Resolver los problemas de deuda soberana de los países europeos es una de las principales tareas de la Cumbre convocada de emergencia por la UE, que inicia este día sus sesiones en Bruselas bajo la presidencia de Herman Van Rompuy.
Esta cumbre, la decimosexta de este tipo, está dedicada a la elaboración de medidas para combatir la crisis de la deuda europea, que se ha convertido en sistémica. En particular se abordarán los siguientes temas principales: pasos inmediatos para la aceleración del desarrollo económico y el aumento de la competitividad de la economía europea en general, así como medidas para crear empleos para los jóvenes y ayudar a las pequeñas y medianas empresas.
Esta Cumbre abre el “segundo frente” en la lucha anticrisis, que hasta ahora estaba exclusivamente concentrada en las medidas de ahorro, que han sido ineficaces en estos tres años de recesión.
Al mismo tiempo, los analistas se muestran escépticos acerca de la cumbre en Bruselas y su significancia para la economía europea.
“Se prolongan los debates de una forma casi infinita, al tiempo que se van deteriorando las economías de la zona euro y al tiempo que por activa y por pasiva se les ha mostrado que las medidas de austeridad, de recorte y de contención de gastos lo único que hacen es profundizar la crisis. Ellos (los líderes europeos) siguen en una especie de autismo cruel, tratando de negociar cosas que van en contra de los intereses generales y la propia supervivencia del euro”, le dijo a RT Alberto Montero Soler, presidente de la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales.
Herman Van Rompuy a su vez presentará el texto del Pacto presupuestario de la UE, cuyo concepto fue aprobado en la reunión del 9 de diciembre.
El pacto presupuestario impone normas estrictas sobre los límites del déficit presupuestario de la zona euro y es un nuevo e importante paso hacia la integración económica y monetaria del bloque.
Además, se prevé analizar la estructura del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.
Mientras tanto, Bélgica está paralizada por una huelga general de 24 horas contra la política gubernamental de ahorro. En las zonas urbanas, el funcionamiento de transporte público se ha reducido al mínimo y los trenes suburbanos suspendieron su servicio, e incluso algunos convoyes internacionales como Thalys y Eurostar, que circulan entre Bruselas, París, Londres y Amsterdam.
Las instituciones públicas tampoco abrieron. La última huelga general de esta magnitud tuvo lugar en 1993.
Articulo completo en:http://actualidad.rt.com/economia/global/issue_35499.html
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