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jueves, julio 01, 2010

"HONDURAS ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE"

La Voz De San Joaquin/ Fuente. Blog De Chávez


Bertha Oliva de Nativí era una joven hondureña, luchadora y embarazada de cuatro meses, cuando la fatídica noche del 11 de junio de 1981 presenció como un grupo de encapuchados secuestró a su esposo, el joven Tomás Nativí, férreo militante de la Unión Revolucionaria del Pueblo. A Bertha la sometieron por la fuerza, la maniataron y le vendaron los ojos. Nunca más volvió a ver a su esposo, nunca se halló su cadáver.

La historia de Bertha es apenas una entre muchas miles de personas a quienes la garra de la dictadura les arrancó a seres queridos en aquella sombría década de los 80. Desde entonces, Bertha se ha dedicado en cuerpo y alma y de manera permanente a la lucha por los derechos humanos en Honduras y, lamentablemente, su labor ha sido más intensa desde el golpe militar que derrocó al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, hace un año atrás.

Como coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva nos reveló en una entrevista exclusiva sus impresiones sobre la actual crisis de los derechos humanos en Honduras, la posición de la comunidad internacional, las máscaras del gobierno actual y la doble moral de la estructura del Estado y de las iglesias.

¿Qué es la COFADEH y cuáles son sus objetivos?

Esta organización se inició en los años 80, específicamente un 30 de agosto de 1982, cuando tomó vida institucional producto de la nefasta práctica de la desaparición forzada que estábamos viviendo en Honduras. Esta situación obedecía a un contexto regional de sometimiento del pueblo hondureño en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional. Es una organización de familias y, no sé si decirlo, somos en este momento una consulta obligada porque hemos trabajado, ese ha sido el objetivo, contra la impunidad que existe en el país. Además, en 1980 la COFADEH es una de las primeras organizaciones que hace el trabajo de defensa de los DDHH.

Un año después del golpe en Honduras, ¿podríamos decir que la Doctrina de Seguridad Nacional ha tenido un resurgimiento virulento o simplemente se ha mantenido en el tiempo?

Yo creo que lo que estamos viviendo desde el 28 de junio, día del golpe militar de estado, a la fecha es producto de la impunidad que se ha venido viviendo. Pero en este momento tenemos una situación sencillamente grave en materia de DDHH. ¿Por qué? Porque las estructuras del terror y del horror que se vivieron en los años 80 no han sido desmanteladas y ahora están en pleno apogeo activadas en contra de todo aquel activista social y de todas aquellas personas, hombres y mujeres, que trabajamos y condenamos el golpe militar de estado, pero que además nos oponemos a la presencia de tropas extranjeras en nuestro país y que además nos oponemos al sometimiento de la ciudadanía a las dictaduras militares como la que estamos viviendo actualmente. Hemos sufrido una involución impresionante en materia de DDHH.

¿Entonces, efectivamente podríamos decir que la Doctrina de Seguridad Nacional se ha fortalecido?

Exacto, está fortalecida en este momento. Como Honduras es un estado actualmente fractado, un estado fallido, las violaciones de DDHH son muy sistemáticas y selectivas en contra de los ciudadanos. Van desde las amenazas de muerte vía telefónica, amenazas de persecución dándoles seguimiento a los líderes locales a nivel nacional, atentados contra ciudadanos y ciudadanas. Y, desde luego, hay sectores que están muy fuertemente organizados. Estos están más vulnerables y más asediados por el sector que reprime a este país, es decir las Fuerzas Armadas y los paramilitares que existen en Honduras.

En un comunicado de la COFADEH, con fecha del 05 de marzo de 2010, se señalaba que los DDHH no están incluidos en la agenda de Porfirio Lobo. ¿Cual es la posición oficial del gobierno de Lobo con respecto a la violación de DDHH?

Lo más triste que estamos viviendo en la actualidad es ese cinismo, esa doble moral. Por un lado le colocan en la agenda internacional que es preocupación del gobierno actual el tema de los DDHH, queriendo así vender imagen internacional y decir que se está avanzando en el proceso de reconciliación ante el pueblo hondureño. Pero lo que estamos viviendo es totalmente diferente. Lo que estamos viviendo es una represión sólo vista en los años 80 y quizá nunca vista porque en los años 80 los escuadrones de la muerte asesinaban, desaparecían, torturaban pero lo hacían al margen de la ley, trataban de encubrirse, nos costaba más ubicar los responsables.

Hoy hay toda una estructura que opera a vista y paciencia de la población hondureña. Queremos decir que hay una doble moral, un doble accionar, se vende imagen, queremos decir que esa es una política, la política del actual gobierno. Pretenden vendernos que tienen una actitud de respecto a los DDHH y de reconciliación, pero que además son humanistas.

Eso no lo estamos viendo en absoluto porque aquí se reprime mucho, desde asesinatos, torturas, desapariciones, detenciones ilegales, abuso de autoridad, requerimientos fiscales en base a mentiras infundadas para someter a la gente que está organizada. Este es el caso que a nosotros nos preocupa porque se ve reflejada la intención de reprimir y perseguir al sector magisterial. El sector magisterial está sufriendo en este momento detenciones ilegales, sus líderes a nivel nacional están siendo perseguidos, descalificados a nivel público, despedidos y es uno de los sectores que más muertos ha puesto en esta pérdida de gobernabilidad a partir del golpe de estado militar hasta la fecha.

¿Cuál es la posición y reacción de los poderes del estado con respecto a los DDHH?

Nosotros estamos convencidos de que lo que estamos viviendo en Honduras es persecución política y cuando hay persecución política es porque es una práctica y una política del gobierno en representación del Estado. Por lo tanto, los tres poderes del estado legalmente constituidos son responsables de lo que se vivió el día del golpe y lo que seguimos viviendo; aunque aparentemente puedan manejar que tuvimos un congreso nacional que fue electo en las elecciones militarizadas y amañadas y desoladas y que son nuevos congresistas los que tenemos. Pero, en efecto, son los mismos, es lo mismo, el poder judicial es exactamente el mismo que dio el golpe y por lo tanto no hay ninguna posibilidad real de tener justicia pronta. Pero lo más terrible que nos preocupa es que hay una disposición oficial por ocultar la verdad de los hechos.

¿Cuál es la actitud de los medios de comunicación en Honduras con respecto a este terrorismo de estado y las violaciones de DDHH?

No podríamos apartar a las instituciones del Estado, a estos tres poderes del estado, de los medios corporativos de comunicación. Es la misma élite que secuestró al país, que toma decisiones fuera de las instituciones públicas del estado, las impone, las convierte en verdades a través de esos medios corporativos porque esos medios son los que tienen el poder. Y lo más triste es que para la mayoría del pueblo hondureño antes del golpe esa era su referencia, los que los estaban guiando. Aquí en Honduras, más allá de los medios alternativos que en este golpe nos han permitido sobrevivir, necesitamos medios de comunicación que no estén cooptados y cautivados por los que controlan el poder y las instituciones públicas del Estado en Honduras.

¿En este momento cuál es la situación de los medios alternativos, movimientos periodísticos de arraigo popular? ¿Cuál es su grado de incidencia nacional e internacional?

Yo creo que el pueblo hondureño ha dado una gran muestra de capacidad organizativa sin haber hecho esos grandes gastos de planificación para organizarse. Eso es evidente. Hace justo 366 días hoy que el pueblo hondureño está cada día más organizado demandando ser escuchado. Y ha empezado a hacer uso de medios alternativos que fueron relegados pero además han sido silenciados los medios que operaban con cobertura nacional. En la medida de la necesidad se ha ido construyendo estas redes.

¿Operan de manera clandestina estas nuevas redes?

Yo creo que algunos de estos medios de comunicación no están clandestinos. Otros operan sólo por un tiempo. Pero, a mi juicio, lo que veo como urgente es fortalecer la comunicación. Que la comunicación sea más efectiva, más expedita y más pronta que ésta que ha estado sometida al criterio de los que nos tienen en este estado, en este nivel de pobreza, de desconocimiento y de absurda manipulación, Porque sí debo decir que el pueblo está articulado y a esa articulación le tienen miedo.

Yo pude ver el día de ayer como a nivel nacional el pueblo estaba tan articulado y tan dispuesto a desafiar a las estructuras que nos han sometido durante tantos años, que nos han negado el derecho a la verdad, el derecho a la justicia y que pretenden seguir negándolas a través del uso de la fuerza, a través del miedo con la militarización que existe en el país actualmente y a través de los medios de comunicación. Creemos entonces que como herramienta básica, la ciudadanía, este pueblo que se está levantado necesita medios de comunicación que sean del pueblo, que estén al servicio de la verdad y que estén al servicio de la justicia.

¿Vista la actuación que durante el golpe y posteriormente han tenido la ONU, la OEA y la llamada comunidad internacional en general, tiene algún sentido recurrir a estas instancias para presentar denuncias y peticiones en relación con el tema de los DDHH?

Nosotros como organización de DDHH tratamos de hacer procedimientos, los procedimientos internacionales y tratamos de agotar esos procedimientos. ¿Para qué? Para que el día de mañana no digan que no hicimos uso de los mismos. Pero sí considero que deberían ser más eficaces, más propositivos y menos reactivos. Aquí hay matanza a diario y no se escucha la voz del pueblo. Al contrario, se pretende hacer todo un lavado de imagen para que Honduras vuelva a ser reconocida y una vez que Honduras sea nuevamente reconocida yo considero que la situación de nosotros va a ser más difícil, nuestra seguridad va a ser más precaria que la que actualmente estamos enfrentando. En el gobierno de Lobo tenemos más de 20 personas que han sido asesinadas con la clara identificación de que su delito es ser familiar de un miembro de la resistencia. Y eso es gravísimo y en eso nos basamos para decir que continúa la persecución política y que hay una política de Estado encaminada a desarticular a todas aquellas personas, hombres o mujeres, que pensamos diferente, que creemos que tenemos el derecho a exigir libremente lo que queremos o lo que deseamos como país.

¿Aparte de COFADEH, existe otras organizaciones de bases en defensa de los DDHH en Honduras?

Ahora con estas barbaridades que nos ha tocado vivir en Honduras, hemos construido y nos estamos unificando en una plataforma de DDHH. Esa plataforma de organizaciones de DDHH la formamos 6 organizaciones. Cada quien ha tenido su propia metodología, sus propios criterios, sus propios principios. Ahora nos hemos articulado porque nuestro propósito es llegar al fondo de la verdad, porque estamos convencidos, incluyendo esta organización a la que yo rectoro, que sin verdad jamás vamos a llegar a tener justicia. Sin verdad no hay justicia, y para eso tenemos como desafío desde ese espacio aglutinar y empezar a encontrar lo que nos han ocultado, no en estos hechos recientes, sino que Honduras tiene una deuda histórica. El Estado de Honduras tiene una deuda histórica con este pueblo. Nos han venido ocultando la verdad, nos han desaparecido a hombres y mujeres pensantes desde los años 80 y no han dado una respuesta ni al pueblo ni a su familia que vaya encaminada al nunca más. Porque nuestro propósito es el nunca más y el nunca más debe ser con bases éticas y no con mentiras disfrazadas de verdad.

¿Qué opinión le merece la Comisión de la Verdad y la Reconciliación que está impulsando el gobierno de Lobo?

La Comisión de la Verdad y la Reconciliación impulsada desde Casa Presidencial y coordinada por personas afines al proyecto de muerte en nuestro país no alienta en nosotros ninguna esperanza de que nos pueda llevar al camino que queremos, al camino de la verdad para iniciar un proceso de reconciliación en Honduras. Porque hemos visto las limitaciones profundas que tienen sus mandatos. Hemos que están abusando de los mandatos que legalmente les confiere la ley. Lo otro es que no podemos pensar que puede tener resultados de carácter verdadero, que es lo que al final buscamos para que pueda tener efectos duraderos. No es posible porque no se van a investigar a sí mismos. No van a poder investigarse a sí mismos.

Esta Comisión de la Verdad y la Reconciliación además desconoció varios aspectos. Desconoció en principio que en este país existen organizaciones de DDHH cuyo compromiso es con la verdad y la justicia y que hemos sido una escuela desde que estamos trabajando en Honduras y además en el planeta en este tema. Desconoce por completo y por total a las organizaciones de derechos humanos, pero lo más grave es que desconoce a las víctimas, a las víctimas que pertenecen en la actualidad y que son del Frente Nacional de la Resistencia.

Al desconocer y no participar las víctimas, esta Comisión oficial está sesgada, desde ahí es sesgada su actuación. Lo otro grave es que la Comisión de la Verdad ha impuesto sus propias reglas y no tiene ninguno de los requisitos que se establecen en los estándares en las más de 30 comisiones de la verdad. Pero lo otro es que la imponen y la imponen desde el Acuerdo San José-Costa Rica que no lo estaba viendo el pueblo como una necesidad. De todos los acuerdos que se firmaron ya en el Acuerdo Guaimura ninguno se ha cumplido porque pretenden entonces hacer un lavado de rostros y poner este nuevo maquillaje en nombre de la verdad y la reconciliación del pueblo hondureño, pero lo que está de fondo es una política de muerte.

¿Han recibido alguna respuesta concreta de la ONU, de la OEA con respecto a sus denuncias y petitorios en relación con los DDHH?

Nosotros hemos mandado comunicados, hemos mandado cartas, hemos informado con la Comisión de Verdad, que está instalada hoy aquí desde la plataforma. La hemos venido trabajando y hoy está instalada en Honduras, le hemos brindado comunicación, información a la OEA para darles a conocer nuestra preocupación por un lado por el tema de DDHH que actualmente estamos viviendo y para informarles de la decisión que hemos tomado de poner en marcha la Comisión de Verdad que nos arrojará en el término de un año los resultados que creemos que se puedan generar.

Esta comisión es del pueblo. La otra se llama Comisión de la Verdad y la Reconciliación que es la comisión oficial. La Comisión de verdad es una comisión que desde la plataforma estudia los adefesios y las barbaridades que se habían cometido sobre la instalación y la puesta en marcha de la comisión oficial y hemos empezado a trabajar con la mayor prudencia, con la mayor determinación, con conciencia del riesgo que corremos por encontrar la verdad que se nos ha ocultado por años. Pero estamos decididos a darle algo al pueblo hondureño, que se sientan correspondidos en términos de las demandas, quejas y testimonios depositados en nuestros espacios. Por ejemplo, en COFADEH hemos registrado más de 10 mil 900 violaciones a los derechos humanos y tenemos 1.000 expedientes abiertos de graves violaciones a los DDHH a los que queremos darles el seguimiento y tratamiento debido. Pero para eso necesitamos el tiempo, el recurso, el análisis jurídico y necesitamos hacer toda una dinámica en el sentido de DDHH y estamos apostándole a no fallarle a esas peticiones que nos ha hecho el pueblo hondureño. Por eso creemos que la Comisión de Verdad que está instalada debe hacer lo suyo y el producto de eso nos puede servir para dos cosas. Por unja parte, para rescatar y aportar a la memoria histórica de nuestros pueblos y fundamentalmente de nuestro país y esa memoria histórica convertirla en una acción de educación en una herramienta de educación para que el tema de DDHH no sea un eje vertebral en la vida sino que sea un tema fundamental en la vida de los y las hondureños y hondureñas y del Estado de Honduras. Por la otra, que nos indique los responsables políticos de adentro y de afuera que han tenido que ver con este crimen que se cometió en Honduras y los ejecutores actuales de las violaciones y ataques que a diario está recibiendo el pueblo hondureño.

¿Llevan ustedes un registro de los desplazados?

En COFADEH tenemos 210 desplazados. Yo me estoy refiriendo a las diferencias de COFADEH con respecto a las otras comisiones. Las otras comisiones se instalan en el marco de aproximación de los grupos en conflicto: el Estado y gran parte del pueblo en conflicto. Ahí se instala, se nombran personas que puedan ser representadas de ambas partes. El gobierno impuso quienes son los que van a registrar, según ellos, los hechos que se puedan encontrar de violaciones DDHH. Pero además esta Comisión de la Verdad del Estado abordará aspectos genéricos de violaciones de DDHH y nosotros queremos que se aborden los temas específicos de violaciones de DDHH. Porque equivocaron la metodología, porque tenían prisa de ser reconocidos a nivel internacional y sometiéndonos a nosotros a la humillación más grande, y a borrar la memoria. Porque estamos convencidos de que es fácil someter a un pueblo sin memoria.

En materia de política internacional, es muy visible el cambio de las alianzas internacionales de Honduras después del golpe contra el presidente Zelaya. En este contexto, ¿cuál es la incidencia de estas relaciones y en particular la de Estados Unidos?

Yo creo que Estados Unidos siempre ha tenido incidencia sobre Honduras. El otro día estaba leyendo un libro que me regaló un señor que no conozco y me lo dedicó que se llama “Vuelos del Silencio”. Ese libro le abre el camino para ver y poder entender el por qué y cómo sucedieron los hechos en nuestra convulsionada Centroamérica y que el origen no era sólo Centroamérica sino que era un problema de Latinoamérica. En ese libro también pudimos ver como una persona reafirma la participación de Estados Unidos. Hoy no es esta persona la que escribe, sino que el pueblo hondureño sin necesidad de haber escrito ve la intervención de Estados Unidos en esta barbarie que estamos viviendo. Es muy abierta, muy irrespetuosa, me atrevo a decirlo, y creo que ya es tiempo de que vayan tomando conciencia de que los pueblos van despertando y que los pueblos van viendo quién los orienta a vivir con dignidad y quién los está queriendo someter para que se pierda la dignidad. Y eso es lo que ha pasado en la actualidad. Yo creo que el pueblo hondureño no es un pueblo mayormente educado a niveles de escolaridad, pero ha despertado, ha razonado, ha valorado y ha identificado de donde proceden los males que de los que adolece el país.

¿Ante un panorama tan sombrío, a qué se aferra el pueblo hondureño, en qué basa sus esperanzas?

Como hondureña no me gusta ver al pueblo hondureño en los niveles de desprecio que tiene el estado como tal, los agentes del Estado, por haberse prestado y haber permitido un retroceso tan grotesco como el que estamos viviendo, haber permitido el golpe militar de estado.

Eso no me gusta realmente porque amo a mi país. Por eso es que yo estoy aquí, porque creo que Honduras necesita otro trato. Honduras necesita ser vista con respeto y además que tenga dignidad. Yo ante el panorama que vive Honduras, un panorama de miedo, de miseria, de pobreza, de no reconocimiento, de desprecio por la mayoría de la humanidad que tiene conciencia de lo que estamos viviendo, es un panorama si se ve así muy triste y muy precario.

Pero uno se anima cuando ve que hay una claridad meridiana del pueblo hondureño que está conformado y representado por el Frente Nacional de Resistencia Popular, de poder lograr una Asamblea Nacional, la instalación de una Asamblea Nacional para tener un nuevo contrato social, es decir para poder tener una nueva Constitución de la República. Pero que no sea una nueva constitución arreglada y discutida entre los mismos que hicieron la que violaron ellos mismos, sino con la participación de este pueblo que ha despertado, que tiene propuestas, que no tiene odios, que no tiene deseos de violencia, sino que tiene deseos de cambiar las cosas, de vivir con dignidad.

Eso a mí me alienta. Ayer, por ejemplo, cuando estábamos instalando la Comisión de Verdad, que fueron miles de personas que se apostaron en el lugar donde estábamos, fue hermosísimo porque ninguno de ellos, estoy convencida, andaba sin conciencia de lo que quería. Cada una de esas personas que estaba ahí es porque sabía lo que quería y también sabía lo que representan esos hombres y mujeres que conforman la Comisión de Verdad que es la posibilidad de poder ir diciendo lo que aquí pasó y dando recomendaciones. Y lo otro es que los que han estado metidos en la soberbia y en la matanza colectiva del pueblo hondureño el día de hoy tienen miedo y tienen miedo al desenmascaramiento porque cuando se les desenmascare va a ser como mirarse en el espejo de la verdad y se van a sentir responsables y criminales. No van a encontrar un lugar donde pastar con tranquilidad.

La miseria económica, el hambre, el desempleo son factores que pueden convertirse en flagrantes violaciones de los DDHH. ¿Han empeorado los indicadores económicos en Honduras después del golpe militar?

Cuando hablaba de los DDHH me refería más al derecho a la vida, el derecho a no ser torturado, el derecho a no ser detenido ilegalmente, el derecho a no ser amenazado y perseguido por tus ideas. Pero también hay un gran problema que es el derecho a la alimentación, el derecho al trabajo, a ser libre en su trabajo. Cuando digo libre es que si piensa diferente no se le puede despedir y aquí se le persigue y se le despide al que piensa diferente, al que piensa que se cometió un delito el 28, se le despide y se le persigue, se le condena a no trabajar. Aquí hay muchos hogares de Honduras en los que la pareja fue despedida y hoy no tienen donde encontrar empleo para llevar alimentos a sus casa. Eso llevó consigo la falta de alimentación, la desnutrición, la miseria. Y es un pueblo que económicamente está en miseria. Pero lo que sí creo que ya no debemos permitirle a los gobiernos es que hablen a nombre del pueblo y en nombre de la pobreza. Ni a los gobiernos, ni a los políticos, ni a los religiosos, ni a los militares se les debe permitir que hablen en nombre del pueblo hondureño.

¿Cuál ha sido la posición de la iglesia?

Para nosotros es lamentable y nefasta la posición de las iglesias, fundamentalmente de las jerarquías. Es una iglesia que siempre ha funcionado a favor de la oligarquía, bendice a los asesinos y se alegra por los muertos porque es uno menos que deja de alzar su voz. Esa es la posición de la iglesia y de la jerarquía de la iglesia, actúa como cualquier persona que está contra la vida.

Siendo Honduras un pueblo tan religioso, ¿cómo reacciona a esta actitud de la iglesia?

Nunca antes se había visto de manera tan abierta y además el descontento, tanto a nivel público como privado, del pueblo hondureño con la jerarquía de la iglesia como ahora. Por eso el trabajo de la iglesia o las iglesias, tanto religiosas como evangélicas, ha sido adormecer al pueblo y ahora saben que ese trabajo que hicieron se les ha venido al traste porque al pueblo no lo adormecieron, no lo lograron, no ha tenido efectividad. A mi juicio se sienten derrotados porque nos pudieron adormecer por mucho tiempo, pero ahora el pueblo está levantado, tiene desprecio por la sotana y entre más finas son las sotanas más desprecio tiene el pueblo porque sabe que son más finos para engañar y más cínicos para manipular y vender mentiras y hablar en nombre de los pueblos para obtener riquezas, acumular, crear bancos y de alguna manera despojar al pueblo hondureño.

Un mensaje final

Sólo quisiera llamar la atención a través de sus medios que no dejen a Honduras sola. Honduras ahora está entre la vida y la muerte. Tampoco deben abandonar las acciones que emprendemos algunas organizaciones y el Frente Nacional de Resistencia Popular. No deben dejarnos solos, ni abandonarnos. Nosotros necesitamos solidaridad militante y además una solidaridad persistente. Hemos hablado, por ejemplo, de la imposibilidad que tenemos de comunicar lo que aquí estamos viviendo y sabemos que la comunicación es vital y fundamental en el desarrollo y la protección de los DDHH. Pero además se convierte en un derecho fundamental en la vida de los DDHH, tener acceso a comunicación, a la información y eso está siendo muy controlado en nuestro país. Cada vez el control se ejerce más y eso evita la posibilidad de que el pueblo esté siempre informado con gente y con personas que pueden marcar el camino hacia la dignidad, hacia un futuro mejor.

Hace falta mucho más y hablar directamente, estar pendiente porque nuestras fuerzas se pueden acabar y sabemos, y esto se lo digo a ustedes y se lo he dicho al mundo porque lo miramos así desde el primer día, que lo que se vivió el 28 de junio hace 366 días no fue un golpe a Honduras, fue un golpe a Latinoamérica. Sólo pediría que no nos dejen solos en esta apuesta que iniciamos el día de ayer como es la Comisión de Verdad, porque yo soy de las mujeres convencidas de que sin verdad no habrá justicia.

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