Aún cuando la avaricia crematística ostenta un peso relevante en la toma de decisiones geopolíticas de EEUU, en algunas ocasiones la argucia táctica le dice al gobierno de ese país que debe moderar el voraz apetito de sus empresas petroleras, si desean hacer sostenible sus ganancias y los impuestos que pagan al Tesoro de esa nación.
En momentos como el actual, es probable que tal idea esté siendo aplicada por el Gobierno de EEUU en su relación con Venezuela, cuando el tema es la defensa de los intereses de la ExxonMobil en Guyana.
Veámoslo así. Resulta que el último informe del organismo que agrupa y defiende los intereses de los países consumidores de petróleo, la Agencia Internacional de la Energía, sacó cuentas sobre cómo andan las importaciones de crudo de EEUU; y lo que en algún otro momento no hubiese sido noticia; hoy, paradójicamente, lo es.
Luego que las sanciones derribaran la producción y las exportaciones de Venezuela a EEUU, el organismo informa que esa nación está recibiendo más petróleo venezolano que de Guyana, en tal volumen que la Patria de Bolívar se ubica en el puesto sexto de la lista de los países exportadores de crudo al país del Norte.
De acuerdo a los datos citados por la agencia Bloomberg, las exportaciones de crudo venezolano hacia EEUU se situaron en 177.000 barriles diarios (bpd) para el mes de marzo de 2024, lo que supone un aumento interanual del 62%.
Desde el punto de vista del ranking esto es significativo, puesto que en febrero Venezuela había retrocedido al décimo puesto al exportar 142.000 barriles diarios, bpd, y ser adelantada por Guyana (227.000).
En términos trimestrales, las exportaciones de crudo de Venezuela crecieron 56% frente al promedio alcanzado en el primer trimestre de 2023. De enero a marzo de 2024, el país promedió 157.000 bpd, mientras que el año pasado en las mismas fechas fue de 69.600 bpd.
Canadá ocupa cómodamente la primera posición con 3.852.000 bpd; México, aunque sus exportaciones han caído un 43% interanual, sigue ocupando la segunda posición al exportar unos 409.000 bpd; Arabia Saudí también cae un 22% respecto a marzo de 2023 al exportar 351.000 bpd; sin embargo, aún retiene el puesto número tres de la lista.
El resto de la clasificación está compuesta por: Brasil (209.000), Colombia (200.000), Venezuela (177.000), Irak (164.000); Nigeria (138.000) y Guyana (129.000).
De aquí surgen varias interpretaciones geopolíticas, una de las cuales es que aún cuando el Comando Sur ya tiene bases militares en el vecino país y su presidente, Irfaán Ali, es un empleado obediente de la ExxonMobil, la decisión de hostilizar todavía más a Venezuela debe pasar por algunos filtros, tejidos todos con las consecuencias económicas (políticas) que tendría para EEUU arreciar aún más las acciones agresivas contra el país.
Una de ellas: la inflación en EEUU. El alza de precios en la gran nación del norte tiene muchos rostros que espantan a los bolsillos de los consumidores, los cuales son sensibles “electoralmente” a cualquier detonante incremento en el precio de la gasolina, por mínimo que éste sea.
La agencia de noticias Associated Press informó que la percepción del consumidor en Estados Unidos cayó drásticamente en mayo 2024 a su nivel más bajo en seis meses, y los estadounidenses mencionaron la alta inflación y las elevadas tasas de interés, así como el temor a que el desempleo pudiera aumentar.
“El índice de percepción del consumidor de la Universidad de Michigan cayó a 67,4 este mes respecto a la cifra final de 77,2 en abril. La cifra de mayo sigue siendo cerca de 14% más alta que hace un año. En general, la actitud del consumidor ha sido sombría desde la pandemia, y particularmente desde el primer pico inflacionario en 2021”.
En los últimos 100 años, el dólar ha perdido más del 95% de su valor, de acuerdo a las estadísticas oficiales de los Estados Unidos.
Así las cosas, un reciente antecedente que da indicios de que EEUU no puede, ¡Ojo! en el actual contexto, pelarle tanto los colmillos a Venezuela, es la altisonante revocatoria de la Licencia 44, la cual permitía a las personas y empresas estadounidenses, y a cualquier otra temerosa de sanciones, hacer negocios petroleros y operaciones financieras con Pdvsa y el BCV..
Altisonante, porque la inflada y alardeada decisión no revocó del todo el anterior “permiso” de operaciones y transacciones otorgado a Pdvsa y al BCV el pasado 17 de octubre de 2023, denominada Licencia 44, sustituida por la Licencia 44A, la cual contiene varios entretelones que la misma resolución se encarga de responder.
La nueva Licencia 44A revocó el otorgamiento de permiso abierto y general a las empresas que se había dado en octubre de 2023 para que operasen, aunque siempre sujetas a escrutinios y restricciones, en el sector petrolero. A partir de ahora, toda solicitud para operar en Venezuela será sometida a revisión, caso por caso, por la Oficina de Control de Activos Extranjeros.
Para nada fueron tocadas las operaciones de Chevron, la Shell, Repsol, ni las del resto de las empresas de servicios petroleros que ya actúan en Venezuela. La primera seguirá con sus planes operacionales y de inversión a través de las cuatro empresas mixtas en las cuales es socia minoritaria con Pdvsa; la segunda, puede continuar con el acuerdo para producir gas por 30 años firmado con Venezuela. A ninguna de las que ya están en el país se les pidió que se fuera.
Visto a distancia, con criterios de control de mercados, atendiendo a la máxima de que EEUU no tiene amigos sino intereses, la nueva Licencia 44ª permite, como sigue y ha permitido, el ingreso a Venezuela de las empresas que a EEUU les interesa, mientras ahuyenta y somete al escrutinio y aprobación a los nuevos y potenciales inversionistas deseosos de concretar acuerdos para invertir y operar en el pais.
Por tanto, las nuevas empresas que teman ser sancionadas tendrán que pedir y esperar el permiso de la Oficina de Activos Extranjeros de EEUU, lo cual tiene el contrapeso político de que deberá responder a la elemental pregunta de por qué a esa empresas sí y a nosotras no.
Estas variables: inflación, necesidad del petróleo venezolano y el consecuente permiso de operaciones a las empresas petroleras que a EEUU le interese, revelan la importancia del petróleo venezolano, lo cual indica que el apoyo a la ExxonMobil y a Guyana tiene sus bemoles, medidos por la vara del cómo marchan las relaciones (petroleras) con Venezuela..
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