OPINION
por Hernán Mena Cifuentes
Fuertes vientos de guerra azotan al mundo ya que EEUU sigue promoviendo y desatando aventuras bélicas sin importarle que la próxima puede ser la última que se libre en la tierra, ya que esta desaparecerá junto con sus sueños de conquista planetaria, destino al que, como todos los imperios que le precedieron está inexorablemente condenado.
Sordo a las voces que le advierten del peligro que corre y ciego ante las ruinas que hoy exhiben Macedonia, Roma, el imperio Mongol y otros que pretendieron dominar al mundo, EEUU, sigue sus pasos con las guerras que desata en Siria, Irak, Yemen y Ucrania, realizando maniobras militares frente a Rusia y haciendo groseras y peligrosas advertencias a China.
No se apaga aún el eco de los clarines y discursos que en Moscú celebraban el pasado 9 de mayo el 70º aniversario del triunfo de la Gran Guerra Patria sobre el Fascismo, cuando el imperio yanqui, heredero del Tercer Reich de Hitler, atiza las llamas de ese último conflicto que haría de la tierra un planeta exento de todo vestigio de vida vagando eternamente por el Cosmos
De allí que el mundo se pregunta: ¿Es que EEUU olvida, o pretende ignorar las lecciones de la historia que enseñan que todos los imperios que le precedieron, desaparecieron, vencidos por los pueblos que invadieron o por otros que le sucedieron, arrojados al basurero que ella tiene reservado para ellos y sus lacayos?
Es que el “Quien siembra vientos cosecha tempestades”, porque, como pronosticó Bolívar, EEUU, el imperio que en nombre de la libertad plagó de miserias a América y al resto del mundo con intervenciones militares, magnicidios y golpes de Estado, hoy se halla hundido en los abismos de la ruina económica provocada en gran medida por los cuantiosos gastos hechos en sus aventuras bélicas.
Pese a las aplastantes derrotas sufridas en las guerras que ha desatado, sigue haciendo nuevas guerras como poseído de un espíritu satánico, más no es así, sino como afirma Fidel: “las guerras, desde el principio de la Humanidad, han surgido por una razón: el deseo de unos de despojar a otros de sus riquezas. Desaparezca la filosofía del despojo y habrá desaparecido la filosofía de la guerra.”
Pero el país donde rige el Capitalismo salvaje con su modelo neoliberal y el consumismo voraz que impone a la sociedad estadounidense para poder existir, no puede hacerlo. Se lo impide el compulsivo afán de agredir pueblos en su ilusorio empeño por conquistar el mundo, ignorando que, como a todos los imperios, la guerra, inexorablemente lo conducirá a la muerte.
Tómese en las manos un mapamundi o un libro de historia y se verá que no existe ninguna región o continente donde los ejércitos de EEUU y sus lacayos no hayan dejado a su paso la huella sangrienta de la espiral de violencia que ha cobrado y sigue cobrando las vidas de millones de personas, niños y mujeres en su mayoría, destruido valiosos monumentos culturales y miles de pueblos y ciudades.
África, Asia, Europa, Oceanía, América Latina y el Caribe han sido y siguen siendo escenario de una tragedia humana como nunca conoció la historia, genocidio cuya realidad supera en crueldad y sadismo a la ficción de la más macabra novela de terror jamás escrita, obra teatral montada o película de horror filmada.
La Humanidad es testigo de los crímenes que cometió en Japón, Vietnam, Yugoslavia, Irak, Angola, Afganistán, Yemen, Libia, Egipto, Somalia, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Granada, Cuba, Haití, Chile, Rep. Dominicana y en Venezuela, victima hoy de una brutal guerra económica, política y psicológica con la que pretende destruir la revolución bolivariana.
Los cometió y sigue perpetrando hasta ahora, no para llevar la libertad a esos pueblos, como hipócrita y cínicamente afirman sus gobernantes cada vez que agrede a uno de ellos, sino para subyugarlos y desangrarlos económicamente al saquear los ingentes recursos naturales que les roba, porque vive de la sangre ajena, de la cual se alimenta como un parásito.
Lo comprueba el amplio prontuario delictivo que exhibe al igual que los piratas que hace siglos saquearon los tesoros de las islas y la tierra firme de la Patria grande y caribeña a las que invadió con sus cañoneras repletas de marines e impuso brutales dictaduras y sumisas pseudo democracias que apoyaron sus crímenes a cambio de las migajas que en dólares les arrojaba.
Igual expediente genocida presentan sus secuaces europeos como conquistadores de varios continentes, traficantes de millones de esclavos a los que vendían como quien vende una mercancía al mejor postor en el mercado; los que se repartieron el mundo como se reparte un pastel en una fiesta, o en un festín de buitres, la presa que ha caído en sus garras.
Y es que, si EEUU desata guerras en el marco de su proyecto de dominación mundial, lo hace también porque sus gobernantes sufren de una compulsiva adicción a la violencia, patológico impulso de los psicópatas asesinos en serie o “serial killlers” en inglés, como clasifica la psiquiatría a esos enfermos mentales que no pueden resistir el irresistible placer de matar que les domina.
De otra forma nadie se explica, ni podrá explicarse nunca, cómo en el paroxismo de su insanía, Harry S. Truman fue capaz de liberar el terror nuclear sobre Hiroshima y Nagasaki oculto en 2 bombas atómicas bautizadas con los inofensivos nombres de “Little Boy” (“Muchachito”) y “Fat man” (Hombre gordo) cuyo infernal fuego y calor en pocos segundos exterminaron más 300.000 vidas.
Cómo Johnson, Nixon, Kennedy, Reagan, Bush padre, su hijo George W. Bush, “El Nerón del Siglo XXI y Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra, hayan creado esa vorágine de violencia, destrucción y muerte que está consumiendo con sus llamas gran parte del planeta y que EEUU sigue alimentando, amenaza con convertirse en incendio que envuelva a todo el mundo
Cómo destruyó y sigue destruyendo naciones, antes pacíficas y prósperas, dejándolas en ruinas, hoy arrasadas por guerras intestinas que atiza financiando, armando y entrenando a mercenarios como lo hizo en Libia, Irak y como hoy lo hace en Siria, donde mueren a diario centenares de inocentes y millones escapan a países vecinos huyendo de la muerte sufriendo, hambre, sed y frío.
Es en el marco de su irracional proyecto de dominación mundial, que EEUU junto sus secuaces europeos de la OTAN hostiga a Rusia en sus propias fronteras, realizando ejercicios militares conjuntos con tropas de Polonia, Letonia, Estonia, Lituania y Ucrania, donde promovió un golpe de Estado
.
Allí en Ucrania, debido al golpe de Estado promovido por EEUU y la UE hoy existe un gobierno neonazi rechazado por el pueblo ruso-parlante de la región de Dombas que se separó del país y en su intento de someterlo Kiev lanzó hace poco mas de un año una guerra que ha dejado cerca de 7 mil muertos, destruido pueblos y ciudades y su infraestructura industrial, la más importante del país.
La razón del golpe fue que EEUU piensa utilizar a Ucrania como cabecera de playa de una eventual invasión a Rusia, algo que sería una locura, pues lo único que haría es acelerar el fin inexorable del imperio, que en pretende evitarlo desencadenando mas guerras.
En el paroxismo de su secular adicción a la mentira, junto con sus lacayos de la Unión Europea, culpa a Rusia de enviar tropas a Ucrania en apoyo a los independentistas revolucionarios que combaten al nefasto régimen de Poroshenko, su títere, acusación negada por Moscú y por Francia uno de sus aliados en la voz de Christophe Gomart, director de la Inteligencia militar francesa.
“La Inteligencia norteamericana, -declaró Gomart el 25 de marzo pasado ante la Comisión de Defensa y de las Fuerzas Armadas de la Asamblea Nacional de Francia- proporcionó pruebas falsas sobre una supuesta invasión rusa a Ucrania.
De hecho, -dijo el funcionario galo- hemos confirmado que los rusos no establecieron ningún puesto de mando, ni cuerpos de retaguardia, incluyendo hospitales de campaña, que pudieran permitirles llevar a cabo una invasión militar.”
Todo lo contrario, ha sido EEUU el que ha enviado y continúa enviando armas letales, asesores y suministrando información satelital sobre el movimiento de las milicias revolucionarias al neonazi ejército ucraniano, que a pesar de ese apoyo, ha sufrido humillantes derrotadas en la guerra desatada contra los separatistas que ha costado la vida de mas de 6 mil personas.
Pero persiste en su ceguera cometiendo errores a pesar de sus fracasos, como el que en el paroxismo de su soberbia y falta de tacto diplomático cometió la entonces secretaria de Estado yanqui Hillary Clinton al decir que “China y Rusia pagarán un precio por su apoyo a Siria”, por oponerse a la guerra que EEUU y sus aliados europeos y árabes han desatado contra el país del Medio Oriente.
Obama es tan ignorante y prepotente como Clinton en materia diplomática, ya que ha tenido la osadía de amenazar recientemente a Beijing por construir islas artificiales en el Mar del Sur de china y de enviar el 24 de mayo una aeronave militar a espiar esa área, irresponsable decisión que ha sido rechazada a través del diario Global Times, portavoz oficial del Partido Comunista Chino.
En un editorial el medio advierte a EEUU sobre una posible “confrontación militar” si no deja de urgir a China para que pare la construcción de esas islas artificiales, al tiempo que Hua Chunying, portavoz de la cancillería china hacía una seria advertencia a Washington.
“Es peligroso e irresponsable”, -dijo el alto funcionario- lo que ocurrió con el avión estadounidense, y que su vuelo “pudo haber causado algún error de cálculo, urgiendo a EEUU a evitar errores, ser racional y no pronunciar palabras irresponsables.”
Y es que incidentes como ese, que en el mejor de los casos podría tratarse de una irresponsabilidad, o en el peor de ellos, como acostumbra hacer EEUU se trata de un “globo de ensayo” para observar cómo reacciona la otra parte, que si demuestra debilidad procede entonces a seguir agrediendo, es ese tipo de eventos que han abierto las puertas a grandes guerras en el pasado.
Pero obnubilados por la ambición y su compulsivo afán de hacer la guerra, razón de ser de la existencia de esas potencias donde rige el Capitalismo, EEUU y sus aliados europeos, insisten en seguir por el camino de la guerra a pesar de las terribles consecuencias que esos conflictos han generado para sus pueblos, a los que sus gobernantes hoy están arrastrando al borde de otro abismo bélico.
Deberían recordar los estrategas yanquis, que como Vietnam y Afganistán, donde lanzó la 2 más largas guerras de su historia y sufrió sendas humillante derrotas, Rusia es un “Cementerio de Imperios”, y no olvidar tampoco lo ocurrido a los ejércitos de Napoleón y a Hitler, sepultados bajo la nieve y el lodo de la inmensa estepa rusa por el heroísmo del ejército y el pueblo rusos.
Que el Ejército Popular Chino de Mao Tse Tung derrotó al del Imperio del Sol Naciente poniendo fin a la brutal ocupación japonés, a la dominación de los imperios europeos que durante siglos sojuzgaron y humillaron al pueblo chino y al de la República Nacionalista China de Chiang Kai Shek apoyada política y militarmente por EEUU, y a la que ilegitima e ilegalmente impuso en la ONU, dándole el asiento que correspondía a la RPC.
De allí que es trágico el fin que le espera a EEUU, el sembrador de vientos que ha cosechado tempestades, de proseguir perpetrando genocidios en el marco de su letal agenda belicista, lo mismo que al resto del planeta tierra, de continuar el imperio con la locura de sus guerra, por lo que debería recordar la advertencia que hizo Fidel en la ONU hace 35 años:
“Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se pueden resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden matar tampoco la rebeldía de los pueblos, y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo”.
Breve y magistral lección de realismo, moral y ética esa, como las Reflexiones que hoy escribe el líder de la Revolución Cubana es el sabio llamado que hizo en la Asamblea General de la ONU hace más de 3 décadas, advertencia que por el bien del decadente imperio yanqui y del resto del planeta debe tomar seriamente en cuenta Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra.
Fuertes vientos de guerra azotan al mundo ya que EEUU sigue promoviendo y desatando aventuras bélicas sin importarle que la próxima puede ser la última que se libre en la tierra, ya que esta desaparecerá junto con sus sueños de conquista planetaria, destino al que, como todos los imperios que le precedieron está inexorablemente condenado.
Sordo a las voces que le advierten del peligro que corre y ciego ante las ruinas que hoy exhiben Macedonia, Roma, el imperio Mongol y otros que pretendieron dominar al mundo, EEUU, sigue sus pasos con las guerras que desata en Siria, Irak, Yemen y Ucrania, realizando maniobras militares frente a Rusia y haciendo groseras y peligrosas advertencias a China.
No se apaga aún el eco de los clarines y discursos que en Moscú celebraban el pasado 9 de mayo el 70º aniversario del triunfo de la Gran Guerra Patria sobre el Fascismo, cuando el imperio yanqui, heredero del Tercer Reich de Hitler, atiza las llamas de ese último conflicto que haría de la tierra un planeta exento de todo vestigio de vida vagando eternamente por el Cosmos
De allí que el mundo se pregunta: ¿Es que EEUU olvida, o pretende ignorar las lecciones de la historia que enseñan que todos los imperios que le precedieron, desaparecieron, vencidos por los pueblos que invadieron o por otros que le sucedieron, arrojados al basurero que ella tiene reservado para ellos y sus lacayos?
Es que el “Quien siembra vientos cosecha tempestades”, porque, como pronosticó Bolívar, EEUU, el imperio que en nombre de la libertad plagó de miserias a América y al resto del mundo con intervenciones militares, magnicidios y golpes de Estado, hoy se halla hundido en los abismos de la ruina económica provocada en gran medida por los cuantiosos gastos hechos en sus aventuras bélicas.
Pese a las aplastantes derrotas sufridas en las guerras que ha desatado, sigue haciendo nuevas guerras como poseído de un espíritu satánico, más no es así, sino como afirma Fidel: “las guerras, desde el principio de la Humanidad, han surgido por una razón: el deseo de unos de despojar a otros de sus riquezas. Desaparezca la filosofía del despojo y habrá desaparecido la filosofía de la guerra.”
Pero el país donde rige el Capitalismo salvaje con su modelo neoliberal y el consumismo voraz que impone a la sociedad estadounidense para poder existir, no puede hacerlo. Se lo impide el compulsivo afán de agredir pueblos en su ilusorio empeño por conquistar el mundo, ignorando que, como a todos los imperios, la guerra, inexorablemente lo conducirá a la muerte.
Tómese en las manos un mapamundi o un libro de historia y se verá que no existe ninguna región o continente donde los ejércitos de EEUU y sus lacayos no hayan dejado a su paso la huella sangrienta de la espiral de violencia que ha cobrado y sigue cobrando las vidas de millones de personas, niños y mujeres en su mayoría, destruido valiosos monumentos culturales y miles de pueblos y ciudades.
África, Asia, Europa, Oceanía, América Latina y el Caribe han sido y siguen siendo escenario de una tragedia humana como nunca conoció la historia, genocidio cuya realidad supera en crueldad y sadismo a la ficción de la más macabra novela de terror jamás escrita, obra teatral montada o película de horror filmada.
La Humanidad es testigo de los crímenes que cometió en Japón, Vietnam, Yugoslavia, Irak, Angola, Afganistán, Yemen, Libia, Egipto, Somalia, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Granada, Cuba, Haití, Chile, Rep. Dominicana y en Venezuela, victima hoy de una brutal guerra económica, política y psicológica con la que pretende destruir la revolución bolivariana.
Los cometió y sigue perpetrando hasta ahora, no para llevar la libertad a esos pueblos, como hipócrita y cínicamente afirman sus gobernantes cada vez que agrede a uno de ellos, sino para subyugarlos y desangrarlos económicamente al saquear los ingentes recursos naturales que les roba, porque vive de la sangre ajena, de la cual se alimenta como un parásito.
Lo comprueba el amplio prontuario delictivo que exhibe al igual que los piratas que hace siglos saquearon los tesoros de las islas y la tierra firme de la Patria grande y caribeña a las que invadió con sus cañoneras repletas de marines e impuso brutales dictaduras y sumisas pseudo democracias que apoyaron sus crímenes a cambio de las migajas que en dólares les arrojaba.
Igual expediente genocida presentan sus secuaces europeos como conquistadores de varios continentes, traficantes de millones de esclavos a los que vendían como quien vende una mercancía al mejor postor en el mercado; los que se repartieron el mundo como se reparte un pastel en una fiesta, o en un festín de buitres, la presa que ha caído en sus garras.
Y es que, si EEUU desata guerras en el marco de su proyecto de dominación mundial, lo hace también porque sus gobernantes sufren de una compulsiva adicción a la violencia, patológico impulso de los psicópatas asesinos en serie o “serial killlers” en inglés, como clasifica la psiquiatría a esos enfermos mentales que no pueden resistir el irresistible placer de matar que les domina.
De otra forma nadie se explica, ni podrá explicarse nunca, cómo en el paroxismo de su insanía, Harry S. Truman fue capaz de liberar el terror nuclear sobre Hiroshima y Nagasaki oculto en 2 bombas atómicas bautizadas con los inofensivos nombres de “Little Boy” (“Muchachito”) y “Fat man” (Hombre gordo) cuyo infernal fuego y calor en pocos segundos exterminaron más 300.000 vidas.
Cómo Johnson, Nixon, Kennedy, Reagan, Bush padre, su hijo George W. Bush, “El Nerón del Siglo XXI y Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra, hayan creado esa vorágine de violencia, destrucción y muerte que está consumiendo con sus llamas gran parte del planeta y que EEUU sigue alimentando, amenaza con convertirse en incendio que envuelva a todo el mundo
Cómo destruyó y sigue destruyendo naciones, antes pacíficas y prósperas, dejándolas en ruinas, hoy arrasadas por guerras intestinas que atiza financiando, armando y entrenando a mercenarios como lo hizo en Libia, Irak y como hoy lo hace en Siria, donde mueren a diario centenares de inocentes y millones escapan a países vecinos huyendo de la muerte sufriendo, hambre, sed y frío.
Es en el marco de su irracional proyecto de dominación mundial, que EEUU junto sus secuaces europeos de la OTAN hostiga a Rusia en sus propias fronteras, realizando ejercicios militares conjuntos con tropas de Polonia, Letonia, Estonia, Lituania y Ucrania, donde promovió un golpe de Estado
.
Allí en Ucrania, debido al golpe de Estado promovido por EEUU y la UE hoy existe un gobierno neonazi rechazado por el pueblo ruso-parlante de la región de Dombas que se separó del país y en su intento de someterlo Kiev lanzó hace poco mas de un año una guerra que ha dejado cerca de 7 mil muertos, destruido pueblos y ciudades y su infraestructura industrial, la más importante del país.
La razón del golpe fue que EEUU piensa utilizar a Ucrania como cabecera de playa de una eventual invasión a Rusia, algo que sería una locura, pues lo único que haría es acelerar el fin inexorable del imperio, que en pretende evitarlo desencadenando mas guerras.
En el paroxismo de su secular adicción a la mentira, junto con sus lacayos de la Unión Europea, culpa a Rusia de enviar tropas a Ucrania en apoyo a los independentistas revolucionarios que combaten al nefasto régimen de Poroshenko, su títere, acusación negada por Moscú y por Francia uno de sus aliados en la voz de Christophe Gomart, director de la Inteligencia militar francesa.
“La Inteligencia norteamericana, -declaró Gomart el 25 de marzo pasado ante la Comisión de Defensa y de las Fuerzas Armadas de la Asamblea Nacional de Francia- proporcionó pruebas falsas sobre una supuesta invasión rusa a Ucrania.
De hecho, -dijo el funcionario galo- hemos confirmado que los rusos no establecieron ningún puesto de mando, ni cuerpos de retaguardia, incluyendo hospitales de campaña, que pudieran permitirles llevar a cabo una invasión militar.”
Todo lo contrario, ha sido EEUU el que ha enviado y continúa enviando armas letales, asesores y suministrando información satelital sobre el movimiento de las milicias revolucionarias al neonazi ejército ucraniano, que a pesar de ese apoyo, ha sufrido humillantes derrotadas en la guerra desatada contra los separatistas que ha costado la vida de mas de 6 mil personas.
Pero persiste en su ceguera cometiendo errores a pesar de sus fracasos, como el que en el paroxismo de su soberbia y falta de tacto diplomático cometió la entonces secretaria de Estado yanqui Hillary Clinton al decir que “China y Rusia pagarán un precio por su apoyo a Siria”, por oponerse a la guerra que EEUU y sus aliados europeos y árabes han desatado contra el país del Medio Oriente.
Obama es tan ignorante y prepotente como Clinton en materia diplomática, ya que ha tenido la osadía de amenazar recientemente a Beijing por construir islas artificiales en el Mar del Sur de china y de enviar el 24 de mayo una aeronave militar a espiar esa área, irresponsable decisión que ha sido rechazada a través del diario Global Times, portavoz oficial del Partido Comunista Chino.
En un editorial el medio advierte a EEUU sobre una posible “confrontación militar” si no deja de urgir a China para que pare la construcción de esas islas artificiales, al tiempo que Hua Chunying, portavoz de la cancillería china hacía una seria advertencia a Washington.
“Es peligroso e irresponsable”, -dijo el alto funcionario- lo que ocurrió con el avión estadounidense, y que su vuelo “pudo haber causado algún error de cálculo, urgiendo a EEUU a evitar errores, ser racional y no pronunciar palabras irresponsables.”
Y es que incidentes como ese, que en el mejor de los casos podría tratarse de una irresponsabilidad, o en el peor de ellos, como acostumbra hacer EEUU se trata de un “globo de ensayo” para observar cómo reacciona la otra parte, que si demuestra debilidad procede entonces a seguir agrediendo, es ese tipo de eventos que han abierto las puertas a grandes guerras en el pasado.
Pero obnubilados por la ambición y su compulsivo afán de hacer la guerra, razón de ser de la existencia de esas potencias donde rige el Capitalismo, EEUU y sus aliados europeos, insisten en seguir por el camino de la guerra a pesar de las terribles consecuencias que esos conflictos han generado para sus pueblos, a los que sus gobernantes hoy están arrastrando al borde de otro abismo bélico.
Deberían recordar los estrategas yanquis, que como Vietnam y Afganistán, donde lanzó la 2 más largas guerras de su historia y sufrió sendas humillante derrotas, Rusia es un “Cementerio de Imperios”, y no olvidar tampoco lo ocurrido a los ejércitos de Napoleón y a Hitler, sepultados bajo la nieve y el lodo de la inmensa estepa rusa por el heroísmo del ejército y el pueblo rusos.
Que el Ejército Popular Chino de Mao Tse Tung derrotó al del Imperio del Sol Naciente poniendo fin a la brutal ocupación japonés, a la dominación de los imperios europeos que durante siglos sojuzgaron y humillaron al pueblo chino y al de la República Nacionalista China de Chiang Kai Shek apoyada política y militarmente por EEUU, y a la que ilegitima e ilegalmente impuso en la ONU, dándole el asiento que correspondía a la RPC.
De allí que es trágico el fin que le espera a EEUU, el sembrador de vientos que ha cosechado tempestades, de proseguir perpetrando genocidios en el marco de su letal agenda belicista, lo mismo que al resto del planeta tierra, de continuar el imperio con la locura de sus guerra, por lo que debería recordar la advertencia que hizo Fidel en la ONU hace 35 años:
“Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se pueden resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden matar tampoco la rebeldía de los pueblos, y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo”.
Breve y magistral lección de realismo, moral y ética esa, como las Reflexiones que hoy escribe el líder de la Revolución Cubana es el sabio llamado que hizo en la Asamblea General de la ONU hace más de 3 décadas, advertencia que por el bien del decadente imperio yanqui y del resto del planeta debe tomar seriamente en cuenta Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra.
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