La Voz De san Joaquin/ Fuente Opinion desde la comunidad - José López
La rotura de relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia es la extensión y resultado de toda una madeja divisionista tejida por los Estados Unidos contra los países bolivarianos desde el año 1826 para mantenerlos aislados y poder manejarlos y saquear sus riquezas a su antojo. Para este proceder siempre; antes y ahora, ha contado con el apoyo de las oligarquías locales y aunque parezca redundante, ya lo había visualizado el General Bolívar en el año 1815, cuando lejos de Venezuela se encontraba, luego del descalabro Militar en Urica que completó la pérdida de la II República en el año 1814 y reflexionaba, en ese documento que los revolucionarios deberíamos leer y estudiar constantemente y que conocido como “Carta de Jamaica” refiere en este El Libertador que “Los Estados Unidos, parecen destinados por la providencia a cubrir a la América de miserias en nombre de la libertad”
El General José Antonio Páez, era en el año 1826 el verdadero jefe de Venezuela luego de la Batalla de Carabobo y mientras el General Bolívar andaba liberando pueblos en la campaña del sur, cayó en manos de la oligarquía criolla que junto a agentes diplomáticos norteamericanos impulsaban la división o separación de la Gran Colombia.
El General Francisco de Paula Santander, quien era para el año 1827 vicepresidente de la Gran Colombia, aliado a la oligarquía neogranadina, trabajó afanosamente, en las sombras unas, y a todas vistas, otras, para minar la base de apoyo del General Bolívar, que era el ejercito y para ganarse el apoyo y favor de lo que él llamaba: sus “Ilustrados y sinceros amigos” que eran los círculos gobernantes de Estados Unidos y siempre trabajó con gran paciencia para enfrentar a los neogranadinos (hoy colombianos) contra los venezolanos. Ya estamos viendo los resultados.
Los Estados Unidos; hoy como ayer, siempre temieron una Suramérica unida y ante el avance de los pueblos del ALBA ha tomado una peligrosa decisión: la de armar e invadir el territorio colombiano (y esto, con el beneplácito de un presidente señalado por mil delitos que es Uribe y la oligarquía colombiana) para instalar 7 bases militares desde donde pueda dar un zarpazo militar a la patria venezolana y poder destruir la Revolución bolivariana.
De algo no se han dado cuenta, o se han olvidado, los colombianos, los yanquis y los oligarcas venezolanos: Luego de perdida la II República, cuando el General Bolívar estuvo tres años dando vueltas por el mar Caribe y al fin regresó en el año 1817, cargado de sueños y energía, ayudado y empujado por nuestros hermanos haitianos en las dos expediciones de Los Cayos. También venía cargado del entendimiento de que no eran los mantuanos caraqueños los que debían hacer la guerra de liberación sino nosotros mismos: los negros, los gochos, los llaneros, los indios, los venezolanos: mezcla altanera y orgullosa que pelea bailando y que construyó el ejercito patriota que liberó primero a la ingrata Colombia en la Batalla de Boyacá en el año 1819, se cubrió de gloria en Carabobo en el 1821 y después se transformó en el Ejercito Libertador, primer ejercito internacionalista de la historia y marchó al Sur liberando pueblos: Ecuador, Perú, Bolivia y que no hay otra gente mas orgullosa, guerrera e invencible en América que la Raza especial venezolana: Crisol de colores, faro de luz y esperanza.
Se cierra el cerco contra Venezuela, bueno; también lo cerraron contra el Viet-Nam y mordieron el polvo, también lo cerraron contra Cuba y, allí, todavía en el Mar de las Antillas, desafiante frente a Miami está: la Banderita del Rubí, cinco barras y una estrella.
Se cierra el cerco y aquí estaremos: no nos moveremos.
Cerremos nosotros el circulo de apoyo al Comandante Chávez, ya basta de ofensas de la oligarquía colombiana a la patria, títeres del imperialismo norteamericano y salgamos a la calle a manifestar nuestro respaldo a una decisión soberana.
Denunciemos y repudiemos a aquellos colaboracionistas de la invasión que ya se manifiestan veladamente, desvirtuando las actuaciones de nuestro canciller y descalificando la decisión del presidente y tengamos claro: la actuación colombiana es un teatro norteamericano escenificado por la oligarquía narcotraficante colombiana.
VIVA LA PATRIA
José López
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