OPINION: Richard Canan
En la Mesa Coja (MUD) ha sido tal el desastre que no hay forma de calmar las aguas, llenas de ambiciones desmedidas y deslealtades. Desde la purga de Ramón Guillermo Aveledo, los movimientos para controlar las decisiones por parte de los partidos “dominantes” se han incrementado, ejerciendo inmorales presiones para imponer sus criterios e intereses. En este juego, Chuo Torrealba no tiene ni la fuerza ni la capacidad para jefear a estos grandes monstruos, curtidos en la manipulación y en el maquiavelismo político.
A pesar de las reiteradas derrotas electorales la MUD no ha escarmentado. En sus genes solo predominan las aspiraciones sectarias y lo único que une esta fauna es su odio hacia la Revolución Bolivariana y su impertérrito deseo de asaltar el poder para restituir sus antiguos privilegios.
Los integrantes de la MUD han demostrado fehacientemente que no les importa tomar el poder por cualquier escenario. La vía electoral es solo una de ellas. Por eso, en su plan de operaciones han ensayado paros petroleros, guerras económicas, Golpes de Estado, Salidas violentas, ataques teoristas e intentos de magnicidio. Esta gente lo ha intentado todo para derrocar al Gobierno Bolivariano, solo que una y otra vez, se han encontrado de frente con un pueblo consciente presto a defender su Revolución y su Gobierno Bolivariano.
La MUD está integrada por una autodenominada “coalición” de partidos políticos opositores encabezados por Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Proyecto Venezuela, COPEI, La Causa R, Alianza Bravo Pueblo y más de una docena de partidos-franquicias que tiñen su espectro desde la extrema derecha neofascista hasta el liberalismo más recalcitrante. Toda una fauna de intereses e “ideologías” empresariales, con una mescolanza de caciques sin tribu, generales sin tropa, que sirven de relleno y tribuna a los 4 o 5 partidos que deciden todo a su antojo y cuyos presidentes y secretarios generales son los verdaderos amos del mapa político opositor (Borges, Ramos Allup, Henríquez, López).
Una camarilla impone las decisiones al resto de sus miembros, poniendo en evidencia la existencia de partidos de primera y otros de segunda. Los ninguneados. Los grandes vapulean a los partidos pequeños en todas las decisiones, dando al traste con el cacareado talante democrático de la fauna opositora. Pura paja.
Dedazos y Primarias chucutas
La realización de elecciones primarias en la derecha opositora ha permitido evidenciar el talante seudodemocrático de esta gente. Sin escrúpulo alguno la macolla ha tomado mezquinas decisiones, perjudicando y excluyendo a las bases opositoras. No caben más rayas en el prontuario de esta gente.
En primer lugar, el Dedazo ha sido un error garrafal. Para la opinión pública esto ha sido una rebatiña de zamuros repartiéndose impúdicamente los cargos salidores, sin consulta alguna a sus seguidores y militantes. Todo un negociado a oscuras, escondidos y en contubernio. Los nombres de los ungidos y privilegiados es casi un secreto de Estado. Todos los cargos están reservados para los panas y los próceres de la fauna opositora. “Consenso” es el nombre que le han dado al dedazo, solo para imponer a sus cuadros y llenar de “paracaidistas” los estados. Una nueva burla a su militancia.
La realización de primarias en escasas circunscripciones le quitó fuerza a la vía electoral, con el nefasto resultado de una paupérrima participación y el surgimiento inmediato de amenazas de divisiones internas, con postulaciones de candidatos por fuera de la opción MUD.
En las Primarias chucutas de la MUD solo pudieron participar empresarios disfrazados de políticos, ya que la tarifa mínima de entrada alcanzó los Bs. 150.000,00 por aspirante, quedando el escasísimo proceso de consulta secuestrado por los candidatos de los poderosos partidos-corporaciones de la derecha venezolana (AD, COPEI, UNT, Primero Justicia y Voluntad Popular).
Estas prácticas poco democráticas pasarán finalmente factura en las aspiraciones electorales de la MUD. Un viento fétido se empieza a oler en su seno. Se avizora una elevada abstención y el desánimo en la militancia opositora que rechaza y ve con desconfianza la rebatiña que tienen los grandes partidos políticos. También se nota el debilitamiento de los liderazgos opositores. No hay cabeza visible dominante. No hay quien guíe ni explique. Todos se han diluido entre sus errores y disparates. La fauna opositora no encuentra a quien seguir o en quien creer. No tienen un mensaje claro y coherente. Todos mienten o tienen segundas intenciones.
Una espina llamada Voluntad Popular
En la MUD se nota la culebra en contra del partido de extrema derecha Voluntad Popular. Y no es para menos. Las locuras de este partido siguen a la orden del día. Su accionar político los ha transfigurado en vanguardia de la oposición irracional, golpista y violenta. Un partido de claros matices neofascistas.
La MUD ha tenido que calarse sus malcriadeces y sus acciones foquistas. Por solidaridad, in extremis, ha tenido que acompañar sus “iniciativas” de manera obligada y otras veces ha tenido que excusarse y recular públicamente, dejando de manifiesto sus divisiones internas y la disparidad de criterios.
La estrategia de Voluntad Popular es clara. ¿Cómo se diferencia del resto de la fauna política? Pues siendo el más radical y poniendo a sus hordas neofascistas a liderizar acciones violentas y de choque que ataquen las políticas y autoridad del Gobierno Bolivariano. Con esto aspiran ganar el favor de la derecha histérica, la cual está totalmente disociada y enajenada en su accionar político.
Voluntad Popular viene cabreado con la MUD. Resiente el abandono y el desplante permanente ya que nadie lo acompaña en sus acciones supraconstituciones y violentas con las que pretende derrocar al gobierno. En Voluntad Popular no entienden que la agenda electoral es el tema predominante en este 2015 y nadie le comprará sus métodos violentos.
Voluntad Popular ya ha ensayado todo tipo de provocaciones y ataques. Por sus antojos y ambiciones murieron asesinados docenas de ciudadanos y más de ochocientos resultaron heridos. La dirigencia de Voluntad Popular violó las leyes, pero como burgueses y guapetones, intentan por todos los medios presionar a las autoridades para lograr la impunidad de sus actos terroristas. Quieren hacer creer a la población y a la comunidad internacional que se van a martirizar reclamando justicia, cuando son ellos los que cobardemente rehúyen su responsabilidad por ordenar, dirigir y ejecutar acciones terroristas durante la Salidaviolenta. He aquí el programa político de este partido: violencia, desestabilización y terrorismo.
Tarjeta Única
Otro tema en discusión que ocupa el tiempo y las entrañas de la MUD, es el uso de la Tarjeta Única para presentarse de forma unitaria en las elecciones a la Asamblea Nacional.
Infectados por el mal de las ambiciones partidistas, la propuesta de Tarjeta Única solo está presente en las aspiraciones de sus ingenuos seguidores y en los pequeños partidos franquicia de la MUD.
Más que buscar la economía del voto, con una identidad única, los grandes partidos quieren contarse con sus propias siglas para luego exigir cuotas de poder en base a la cuantificación de su peso político electoral. Los preña el deseo alucinante por ser el mayor partido opositor (detrás y muy lejos del PSUV). No importa que esto perjudique a la “Unidad”, los ambiciosos (como los de Voluntad Popular) solo quieren figurar y desmarcarse, para que el resto de los partidos se les subordine. Las tensiones y discusiones son principalmente sobre este tema: quién mueve más que el otro y en base a esto cómo se reparten el país y los cargos. La estrategia de los partidos grandes es clara: monopolizar y ponerle el diente a todo el mapa político opositor.
A la hora de elegir a los nuevos diputados, las bases opositoras de seguro recordarán con rabia y rencor la gruesa camada de diputados que en el actual período legislativo han brillado vergonzosamente por sus inasistencias y su bajo nivel discursivo y de debate. Nunca hemos esperado nada de ellos. Nada proponen para mejorar el país y todo es un oposicionismo ciego en contra de todas las discusiones en la Asamblea Nacional. ¿Esto es oposición democrática? Más bien es la representación elocuente de una derecha histérica e irracional en el ejercicio del poder legislativo.
La guerra es a cuchillo limpio. En la MUD ya no guardan las apariencias ni esconden los trapos sucios.
Richard Canan
Sociólogo @richardcanan
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