Chavez en la web

domingo, julio 15, 2012

¿Para qué sirve la OEA?


por Maximiliano Sbarbi | 



Imagen de ¿Para qué sirve la OEA?
La presión regional por Cuba llevó a Hillary Clinton a abandonar la cumbre antes de su final - AP
Tras 47 años Cuba podrá volver a la Organización de los Estados Americanos. Los cancilleres que debaten en la sesión de la Comisión General que se lleva a cabo en la localidad hondureña de San Pedro Sula acordaron revocar la resolución vigente desde el año 1962 con la que la isla comunista fue expulsada del organismo. 

En las últimas horas la expectativa de alcanzar este acuerdo se desvanecía. El lunes pasado luego de tres semanas de trabajo conjunto entre delegados de varios países americanos, no se logró un consenso sobre el regreso de la isla al organismo, por lo que se decidió que este tema lo debatieran los cancilleres dentro de la XXXIX Asamblea en Honduras. En ese ámbito tampoco se llegaba a un acuerdo. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, abandonó la cumbre luego de que las diferencias en torno a la isla se tornaran irreconciliables.

Pero horas atrás una nueva resolución anuló el decreto que suspendió a Cuba hace 47 años. No le impone obligaciones a la isla pero sí establece mecanismos que se activarían en caso de que Cuba exprese su deseo de retornar a la OEA , algo que, hasta el momento, el gobierno de La Habana ha rechazado .

Washington apelaba a la carta democrática firmada por todos los Estados, mediante la cuál no se aceptan países cuyo gobierno no haya sido elegido por medio de un sufragio general y además sacó a relucir la supuesta violación de los derechos humanos en la isla.

La resolución ahora derogada era contradictoria. Intentaba omitir que a lo largo de su historia, la OEA, fundada en 1948, ha albergado a países dirigidos por dictaduras, sin que hubiesen sido condenados. Además, a pesar de que Cuba no respete los derechos humanos, EE.UU. ha demostrado un trágico historial en esa materia, desde el apoyo a sangrientas dictaduras latinoamericanas hasta la utilización de la vergonzosa cárcel de Guantánamo.

Cuba manifestó en varias ocasiones que no tiene intensión de retornar al organismo, al que definió como “cadáver pestilente”, debido a que no ha podido resolver los primordiales conflictos continentales, principalmente porque carece de poder decisorio.

DIVISIÓN INTERNA 
Más allá de las posturas contrarias entre EE.UU. y el resto del continente, las divisiones provienen de dos bloques claramente diferenciados y que pretenden crear y liderar un nuevo bloque continental al margen de la vetusta OEA. 

El primer bloque, que está liderado por Brasil, ya logró adelantarse un paso a fines del año pasado durante la creación de la CALC (la I Conferencia de América Latina y el Caribe), que se realizó en Brasil y que demostró el liderazgo continental que ejerce el gigante brasileño sin la participación de EE.UU.

El otro bloque es el del ALBA, que está formado por Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Honduras por un lado y Ecuador y Paraguay, que no son miembros pero estarían de acuerdo con seguir a Venezuela en las propuestas que presente en la OEA. Los cancilleres de estos países anunciaron que en caso de que no se alcance un acuerdo con respecto a Cuba podrían abandonar la OEA y crear una organización paralela que le dispute el liderazgo regional no sólo a Washington, sino también a Brasil.

La voz conciliadora del Secretario General, el chileno José Miguel Insulza, intentó persuadir a los miembros para que consensuaran una postura común que evite el quiebre de la OEA. “Me preocupa que estas voces surjan cuando se abre ante nosotros la posibilidad de un fortalecimiento de nuestro sistema Interamericano que no hemos tenido desde hace tiempo”, manifestó Insulza sin demasiado poder de convicción.

CONTROLANDO AL PATRIO TRASERO
Tal como manifestara ayer con términos muy duros el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, la OEA ha sido creada en plena Guerra Fría como instrumento de influencia norteamericana sobre el resto del continente. Es por eso que muchas voces críticas denuncian que el organismo no tiene razón de ser hoy en día.

Por ejemplo la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), respaldó, el año pasado, al presidente boliviano Evo Morales, condenando las masacres perpetradas por militantes opositores, que intentaban derrocar al gobierno boliviano. En cambio, la OEA, que supuestamente se encarga de preservar la paz y la democracia en el continente, observó pasiva cómo los departamentos opositores conspiraban violentamente contra el gobierno constitucional de Bolivia.

Sin embargo, el tema de Cuba no era el único que estaba previsto en la agenda de la XXXIX Asamblea de la OEA. Otras cuestiones como por ejemplo la violencia, el cambio climático, el conflicto en Haití y el debate sobre la salida al mar de Bolivia se han podido abordar mediante declaraciones bienintencionadas, pero que corren el riesgo de quedar sólo en el papel.

Por ejemplo, el año pasado en la declaración final se destacó la promoción del desarrollo de la juventud, la democracia y el cuidado del Medio Ambiente. No sólo Washington atentó contra la democracia boliviana al financiar a los violentos opositores a través de ONG, sino que varios países permitieron la instalación de empresas mineras a cielo abierto, que son altamente contaminantes.

La postura común con respecto a Cuba no redime a la OEA de sus errores e inoperancia a lo largo de su historia. Además, es muy dudoso que esta organización pueda corregir en dos días de asamblea, como sugirió infructuosamente el Secretario General, un rumbo insatisfactorio para gran parte de los Estados miembros, con la excepción de EE.UU.

No hay comentarios:

Publicar un comentario