MARIAN CALVO / RHC –
En un mundo en el que todo tiende a globalizarse, como el que vivimos, las herramientas económicas y políticas que administran las sociedades promueven patrones productivos y de consumo similares.
En esta inteligencia, las matrices generadas desde los centros de poder en Estados Unidos y Europa Occidental, principalmente, imponen un comportamiento afín a sus intereses.
Pese a lo que muchos opinantes consideran, no estamos ante un mundo pluripolar y ni siquiera bipolar. La fuerza de naciones como Rusia, China y quizás algunos de los llamados países emergentes, como India, Brasil y Malasia, está lejos aún de disputarle una jugada de peso a la alianza económico y política que encabeza Estados Unidos junto a sus aliados de la OTAN.
Por eso resulta siempre novedoso e importante las actitudes contestarías que se oponen a este patrón. Lo digo porque hoy quiero referirme a la figura de la joven chilena Camila Vallejo, a propósito de la publicación de su libro “Podemos Cambiar el Mundo”, de la editora Ocean sur.
El texto aparece en estante en la 33ª Feria Internacional del Libro de Santiago, que desde este jueves y hasta el próximo 10 de noviembre se desarrolla en el Centro Cultural Estación Mapocho de la capital.
El libro en cuestión vio la luz por primera vez enero de 2012 y es una selección de algunas de las opiniones y de los más relevantes artículos de Camila publicados en periòdicos y folletos. Incluye también otros trabajos inéditos.
Como se recordará, la joven ganó titulares cuando desde su responsabilidad como vicepresidenta de la Federaciòn de Estudiantes de la Universidad de Chile se convirtió en una de las portavoces y líder del movimiento universitario surgido en mayo de 2011 que exigió del gobierno mejoras en el sistema educacional del país.
El movimiento pidió el fin de los mecanismos de ingreso a la educación superior que segregan a los pobres y a cesar en su intento de convertir a la universidad en una empresa lucrativa que desangra las economías familiares. Vallejo es también militante de las Juventudes Comunistas Chilenas y una oradora de lenguaje claro, directo y cáustico.
La actitud de Camila Vallejo y sus proposiciones políticas y sociales constituyen un ejemplo de que se puede cambiar el mundo, tal como hoy lo conocemos, si se globaliza también la esperanza, la solidaridad y la justicia social.
Vengo de aquellos lugares de los cuales poco y nada se dice, porque poco y nada se sabe. Y vengo a luchar, dijo Camila en el prólogo del libro.
Me satisface hablar de esta muchacha chilena de 25 años, que representa a una generación nacida y crecida en medio de una sociedad neoliberal en su economía y de consumismo desenfrenado en su ideología, de clase media acomodada, pero despojada de todo individualismo y fatuidad.
La joven Camila es una prometedora activista social con aspiraciones políticas y en opinión de entendedores una de las líderes con el futuro más prometedor de la joven generación de luchadores sociales y políticos de izquierda que hoy emerge en América Latina.
En esta inteligencia, las matrices generadas desde los centros de poder en Estados Unidos y Europa Occidental, principalmente, imponen un comportamiento afín a sus intereses.
Pese a lo que muchos opinantes consideran, no estamos ante un mundo pluripolar y ni siquiera bipolar. La fuerza de naciones como Rusia, China y quizás algunos de los llamados países emergentes, como India, Brasil y Malasia, está lejos aún de disputarle una jugada de peso a la alianza económico y política que encabeza Estados Unidos junto a sus aliados de la OTAN.
Por eso resulta siempre novedoso e importante las actitudes contestarías que se oponen a este patrón. Lo digo porque hoy quiero referirme a la figura de la joven chilena Camila Vallejo, a propósito de la publicación de su libro “Podemos Cambiar el Mundo”, de la editora Ocean sur.
El texto aparece en estante en la 33ª Feria Internacional del Libro de Santiago, que desde este jueves y hasta el próximo 10 de noviembre se desarrolla en el Centro Cultural Estación Mapocho de la capital.
El libro en cuestión vio la luz por primera vez enero de 2012 y es una selección de algunas de las opiniones y de los más relevantes artículos de Camila publicados en periòdicos y folletos. Incluye también otros trabajos inéditos.
Como se recordará, la joven ganó titulares cuando desde su responsabilidad como vicepresidenta de la Federaciòn de Estudiantes de la Universidad de Chile se convirtió en una de las portavoces y líder del movimiento universitario surgido en mayo de 2011 que exigió del gobierno mejoras en el sistema educacional del país.
El movimiento pidió el fin de los mecanismos de ingreso a la educación superior que segregan a los pobres y a cesar en su intento de convertir a la universidad en una empresa lucrativa que desangra las economías familiares. Vallejo es también militante de las Juventudes Comunistas Chilenas y una oradora de lenguaje claro, directo y cáustico.
La actitud de Camila Vallejo y sus proposiciones políticas y sociales constituyen un ejemplo de que se puede cambiar el mundo, tal como hoy lo conocemos, si se globaliza también la esperanza, la solidaridad y la justicia social.
Vengo de aquellos lugares de los cuales poco y nada se dice, porque poco y nada se sabe. Y vengo a luchar, dijo Camila en el prólogo del libro.
Me satisface hablar de esta muchacha chilena de 25 años, que representa a una generación nacida y crecida en medio de una sociedad neoliberal en su economía y de consumismo desenfrenado en su ideología, de clase media acomodada, pero despojada de todo individualismo y fatuidad.
La joven Camila es una prometedora activista social con aspiraciones políticas y en opinión de entendedores una de las líderes con el futuro más prometedor de la joven generación de luchadores sociales y políticos de izquierda que hoy emerge en América Latina.
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