Foto archivo
Caracas, 09 Jun. AVN.- "La sensación que genera tal actitud es que la denuncia dio en el blanco, provocó desasosiego en el campo opositor; y que la respuesta está orientada a encubrir más que a aclarar", afirmó el analista José Vicente Rangel en su columna El Espejo, publicada este lunes en el diario Últimas Noticias bajo el título Por la boca muere el pez.
Rangel se refiere al desmentido de los voceros de la oposición a la denuncia sobre el plan de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro, difundida por el Alto Mando Político de la revolución, el pasado 28 de mayo.
Ante la grave denuncia del dirigente Jorge Rodríguez, integrante del Alto Mando Político, sobre el plan para acabar con la vida del mandatario bolivariano, voceros de la oposición han respondido unánimemente de que se trata de un montaje del gobierno.
A este respecto, Rangel se pregunta "¿Por qué no pedir más bien que se investigue la denuncia? Que se debata a fondo su contenido. ¿Acaso no es eso lo democrático? ¿Por qué rechazar, automáticamente, el planteamiento?", dice.
En Venezuela hay una conspiración de carácter permanente en contra del sistema democrático, cuyo blanco ahora es el presidente Maduro, escribe Rangel. "Eso nadie lo puede negar, salvo que se tenga algún compromiso con los golpistas. Hay una conspiración. De eso no cabe duda".
En este sentido, Rangel dice que las pruebas presentadas por el gobierno son comprometedoras porque "lo que expresan en los correos electrónicos , los presuntos partícipes de la conspiración, es lo mismo que suelen expresar a diario en discursos y mensajes públicos".
Para el periodista la oposición desestima a los servicios de inteligencia. "No se percata que éstos se han superado, y que hoy por hoy no son ni la sombra de aquellos que fueron incapaces de detectar los alcances de la conspiración del 11-A", afirma.
Rangel agrega "por eso incurren en frecuentes torpezas (los opositores). Hablan más de la cuenta. Alardean de su poder. Se jactan, con arrogancia, de lo que traman. De los planes que tienen. Sus actuaciones y su estilo traen a la memoria aquello de que "por la boca muere el pez".
Cuando lo negado se hace real
Rangel indica que "históricamente se puede comprobar que lo que en un momento dado se niega en política, el tiempo se encarga de rebatir" y cita ejemplos sobre la verdad de hechos que sólo el tiempo ha revelado como los casos de asesinatos y desaparecidos en Venezuela durante la represión de la cuarta república, que fueron negados en su momento.
También se refiere a la injerencia de Estados Unidos en la conspiración contra el presidente chileno Salvador Allende, que los documentos secretos desclasificados han confirmado después de cuatro décadas.
"Ahora la palabra sobre la denuncia de magnicidio la tiene la administración de justicia", escribe.
El pasado 28 de mayo, en una rueda de prensa, dirigentes del Alto Mando Político Bolivariano, difundieron elementos probatorios de un plan conspirador de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro, por parte de actores de la ultraderecha venezolana con conexiones en Estados Unidos.
Los involucrados en los reveladores correos electrónicos son María Machado, Diego Arria, el exgobernador Henrique Salas Romer, el abogado Gustavo Tarre, Ricardo Koesling, Robert Alonso, el banquero prófugo de la justicia venezolana Eligio Cedeño y el embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker.
Rangel se refiere al desmentido de los voceros de la oposición a la denuncia sobre el plan de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro, difundida por el Alto Mando Político de la revolución, el pasado 28 de mayo.
Ante la grave denuncia del dirigente Jorge Rodríguez, integrante del Alto Mando Político, sobre el plan para acabar con la vida del mandatario bolivariano, voceros de la oposición han respondido unánimemente de que se trata de un montaje del gobierno.
A este respecto, Rangel se pregunta "¿Por qué no pedir más bien que se investigue la denuncia? Que se debata a fondo su contenido. ¿Acaso no es eso lo democrático? ¿Por qué rechazar, automáticamente, el planteamiento?", dice.
En Venezuela hay una conspiración de carácter permanente en contra del sistema democrático, cuyo blanco ahora es el presidente Maduro, escribe Rangel. "Eso nadie lo puede negar, salvo que se tenga algún compromiso con los golpistas. Hay una conspiración. De eso no cabe duda".
En este sentido, Rangel dice que las pruebas presentadas por el gobierno son comprometedoras porque "lo que expresan en los correos electrónicos , los presuntos partícipes de la conspiración, es lo mismo que suelen expresar a diario en discursos y mensajes públicos".
Para el periodista la oposición desestima a los servicios de inteligencia. "No se percata que éstos se han superado, y que hoy por hoy no son ni la sombra de aquellos que fueron incapaces de detectar los alcances de la conspiración del 11-A", afirma.
Rangel agrega "por eso incurren en frecuentes torpezas (los opositores). Hablan más de la cuenta. Alardean de su poder. Se jactan, con arrogancia, de lo que traman. De los planes que tienen. Sus actuaciones y su estilo traen a la memoria aquello de que "por la boca muere el pez".
Cuando lo negado se hace real
Rangel indica que "históricamente se puede comprobar que lo que en un momento dado se niega en política, el tiempo se encarga de rebatir" y cita ejemplos sobre la verdad de hechos que sólo el tiempo ha revelado como los casos de asesinatos y desaparecidos en Venezuela durante la represión de la cuarta república, que fueron negados en su momento.
También se refiere a la injerencia de Estados Unidos en la conspiración contra el presidente chileno Salvador Allende, que los documentos secretos desclasificados han confirmado después de cuatro décadas.
"Ahora la palabra sobre la denuncia de magnicidio la tiene la administración de justicia", escribe.
El pasado 28 de mayo, en una rueda de prensa, dirigentes del Alto Mando Político Bolivariano, difundieron elementos probatorios de un plan conspirador de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro, por parte de actores de la ultraderecha venezolana con conexiones en Estados Unidos.
Los involucrados en los reveladores correos electrónicos son María Machado, Diego Arria, el exgobernador Henrique Salas Romer, el abogado Gustavo Tarre, Ricardo Koesling, Robert Alonso, el banquero prófugo de la justicia venezolana Eligio Cedeño y el embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker.
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