Por Ramón Pedregal Casanova, Resumen Latinoamericano, 27 noviembre 2016
“Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen / palabras en acción y hechos que cantan, / por eso desde lejos te he traído / una copa del vino de mi patria: / … / Está llena de tantas esperanzas / que al beberla sabrás que tu victoria / es como el viejo vino de mi patria: / no lo hace un hombre sino muchos hombres / y no una uva sino muchas plantas: / no es una gota sino muchos ríos: / no un capitán sino muchas batallas. / Y están contigo porque representas / todo el honor de nuestra lucha larga / y si cayera Cuba caeríamos, / y vendríamos para levantarla, / y si florece con todas sus flores / florecera con nuestra propia savia. / Y si se atreven a tocar la frente / de Cuba por tus manos libertada / encontrarán los puños de los pueblos, / sacaremos las armas enterradas: / la sangre y el orgullo acudirán / a defender a Cuba bienamada.”
Fragmento del poema: A Fidel Castro. Libro: Canción de Gesta. Autor Pablo Neruda.
Cada obrera, cada obrero, cada trabajadora, cada trabajador, ha soñado alguna vez con un momento en que fuese libre, en que se encontrase con las necesidades cubiertas y un mundo más justo. El sueño de la clase obrera, de la clase trabajadora, ha sido una y mil veces el de ser victoriosa, respetada, reconocida, con sus leyes, leyes que elabora junta y que junta comparte. Ser victoriosa con su enemigo el gran capital, respetada por su enemigo el gran capital, reconocida por su enemigo el gran capital.
Pero el sueño se ha roto tantas veces que se ha llegado a creer que era imposible, que era una quimera, que era mejor no soñar, no tener deseos, no tener esperanzas, no tener vida propia ni pensar en un mundo mejor. A veces las revoluciones se apagaban, otras se consumían en su propia llama, otras la llama era tan tibia que no se sabía por qué no era fuego ni agua. Aunque siempre, en todas partes había, hay, habrá, obreras y obreros, trabajadoras y trabajadores, soñando, actuando para que se haga realidad la esperanza. Y entre esas revoluciones ha llegado hasta nuestros días la Revolución Cubana, victoriosa a pesar de su enemigo el gran capital, respetada a pesar de su enemigo el gran capital, reconocida a pesar de su enemigo el gran capital, el mismo enemigo de toda la clase obrera, la clase trabajadora en los 5 continentes. Por eso en los 5 continentes se pronuncia el nombre de Fidel con agradecimiento, con actos que inspiran, con hechos que cantan. Fidel representa el honor de nuestra lucha larga, de nuestra lucha histórica, de nuestra lucha por el mundo soñado, en el que la justicia social y la igualdad sean la ley. En los cinco continentes los pueblos pronuncian su nombre porque con su nombre (y me aprovecho aquí de algunas de sus palabras en la II declaración de La Habana, que pronunció en la Plaza de la Revolución en 1962), con su nombre la clase obrera “reafirma la voluntad de marchar con todo el mundo y no con una parte de él. (Ysiguió narrando la acción, contando los hechos que cantan). “En Punta del Este se libró una gran batalla ideológica entre la Revolución cubana y el imperialismo yanqui. ¿Qué representaban allí?. ¿Por quién habló cada uno de ellos?. Cuba representó los pueblos. Estados Unidos representó los monopolios. Cuba, por la soberanía. Estados Unidos, por la intervención. Cuba, por la cultura. Estados Unidos, por la ignorancia. Cuba por los alfabetizadores asesinados. Estados Unidos, por los asesinos.”
Se ha difundido la noticia de su fallecimiento y en las fábricas, en los campos, en las selvas, en los desiertos, en los mares, en las montañas, la clase obrera con sueños de justicia ha pronunciado el nombre de Fidel. He recibido noticias de diversas partes del mundo donde los humildes, las gentes trabajadoras, han salido a las calles a gritar su nombre, en Palestina he visto imágenes de Ramalla, y en un comunicado del Secretario General del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, el señor Nayewf Hawatmeh, declara: “Glria al compañero Fidel, último gran internacionalista revolucionario. Gloria al pueblo cubano y su revolución, el desarrollo, la justicia social y el socialismo.” En Madrid, España, he visto imágenes de la gente trabajadora gritando su nombre, en Venezuela, en Bolivia, en París, … Un gran futbolista, Javier C. Gallego, (CD Leganes y Selección Nacional de Fútbol de España) me ha hecho llegar sus condolencias escribiendo:”Siento mucho la muerte del comandante Castro. Si pudiera transmitir mi pesar en sus redes, le estaría agradecido. Hoy en el partido llevfaré brazalete negro en su honor y en honor al pueblo cubano. Hasta la Victoria Siempre.”
Hoy pronunciamos su nombre porque es el símbolo del antiimperialismo, y es el nombre con el que la clase obrera ha vencido al capitalismo. Por eso el imperio le ha odiado tanto, ha atentado contra él 650 veces, ha pretendido acabar con la resistencia del pueblo cubano bloqueándolo, ha envenenado a su población, ha destruido sus cosechas, ha atentado causándo entre el pueblo de Cuba miles de muertos y heridos, ha querido callar los hechos en Cuba, la solidaridad de Cuba con los más necesitados del mundo, ha construido en territorio cubano colonizado la prisión más antihumana, …: el imperialismo nos hace antiimperialistas, y nuestra sangre y nuestro orgullo acuden a defender a Fidel, a Cuba bienamada. Hasta la victoria siempre.
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