"Primero el suelo nativo que nada; él ha formado con sus elementos nuestro Ser; nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro pobre país..."
Simón Bolívar
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, saludan con profundo sentimiento de patria y soberanía a los asistentes al Tercer Encuentro Nacional de Zonas de Reserva Campesina y expresan su gratitud por la invitación que ANZORC ha hecho a la Mesa de Diálogos de la Habana, para asistir a tan importante certamen que sin duda entregará a nuestro país las mejores iniciativas y propuestas que conduzcan a la transformación rural y agraria estructural que contribuya a la fundación de la justicia social y a la conquista de La Paz estable y duradera, que con fervor anhela nuestro gente más humilde y trabajadora.
Con detenimiento han estudiado las FARC-EP las propuestas que desde la Colombia profunda y olvidada por las élites gobernantes, han generado con creatividad y esperanza los campesinos, los indígenas, las comunidades afro-descendientes, palenqueros, pueblos de composición inter-étnica e intercultural, encaminadas a superar las profundas desigualdades que caracterizan la tenencia y el uso de la tierra en nuestro país, y que son causa fundamental de la miseria que padecen las mayorías y de la confrontación social y militar que nos desangra por cuenta del régimen.
Queremos hoy reiterarles que con las propuestas de nuestros compatriotas del campo, entre las que se encuentran las de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, hemos organizado y presentado para la discusión con el gobierno, gran parte de nuestros planteamientos, retomando ante todo las preocupaciones sobre la depredación de la naturaleza, el inadecuado uso y abuso del territorio nacional que imponen la praderización de la ganadería extensiva, la existencia pertinaz de los monopolios latifundistas, la extranjerización del territorio, el traslape del mapa minero-energético sobre la tierra de vocación forestal y agrícola, lanzándonos hacia el caos de la destrucción ambiental.
Podemos decir con sinceridad y orgullo, entonces, que es con ustedes, con nuestro pueblo, con la voz de los desposeídos, que estamos asumiendo la lucha política por La Paz con justicia social que significan los diálogos que se desenvuelven en la Habana y los diversos certámenes de participación ciudadana organizados por las comunidades para hacer escuchar sus reivindicaciones.
Dentro de esa ruta, retomamos el sentimiento de las mayorías que claman por una reforma agraria profunda, estructural, integral, que dignifique la vida de las pobrerías del campo y la ciudad elevando sus derechos al carácter constitucional, que garantice su pleno desenvolvimiento político mediante la descentralización administrativa de sus territorios, propicie la soberanía alimentaria de nuestra nación y el desarrollo sostenible en equilibrio con la naturaleza que ustedes abanderan.
De manera especial reconocemos en el movimiento campesino un componente principalísimo para emprender la democratización y la reconstrucción de nuestra república bajo consignas de equidad, ejercicio pleno de los derechos fundamentales y la libertad. En tal sentido creemos prioritario atender con urgencia a las solicitudes que históricamente han levantado en función de la restitución y la redistribución de la tierra, en las proporciones legítimas de sus propuestas, incluyendo la reparación integral de todos los daños que por el conflicto, el despojo y el abandono impuestos por el Estado, padecen más de treinta millones de colombianos hoy sumergidos en la miseria.
Las Zonas de Reserva Campesina son sin duda escenarios nacidos de auténticos procesos organizativos agrarios que expresan genuinamente los intereses de inmensas masas empeñadas en tener la tierra para trabajarla con honestidad, para protegerla con amor y preservarla pensando en las generaciones venideras. De tal manera que quienes desde el alto gobierno y fuera de él se empeñan en estigmatizarlas, demonizarlas, obstruir su nacer constante, su fortalecimiento, su desarrollo y presencia en condiciones de justicia social y paz, no hacen sino negarle sus más sentidos derechos a quienes realmente más merecen de la solidaridad y la generosidad nacional.
Los guerrilleros de las FARC, nos sumamos al coro que exige la formalización de las 9.5 millones de hectáreas de tierra que comprenden los nuevos procesos de formación de las Zonas de Reserva Campesina, el cumplimiento sin dilaciones del proceso administrativo de constitución e impulso de diversas zonas específicas como la del Catatumbo o la del Lozada-Guayabero entre tantas otras, y los acuerdos y compromisos, que es lo menos que el gobierno debe realizar, levantando además el veto inquisidor y los planes de guerra que el Ministerio de Defensa sostiene contra su existencia.
Este es un evento de pueblo, de pueblo que clama justicia como insumo esencial de paz. Nosotros hemos dicho que para construir La Paz hay que escuchar al pueblo, al soberano, al constituyente primario, lo cual quiere decir que ustedes deben ser escuchados. Esa es nuestra visión y por ello no podemos menos que desear éxito a este encuentro y a la magnánima causa que representan, más cuando son ustedes quienes con el sudor y sus manos, sagradas manos labriegas, hacen que la madre tierra nos dé sus más generosos frutos, que definitivamente constituyen el mejor tesoro que tiene la patria y que nosotros tenemos el compromiso inclaudicable de defender de la codicia capitalista jurando todo nuestro pleno amor y batallar, hasta las últimas consecuencias.
Repetimos con determinación que en nuestras iniciativas de cierre de frontera agrícola, zonificación ambiental y construcción catastral, entre otros, tal como antes se ha manifestado, defenderemos la participación de las comunidades rurales en la toma de decisiones, siempre observando en darle prioridad a los intereses sociales, al desarrollo sostenible, a la protección ambiental y la producción alimentaria soberana, dentro de una concepción de amor y equilibrio con la naturaleza.
Que todas las bienaventuranzas y bendiciones sean con ustedes campesinos, labradores de la patria, a quienes la providencia les ha entregado la sublime misión de saciar el hambre de los pueblos, pero en vida digna.
Fraternalmente, compatriotas
DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP.
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