El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha cumplido hoy con el líder opositor sirio, Ahmad Al-Jarba, en darle una muestra de apoyo para los opositores al presidente sirio, Bashar Al- Assad.
Pero el apoyo solo fue simbólico, ya que luego de la reunión de Al-Jarba con la asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, EE.UU. volvió a expresar su preocupación que las armas proporcionadas a los rebeldes sirios pudiesen terminar en manos de grupos extremistas.
Una muestra de este cambio en las prioridades de EE.UU. son las sanciones del Departamento del Tesoro. La entidad gubernamental añadió hoy a 2 líderes de Al-Qaeda en Siria, a la lista de terroristas globales especialmente designados, por diversas acciones que van desde liderar a los grupos islámicos en Siria a coordinar la compra de armamento pesado con sus homólogos de Pakistán y brindar apoyar los esfuerzos de Al-Qaeda en Siria.
Uno es Abd Al-Rahman Muhammad Zafir Al-Dubaysi Al-Juhni, un saudí que estaba en el centro de la Shura de Al-Qaeda (consejo consultivo) y se desempeñó como responsable de contrainteligencia el grupo antes de trasladarse desde Pakistán a Siria. El otro es un iraquí, Abd A Rahman Mustafa Al-Qaduli, quien se unió al grupo Al-Qaeda en Irak (AQI) cuando era liderado por Abu Musab Al-Zarqawi; Al-Qaduli se desempeñó como asistente de Al-Zarqawi y emir de AQI de Mosul, en la provincia de Ninawa, Irak. Al-Qaduli fue encarcelado a principios de 2012, cuando fue liberado y viajó a Siria para trabajar en una sede local del Estado Islámico de Irak y Al-Sham (ISIS).
David S. Cohen, Subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, precisó en un comunicado que "Estamos muy preocupados por las redes de Al Qaeda se mueve dinero y combatientes a grupos extremistas en Siria". Pero esta no es la única preocupación de EE.UU.
Las agencias de Inteligencia de EE.UU. y Europa están trabajando con sus contrapartes del Medio Oriente para rastrear los elementos del ISIS y de Jabhat Al-Nusra, ya que los combatientes extranjeros que han viajado a Siria para unirse a la yihad están movilizándose. De los aproximadamente 110.000 combatientes en total oposición en Siria, ISIS tiene entre 5.000 y 10.000; Jabhat Al-Nusra tiene entre 5.000 y 6.000 combatientes comprometidos; y un tercer grupo extremista, Ahrar Al-Sham, tiene entre 10.000 y 15.000 miembros. Los extremistas de estos grupos son considerados los más duros y motivados dentro de la oposición.
Cerca de 10.000 a 15.000 combatientes extranjeros se unieron a la oposición desde lugares como Chechenia, Australia, Libia, Bélgica y EE.UU, entre otros. La Inteligencia norteamericana está especialmente preocupada por unos 1.500 combatientes extranjeros tienen pasaportes europeos, lo que les permiten viajar libremente por todo el continente y entrar a EE.UU. con relativa facilidad. Un dato interesante es que a principios de 2011, Al-Juhni estaba en la lista de criminales más buscados por Arabia Saudita y Al-Juhni señaló que “consideraba al Reino como un campo legítimo para la batalla."
El gobierno de Arabia Saudita afirmó que reclutas del ISIS, complotados con elementos dentro del Reino, planeaban asesinar a líderes religiosos y funcionarios de seguridad. El supuesto complot -junto a otro que implica Yemen rama de Al-Qaeda- estaba detrás de la detención de 62 sospechosos de terrorismo en Arabia Saudita. Entre los detenidos hay 35 saudíes condenados anteriormente, algunos terminaron el programa de rehabilitación del Reino para los militantes radicales.
El portavoz del Ministerio del Interior saudita, My. Gral. Mansour Al-Turki, sostuvo que, si bien los miembros saudíes de ISIS en Siria fueron alentados por sus pares saudíes en el Reino para llevar a cabo asesinatos, otros detenidos ya estaban trabajando para crear células destinada a la recaudación de fondos para la base en Yemen –Al-Qaeda en la Península Arábiga- y para el transporte de personas y armas.
El 25 de abril, un vídeo anunció la formación de un grupo alineado al ISIS en Ma'an, y amenazó con asesinar al rey Abdullah además de una serie de los ataques suicidas contra las instalaciones de Inteligencia en Jordania. El aparato de Inteligencia jordano ya estableció medidas de seguridad fronteriza que pueden servir para mitigar las amenazas del ISIS, pero los recientes acontecimientos en Ma'an sugieren que el movimiento ya echó raíces en el Reino Hachemita.
EE.UU. no tiene interés –si alguna vez lo tuvo- en armar a los rebeldes sirios, mucho menos ahora, que están en retirada y el escenario opositor está dominado por los yihadistas. El interés de EE.UU., y sus aliados, pasa por rastrear las acciones futuras de estos elementos radicales una vez que salgan de Siria y vuelvan a sus países o sigan la yihad en otro conflicto regional.
Una de las principales características de los grupos yihadistas que operaban con Al-Qaeda a finales del siglo XX era su alta capacidad de interconexión, por lo que no debería sorprender ahora que se repita este patrón a nivel regional y que genere los mismos problemas de seguridad que sucedieron en los países árabes y occidentales hasta no hace mucho tiempo atrás. Lo novedosos es que, hasta ahora, se creía que el ISIS había limitado sus actividades solamente a Siria e Irak. Si las denuncias sauditas son ciertas, marcaría el primer intento conocido del ISIS de planear un ataque en el Reino.
Con la propagación de un mensaje renovado de la Yihad, en relación a su antecesor tradicional Al-Qaeda, el ISIS ha reforzado sus filas con los militantes de toda la región. El punto más inquietante es el radicalismo del ISIS, al punto de preocupar al líder de Al-Qaeda, Ayman Al- Zawahir, quien condenó sus operaciones por considerarlas demasiado radicales.
Una muestra de este cambio en las prioridades de EE.UU. son las sanciones del Departamento del Tesoro. La entidad gubernamental añadió hoy a 2 líderes de Al-Qaeda en Siria, a la lista de terroristas globales especialmente designados, por diversas acciones que van desde liderar a los grupos islámicos en Siria a coordinar la compra de armamento pesado con sus homólogos de Pakistán y brindar apoyar los esfuerzos de Al-Qaeda en Siria.
Uno es Abd Al-Rahman Muhammad Zafir Al-Dubaysi Al-Juhni, un saudí que estaba en el centro de la Shura de Al-Qaeda (consejo consultivo) y se desempeñó como responsable de contrainteligencia el grupo antes de trasladarse desde Pakistán a Siria. El otro es un iraquí, Abd A Rahman Mustafa Al-Qaduli, quien se unió al grupo Al-Qaeda en Irak (AQI) cuando era liderado por Abu Musab Al-Zarqawi; Al-Qaduli se desempeñó como asistente de Al-Zarqawi y emir de AQI de Mosul, en la provincia de Ninawa, Irak. Al-Qaduli fue encarcelado a principios de 2012, cuando fue liberado y viajó a Siria para trabajar en una sede local del Estado Islámico de Irak y Al-Sham (ISIS).
David S. Cohen, Subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, precisó en un comunicado que "Estamos muy preocupados por las redes de Al Qaeda se mueve dinero y combatientes a grupos extremistas en Siria". Pero esta no es la única preocupación de EE.UU.
Las agencias de Inteligencia de EE.UU. y Europa están trabajando con sus contrapartes del Medio Oriente para rastrear los elementos del ISIS y de Jabhat Al-Nusra, ya que los combatientes extranjeros que han viajado a Siria para unirse a la yihad están movilizándose. De los aproximadamente 110.000 combatientes en total oposición en Siria, ISIS tiene entre 5.000 y 10.000; Jabhat Al-Nusra tiene entre 5.000 y 6.000 combatientes comprometidos; y un tercer grupo extremista, Ahrar Al-Sham, tiene entre 10.000 y 15.000 miembros. Los extremistas de estos grupos son considerados los más duros y motivados dentro de la oposición.
Cerca de 10.000 a 15.000 combatientes extranjeros se unieron a la oposición desde lugares como Chechenia, Australia, Libia, Bélgica y EE.UU, entre otros. La Inteligencia norteamericana está especialmente preocupada por unos 1.500 combatientes extranjeros tienen pasaportes europeos, lo que les permiten viajar libremente por todo el continente y entrar a EE.UU. con relativa facilidad. Un dato interesante es que a principios de 2011, Al-Juhni estaba en la lista de criminales más buscados por Arabia Saudita y Al-Juhni señaló que “consideraba al Reino como un campo legítimo para la batalla."
El gobierno de Arabia Saudita afirmó que reclutas del ISIS, complotados con elementos dentro del Reino, planeaban asesinar a líderes religiosos y funcionarios de seguridad. El supuesto complot -junto a otro que implica Yemen rama de Al-Qaeda- estaba detrás de la detención de 62 sospechosos de terrorismo en Arabia Saudita. Entre los detenidos hay 35 saudíes condenados anteriormente, algunos terminaron el programa de rehabilitación del Reino para los militantes radicales.
El portavoz del Ministerio del Interior saudita, My. Gral. Mansour Al-Turki, sostuvo que, si bien los miembros saudíes de ISIS en Siria fueron alentados por sus pares saudíes en el Reino para llevar a cabo asesinatos, otros detenidos ya estaban trabajando para crear células destinada a la recaudación de fondos para la base en Yemen –Al-Qaeda en la Península Arábiga- y para el transporte de personas y armas.
El 25 de abril, un vídeo anunció la formación de un grupo alineado al ISIS en Ma'an, y amenazó con asesinar al rey Abdullah además de una serie de los ataques suicidas contra las instalaciones de Inteligencia en Jordania. El aparato de Inteligencia jordano ya estableció medidas de seguridad fronteriza que pueden servir para mitigar las amenazas del ISIS, pero los recientes acontecimientos en Ma'an sugieren que el movimiento ya echó raíces en el Reino Hachemita.
EE.UU. no tiene interés –si alguna vez lo tuvo- en armar a los rebeldes sirios, mucho menos ahora, que están en retirada y el escenario opositor está dominado por los yihadistas. El interés de EE.UU., y sus aliados, pasa por rastrear las acciones futuras de estos elementos radicales una vez que salgan de Siria y vuelvan a sus países o sigan la yihad en otro conflicto regional.
Una de las principales características de los grupos yihadistas que operaban con Al-Qaeda a finales del siglo XX era su alta capacidad de interconexión, por lo que no debería sorprender ahora que se repita este patrón a nivel regional y que genere los mismos problemas de seguridad que sucedieron en los países árabes y occidentales hasta no hace mucho tiempo atrás. Lo novedosos es que, hasta ahora, se creía que el ISIS había limitado sus actividades solamente a Siria e Irak. Si las denuncias sauditas son ciertas, marcaría el primer intento conocido del ISIS de planear un ataque en el Reino.
Con la propagación de un mensaje renovado de la Yihad, en relación a su antecesor tradicional Al-Qaeda, el ISIS ha reforzado sus filas con los militantes de toda la región. El punto más inquietante es el radicalismo del ISIS, al punto de preocupar al líder de Al-Qaeda, Ayman Al- Zawahir, quien condenó sus operaciones por considerarlas demasiado radicales.
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