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sábado, mayo 12, 2012

Libro La invasión paramilitar alerta sobre futuros planes desestabilizadores


Caracas, 12 May. AVN.- Arrancarle la cabeza al presidente de la República, Hugo Chávez, y tomarse una foto mientras fumaba un habano era la misión del "comandante Lucas", personaje de las Autodedensas Unidas de Colombia, encargado de comandar una unidad paramilitar en Venezuela, quien era protegido por la Policía de Baruta y la extinta Policía Metropolitana en la finca Daktari, en el municipio El Hatillo del estado Miranda.



Este dato lo recoge el libro La invasión Paramilitar Operación Daktari, de Luis Britto García y Miguel Pérez Pirela, presentado este sábado en Fuerte Tiuna, Caracas, que analiza a fondo la conspiración que hace ocho años se planeó para bombardear el escenario de un programa Aló, Presidente y paralelamente causar caos en la capital venezolana con ataques al Palacio de Miraflores y al fuerte militar.


Pero más allá de mostrarlo como un hecho del pasado, los autores de este libro editado por el Correo del Orinoco han querido despertar conciencias y refrescarle la memoria a los lectores sobre lo que ha sido capaz la derecha del país en consonancia con factores extranjeros para frustrar el proceso bolivariano.


El ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información, Andrés Izarra, destacó que en este nuevo título se evidencia la responsabilidad directa del entonces alcalde de Baruta, Henrique Capriles Radonski, que actualmente pretende llegar a la silla presidencial.


"Le brindaba protección a la finca Daktari, mientras estaban allí más de 150 paramilitares entrenando", explicó el ministro.


Izarra mencionó que en el libro también es señalado el actual diputado de la Asamblea Nacional Enrique Mendoza como responsable en el caso Daktari, además del ex presidente de Colombia Álvaro Uribe, quien fue acusado de manera directa de conspirar no sólo contra Venezuela sino contra la Corte Suprema de Justicia de su país.


Advirtió que la oposición venezolana, en este año de elecciones presidenciales, está desesperada y como ejemplo mencionó las agresiones que han sufrido algunos periodistas del Sistema de Medios Públicos durante la cobertura de la campaña proselitista del candidato presidencial de la derecha, Capriles Radonski.


"Abracemos este libro como una alerta de lo que es capaz de hacer esta oposición desesperada y de los planes que pueden estar urdiendo en medio de la crisis que los agobia", advirtió y dijo que "estos personeros" andan en consultas por el extranjero en la búsqueda de algún oscuro propósito.


El estancamiento del candidato opositor que revelan las encuestas es uno de los factores que el escritor Britto García mira como un elemento que hace más similar el escenario de hace ocho años, cuando se preparaba una operación magnicida.


"Venía una consulta electoral, un referéndum que la oposición llamó revocatorio, pero que fue confirmatorio. Ellos veían una derrota electoral inminente. Así surgió el interés de crear una perturbación del orden público por parte de la oposición para envolver la derrota que venía en el referéndum y provocar la caída (del presidente)".


Explicó que los 153 paramilitares iban a ser usados como carne de cañon para alterar el orden público, suspender el proceso electoral que venía y dar paso a la posible intervención extranjera en Venezuela.


"Hemos conmemorado con este libro la victoria en una de las escaramuzas de esa batalla, pero esa batalla sigue, está perenne y en el trance en el que estamos enfrentados actualmente ante la inminente victoria electoral del proceso bolivariano en las próximos comicios. Son de esperar, por las mismas razones dadas antes del referéndum confirmatorio, acciones desestabilizadoras, provocaciones, agresiones. Estamos preparados para ellas. Nuestra inteligencia sabrá, a través de las armas de las ideas y de la verdad antes que la de la fuerza, derrotar a las fuerzas del mar, de la reacción".


Pérez Pirela lo secunda y dice que la misma gente que pretende llegar a la Presidencia de la República, a las gobernaciones y a las alcaldías estaba dispuesta a crear un caos sin precedentes, "gente que hoy habla de no violencia y de paz estaba dispuesta a tomar un F16 desde Barquisimeto y bombardear un Aló, Presidente".


El papel de los medios de comunicación privados no se queda atrás. Los autores denuncian que las corporaciones mediáticas tanto de Venezuela como de Colombia convirtieron la presencia de 153 paramilitares con fines desestabilizadores y magnicidas en un hecho risible.


La banalización y el ocultamiento de las informaciones en torno al tema son expuestas en el libro, cuyo tiraje es de 20.000 ejemplares, pero Pérez Pirela ilustra la idea con una imagen: "Negaron una vez más la realidad, porque la "pararrealidad" la construyen ellos mediáticamente. Son los mismos que convierten un golpe de Estado en un vacío de poder".


El libro cuenta en unas 120 páginas detalles sobre la Operación Daktari, en la que se gastó unos 10 millones de dólares. Comienza con entrevistas al general de división del Ejército Miguel Eduardo Rodríguez Torres, director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y al entonces jefe de investigaciones nacionales de la Disip, David Colmenares.


AVN 12/05/2012

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