Venceremos en Octubre 1, 2013
Editorial Colatino
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) sigue demostrando ser un partido cohesionado y unido. Que las críticas y la autocrítica que seguramente experimentan sus estructuras partidarias, como método de funcionamiento para consolidar su democracia interna es para eso, y no para poner en crisis el partido.
Los medios perversos,, cuando encuentran “contradicciones” entre sus dirigentes, tratan de resaltar como una diferencia profunda de opiniones.
Así por ejemplo, cuando una opinión del candidato a la presidencia de la República, Salvador Sánchez Cerén, ha sido diferente a la que ha sostenido otro dirigente del partido y de otro órgano del estado que no es el Ejecutivo, inmediatamente ponen titulares como si se tratara de una diferencia insuperable.
Incluso, cuando en los primeros años abundaron las diferencias entre el Presidente Mauricio Funes y la dirección del partido, los medios agoreros pronosticaban un rompimiento inminente.
Nada de eso ocurrió. ¿Por qué razón? Sencillo. El FMLN ha nacido, crecido y desarrollado en medio del debate, de las discusiones profundas, de la crítica y la autocrítica.
Estos dos últimos factores, por supuesto, deben seguir siendo muy internos, no sacarlos a la luz pública, en tanto que deben ser los motores para la evolución de la vida partidaria en la izquierda, porque permite analizar desapasionadamente, desde las coyunturas políticas, hasta el comportamiento del dirigente o militante.
El FMLN, pues, desde su último fraccionamiento, hace ya más de casi dos lustros, ha venido creciendo y de forma muy unida y disciplinada. Esta unidad quedó garantizada, cuando se oficializó la fórmula presidencial, integrada por el firmante de la paz, Salvador Sánchez Cerén, y el alcalde Oscar Ortiz.
Esa unidad le ha permitido ser el primero en todo. El primero en elegir su fórmula presidencial y entusiasmar con ello a su militancia y simpatizantes a trabajar para conseguir un segundo periodo al frente de la primera magistratura del país.
El primero en elaborar su Programa de Gobierno, mediante la consulta ciudadana, a través de las intensas jornadas del “Diálogo de país”.
Diversos ciudadanos y ciudadanas, militantes y no militantes, se incorporaron a las más de 40 mesas temáticas para dar su aporte, mientras la ciudadanía en general, hacía lo suyo durante las visitas casa por casa, de las estructuras de partido a lo largo y ancho del país.
Y cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) abre el período de inscripciones de candidatos y candidatas, la fórmula del FMLN fue la primera en inscribirse, y es que Salvador y Oscar fueron también los primeros en obtener el finiquito que otorga la Corte de Cuentas.
Sin lugar a dudas, ser los primeros en todo, le manda un mensaje positivo y de confianza a la ciudadanía.
Editorial Colatino
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) sigue demostrando ser un partido cohesionado y unido. Que las críticas y la autocrítica que seguramente experimentan sus estructuras partidarias, como método de funcionamiento para consolidar su democracia interna es para eso, y no para poner en crisis el partido.
Los medios perversos,, cuando encuentran “contradicciones” entre sus dirigentes, tratan de resaltar como una diferencia profunda de opiniones.
Así por ejemplo, cuando una opinión del candidato a la presidencia de la República, Salvador Sánchez Cerén, ha sido diferente a la que ha sostenido otro dirigente del partido y de otro órgano del estado que no es el Ejecutivo, inmediatamente ponen titulares como si se tratara de una diferencia insuperable.
Incluso, cuando en los primeros años abundaron las diferencias entre el Presidente Mauricio Funes y la dirección del partido, los medios agoreros pronosticaban un rompimiento inminente.
Nada de eso ocurrió. ¿Por qué razón? Sencillo. El FMLN ha nacido, crecido y desarrollado en medio del debate, de las discusiones profundas, de la crítica y la autocrítica.
Estos dos últimos factores, por supuesto, deben seguir siendo muy internos, no sacarlos a la luz pública, en tanto que deben ser los motores para la evolución de la vida partidaria en la izquierda, porque permite analizar desapasionadamente, desde las coyunturas políticas, hasta el comportamiento del dirigente o militante.
El FMLN, pues, desde su último fraccionamiento, hace ya más de casi dos lustros, ha venido creciendo y de forma muy unida y disciplinada. Esta unidad quedó garantizada, cuando se oficializó la fórmula presidencial, integrada por el firmante de la paz, Salvador Sánchez Cerén, y el alcalde Oscar Ortiz.
Esa unidad le ha permitido ser el primero en todo. El primero en elegir su fórmula presidencial y entusiasmar con ello a su militancia y simpatizantes a trabajar para conseguir un segundo periodo al frente de la primera magistratura del país.
El primero en elaborar su Programa de Gobierno, mediante la consulta ciudadana, a través de las intensas jornadas del “Diálogo de país”.
Diversos ciudadanos y ciudadanas, militantes y no militantes, se incorporaron a las más de 40 mesas temáticas para dar su aporte, mientras la ciudadanía en general, hacía lo suyo durante las visitas casa por casa, de las estructuras de partido a lo largo y ancho del país.
Y cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) abre el período de inscripciones de candidatos y candidatas, la fórmula del FMLN fue la primera en inscribirse, y es que Salvador y Oscar fueron también los primeros en obtener el finiquito que otorga la Corte de Cuentas.
Sin lugar a dudas, ser los primeros en todo, le manda un mensaje positivo y de confianza a la ciudadanía.
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