En un esfuerzo del Gobierno Bolivariano por humanizar los centros de reclusión del país, en la Penitenciaría General de Venezuela (PGV), ubicada en la ciudad de San Juan de los Morros, estado Guárico, se están desarrollando un conjunto de actividades socio-productivas que ofrecen a los reclusos del penal, herramientas que los ayudan a integrarse a la sociedad una vez finalizada su condena.
Entre los programas que se están ejecutando en el recinto carcelario, se encuentra el desarrollo acuícola, el cual es un convenio entre el Instituto Autónomo Caja de Trabajo Penitenciario y el Instituto Socialista de la Pesca y Acuicultura (Insopesca) que abarca el asesoramiento técnico y la capacitación de internos para el cultivo de cachamas.
Dicho programa se está ejecutando actualmente en dos piscinas de mil 50 metros cuadrados cada una, las cuales eran utilizadas como tanques de almacenamiento de agua para el riego de siembras en los predios del retén.
Así lo indicó José Félix Álvarez, jefe de la Unidad de Producción Socialista de la PGV y encargado de coordinar este programa, quien además indicó que hasta ahora se han realizado dos ciclos de siembra de cachama. En la primera cosecha se obtuvieron mil 400 kilogramos del rubro y para el mes de mayo se espera cosechar tres mil kilogramos más, los cuales serán puestos a disposición del pueblo a través del Sistema de Suministro Socialista y también servirán para abastecimiento del centro de reclusión.
Además, Álvarez aseguró que este proyecto ayuda a los internos a adquirir nuevos conocimientos que les pueden servir para comenzar una nueva vida. “Para mí ha sido muy bueno poder trabajar y compartir con ellos (los internos) porque son seres humanos que merecen el mismo respeto que cualquier persona en libertad”.
En ese sentido, José Jaramillo, interno participante de este programa, expresó, “estoy agradecido por esta iniciativa del Gobierno, donde se les da un apoyo a las personas que quieren cambiar su vida y seguir adelante. Todos merecemos una nueva oportunidad, por eso me esfuerzo cada día por aprender un oficio que quizás me sirva para cuando esté en libertad”, resaltó Jaramillo.
En el mismo orden de ideas Argenis Montes, quien también participa en la actividad productiva dijo, “con este beneficio me siento útil y además tengo ocupaciones que me hacen pasar el tiempo más rápido. Me gusta lo que hago aquí porque sé que lo que aprendo me ayudará al salir”.
Al igual que ellos, Rosa Montserrat, la única mujer del grupo, destaca la importancia del programa. “Ésta es una oportunidad muy importante luego del golpe duro que representa perder la libertad. Aquí he aprendido a criar cachamas y también trabajo en la panadería”, dijo.
Aparte de la acuicultura, en este centro se desarrollan actividades como la siembra de maíz, donde recientemente se cosecharon 656 mil kilos que fueron arrimados a los silos de Agropatria; así como también la cría de pollos que comenzará un nuevo ciclo con 6 mil 500 ejemplares. Además de contar con una panadería donde se elabora el pan que se consume en el penal; todo esto, operado por los propios internos. (Fin / Ernesto Amyach)
Entre los programas que se están ejecutando en el recinto carcelario, se encuentra el desarrollo acuícola, el cual es un convenio entre el Instituto Autónomo Caja de Trabajo Penitenciario y el Instituto Socialista de la Pesca y Acuicultura (Insopesca) que abarca el asesoramiento técnico y la capacitación de internos para el cultivo de cachamas.
Dicho programa se está ejecutando actualmente en dos piscinas de mil 50 metros cuadrados cada una, las cuales eran utilizadas como tanques de almacenamiento de agua para el riego de siembras en los predios del retén.
Así lo indicó José Félix Álvarez, jefe de la Unidad de Producción Socialista de la PGV y encargado de coordinar este programa, quien además indicó que hasta ahora se han realizado dos ciclos de siembra de cachama. En la primera cosecha se obtuvieron mil 400 kilogramos del rubro y para el mes de mayo se espera cosechar tres mil kilogramos más, los cuales serán puestos a disposición del pueblo a través del Sistema de Suministro Socialista y también servirán para abastecimiento del centro de reclusión.
Además, Álvarez aseguró que este proyecto ayuda a los internos a adquirir nuevos conocimientos que les pueden servir para comenzar una nueva vida. “Para mí ha sido muy bueno poder trabajar y compartir con ellos (los internos) porque son seres humanos que merecen el mismo respeto que cualquier persona en libertad”.
En ese sentido, José Jaramillo, interno participante de este programa, expresó, “estoy agradecido por esta iniciativa del Gobierno, donde se les da un apoyo a las personas que quieren cambiar su vida y seguir adelante. Todos merecemos una nueva oportunidad, por eso me esfuerzo cada día por aprender un oficio que quizás me sirva para cuando esté en libertad”, resaltó Jaramillo.
En el mismo orden de ideas Argenis Montes, quien también participa en la actividad productiva dijo, “con este beneficio me siento útil y además tengo ocupaciones que me hacen pasar el tiempo más rápido. Me gusta lo que hago aquí porque sé que lo que aprendo me ayudará al salir”.
Al igual que ellos, Rosa Montserrat, la única mujer del grupo, destaca la importancia del programa. “Ésta es una oportunidad muy importante luego del golpe duro que representa perder la libertad. Aquí he aprendido a criar cachamas y también trabajo en la panadería”, dijo.
Aparte de la acuicultura, en este centro se desarrollan actividades como la siembra de maíz, donde recientemente se cosecharon 656 mil kilos que fueron arrimados a los silos de Agropatria; así como también la cría de pollos que comenzará un nuevo ciclo con 6 mil 500 ejemplares. Además de contar con una panadería donde se elabora el pan que se consume en el penal; todo esto, operado por los propios internos. (Fin / Ernesto Amyach)
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