Roberto Malaver
La señora Adelaida García, después de visitar a su marido por unos días, decidió marcharse para elaborar un informe y presentárselo a más tardar en cinco días. Estaban separados, pero había la posibilidad de volver a reencontrarse. Solo que Adelaida puso como condición que Atanasio Alcázar, su marido, la invitara para saber si era cierto que durante ese tiempo que vivieron separados, Atanasio se había comportado como un buen ciudadado: fiel, honesto y responsable.
Atanasio estaba esperando el informe con cierta suspicacia, hasta que llegó el día en que su comadre Arcadia Díaz, lo llamó y le preguntó si ya se había enterado del informe García que estaba circulando por las redes sociales. Atanasio no se sorprendió, sabía que Adelaida García, hija del general García que fue torturado, preso y desaparecido en el régimen de la cuarta república, tenía esas apreciaciones tan subjetivas. Y entonces fue a la fuente directa. Buscó el informe en internet, lo bajó y se dispuso a leerlo.
Vio que eran diociocho páginas. Y que la investigación estaba apoyada en entrevistas que se habían hecho en el exterior, a pesar de que Atanasio no ha salido del país. Además, también estaban algunas ONG, que como todo el mundo sabe, son financiadas por la AAA- Asociación de Arpías Alzadas- un grupo de mujeres que aborrecían a los hombres que eran infieles, y que financiaban a todos aquellas ONG que le cayeran encima a los maridos del mundo por maltratadores.
Atanasio, a pesar de todo, sonrió cuando vio que el informe García decía que él hacía más de diez horas de cola para comprar alimentos, y que cambiaba por sexo, su puesto en la cola con las mujeres que llegaban tarde a comprar. “Adelaida es increíble. No deja de mentir ni por equivocación”- se dijo Atanasio mientras leía el informe.
Mientras estaba en eso, recibió una llamada de uno de los exmaridos de Adeilada: “esa mujer no cambia, amigo. A mi me hizo lo mismo y ahora soy feliz”- le dijo Ambrosio Márquez. Después lo llamó Rufino Meléndez, el segundo marido de Adelaida, y le dijo: “te está cobrando tu honestidad. Así es ella, malagente. A mi me hizo lo mismo”. Al final, mucha gente que conocía a Atanasio, y que conoció el informe García por las redes sociales, se solidarizó con Atanasio, y ahora más que nunca, Atanasio es un hombre feliz.
robertomalaver@gmail.com
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