EFE | Fecha: 02/27/2012
Klarsfeld, que se enfrentará en la votación de la Asamblea Federal a Joachim Gauck, candidato del resto de las formaciones, se hizo famosa en 1968 por una bofetada que le propinó al entonces canciller alemán, Kurt Georg Kiesinger.
Con la bofetada , Klarsfeld, que ahora tiene 73 años, quiso llamar la atención sobre el pasado nazi de Kiesinger y el efecto que tuvo compensó con creces la condena a cuatro meses de cárcel que se le conmutaron por libertad vigilada.
"Al día siguiente, la bofetada estaba en todos los periódicos y Kiesinger quedó estigmatizado como exnazi", explicó Klarsfeld muchos años después.
Sin embargo, la lucha de Klarsfeld contra los antiguos nazis no se limitó a gestos simbólicos y espectaculares como la bofetada a Kiesinger.
Así, por ejemplo, fue el trabajo de Klarsfeld el que permitió que en 1983 Klaus Barbie, el llamado carnicero de Lyon por el sadismo que mostró en esa ciudad como jefe de la Gestapo, fuera ubicado y detenido en Bolivia y extraditado a Francia.
Klarsfeld ha sido condecorada en reiteradas ocasiones en Francia y en Israel, la última de manos del actual presidente francés Nicholas Sarkozy, mientras en Alemania, en cambio, no ha recibido condecoraciones oficiales.
La candidatura de La Izquierda solo tiene un carácter simbólico, pues en la Asamblea Federal, que se celebrará el 18 de marzo, a Gauck, se enfrentará al candidato de consenso de todos los otros partidos con representación parlamentaria.
Las biografía de los dos candidatos tiene cierta similitud en la medida en que mientras Klarsfeld consagró su vida a denunciar a antiguos nazis, la vida pública de Gauck se identifica ante todo por su trabajo de mantener la memoria de la represión en la extinta República Democrática Alemana (RDA).
La candidatura de Klarsfeld fue aprobada de manera unánime por parte de la cúpula de La Izquierda. EFE
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