica del socialismo del siglo XX), sino que abre espacio a la propiedad privada de tales medios. Aunque parezcan encontrados, esos intereses pueden armonizarse. Como ven, no es una autopista la que tendrá que transitar Chávez reelecto.
Por supuesto que avanzar en el diálogo, que atenúa la crispación que subsiste, y que permite enfrentar juntos algunos problemas con visiones distintas, así como combatir la corrupción y la ineficiencia administrativa, en absoluto obstaculizan la ejecución del programa de gobierno, de avanzar en la construcción del socialismo del siglo XXI, como lo ofreció en la campaña.
La lectura del programa y más atrás, del proyecto de Constitución, permite observar cómo no se contempla un Estado que centralice la propiedad de los medios de producción (característica del socialismo del siglo XX), sino que abre espacio a la propiedad privada de tales medios. Aunque parezcan encontrados, esos intereses pueden armonizarse. Como ven, no es una autopista la que tendrá que transitar Chávez reelecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario