En las presidenciales de noviembre de 2012 en Estados Unidos tendrán derecho a votar 21,5 millones de latinos, dos millones más que en los comicios de 2008, calcula la encuestadora Latino Decisions.
Pero aun así, los aspirantes republicanos a disputarle la Casa Blanca al presidente Barak Obama no parecen poder ofrecer propuestas que realmente respondan a los intereses de la comunidad. Según la misma Latino Decisions, el 47% de los votantes hispanos considera que los republicanos "no se interesan mucho" por los latinos, mientras que el 27% aseguró que "están siendo hostiles". ¿En qué se fundamentan estas afirmaciones? Hagamos un repaso por los programas de los respectivos precandidatos:
1. Mitt Romney, 25% de los votos en Iowa y 39,3% en Nuevo Hampshire
2. Ron Paul, 21% en Iowa y 22,9% en Nuevo Hampshire
3. Rick Santorum, 25% de los votos en Iowa y 9,4% en Nuevo Hampshire
4. Newt Gingrich, 13% en Iowa y 9,4 % en Nuevo Hampshire
5. Rick Perry, 10% en Iowa y 0,7 % en Nuevo Hampshire
2. Ron Paul, 21% en Iowa y 22,9% en Nuevo Hampshire
3. Rick Santorum, 25% de los votos en Iowa y 9,4% en Nuevo Hampshire
4. Newt Gingrich, 13% en Iowa y 9,4 % en Nuevo Hampshire
5. Rick Perry, 10% en Iowa y 0,7 % en Nuevo Hampshire
"Quiero ver más inmigrantes en este país, pero más inmigrantes legales. Quiero que a este país venga gente con educación, con experiencia, con parientes aquí que querrían traerles. No quiero nada que pueda motivar una nueva ola de inmigración ilegal", comenta el favorito de las primarias republicanas. De esto se deduce que está en contra de cualquier forma de amnistía para los indocumentados, sea ciudadanía, permiso de residencia o acceso a beneficios sociales. Acentúa que una vez en la Presidencia, vetaría el Dream Act, un proyecto de ley que permitiría la legalización de estudiantes indocumentados bajo ciertos requisitos.
Insiste en que los 11 millones de inmigrantes ilegales de EE. UU. deben registrar su presencia en el país. Después de eso se les dará un 'período de transición' para que arreglen sus cosas y regresen a sus casas. Una vez de vuelta a sus países natales tendrán que solicitar un permiso oficial para volver a EE. UU., igualmente que cualquier otro inmigrante legal. Se compromete, además, a profundizar la colaboración con México respecto a la lucha contra la droga y la seguridad de la frontera común.
Según se dio a conocer este miércoles, Romney goza del respaldo del secretario de Estado de Kansas, Kris Kobach, uno de los autores de las leyes antiinmigrantes de Arizona y Alabama. "Estoy muy orgulloso de ganar el soporte de Kris. Necesitamos más líderes conservadores como él. Con Kris en el equipo, espero tomar pasos para disminuir la inmigración ilegal", comentó Romney la noticia en su página web.
El senador Ron Paul, apodado 'Doctor No', es famoso por su postura de 'no intervención' de EE. UU. en la política de otros países. Sin embargo, su punto de vista hacia el problema de la inmigración ilegal tiene muy poco que ver con su liberalismo en otros aspectos.
Paul es uno de los que no aplaudió la idea de una valla en la frontera entre EE. UU. y México. "La considero bastante insultante", comenta el congresista. "Creo que debemos ser mucho más generosos con nuestra inmigración", acentúa Paul. Sin embargo, esta frase se refiere solo a la inmigración legal. Para él, los inmigrantes ilegales son una carga demasiado pesada para el presupuesto federal, ya muy desequilibrado. Insiste en la necesidad de reforzar la vigilancia de la frontera, pero con otros recursos.
Está en contra de la amnistía. Considera que crearía precedentes para los violadores de la ley. Comenta que las enmiendas de la Constitución que dan derecho de ciudadanía automática a los hijos de los inmigrantes ilegales nacidos en EE. UU. en realidad son mal interpretadas. "No me gusta la idea de premiar a la gente que se coló en el país con este propósito", detalla.
No habla de deportar a los 11 millones de inmigrantes ilegales del país, porque no considera posible localizarles a todos. Lo que ofrece es hacer de EE. UU. un destino no atractivo para los indocumentados, negándoles todos los servicios sociales: asistencia médica gratis en caso de emergencia, educación gratuita y seguridad social. "Cuando subsidias la inmigración ilegal, tienes más de ella", argumenta.
Santorum, famoso por sus opiniones 'radicales', insiste en que EE. UU. debe endurecer sus leyes contra la inmigración ilegal y hacer imposible que los documentados trabajen. No da muchos detalles, pero comenta que está en contra de la amnistía y la educación gratis para ellos. Recalca que deben ser deportados. Apoya con mucho entusiasmo la idea de la valla en la frontera común con México y opina que hace falta construir incluso más vallas. Ofrece, además, garantizar la seguridad en la zona con más personal y tecnologías de nueva generación.
En vísperas de las primarias republicanas del 21 de enero en Carolina del Sur, uno de los estados donde está vigente la controvertida ley antiinmigrante, la mayor organización de hispanos republicanos, Somos Republicans, otorgó su respaldo a Newt Gingrich. Según un comunicado oficial del grupo, Gingrich "ha estado trabajando duro durante muchos años para incluir a los hispanos en la conversación general para mejorar EE. UU.".
Para mostrar su unanimidad con la comunidad hispana, el político está participando en varios actos públicos. Uno de ellos es la conferencia de la Red de Liderazgo Hispano, que se llevará a cabo en Miami el 27 de enero, cuatro días antes de las primarias en Florida, estado donde casi un 40% de los electores son latinos.
Sin embargo, su postura no es tan favorable como parece a primera vista. "La mayoría de los empleados que están aquí, que no tienen vínculos con nosotros, deben irse de inmediato", insiste. Propone, además, estipular unas multas muy severas para los empleadores que contraten a inmigrantes indocumentados.
Está de acuerdo con legalizar a una parte de los inmigrantes: a aquellos que han vivido en el país más de 25 años, son bien vistos por los residentes locales y tienen una familia de ciudadanía estadounidense que sea su patrocinador. Sin embargo, aun así, no recibirían la ciudadanía, solo permiso de residencia. Para obtener este permiso tendrán que pagar, además, una multa.
Perry está a favor de proveer educación gratis o subsidiada a los niños de los inmigrantes ilegales. En caso contrario, se convertirán en un peso para la sociedad, advierte. Sin embargo, se muestra en contra de la Dream Act a nivel federal. En su puesto de gobernador se opuso al uso del E-verify, el sistema electrónico destinado a impedir contratar a indocumentados. Al mismo tiempo, intentó impulsar a los legisladores del estado (aunque sin éxito) a aprobar una ley que prohibiría la existencia de los denominados 'asilos', localidades donde la policía se abstiene de preguntar a los ciudadanos sobre su estatus migratorio.
Como tarea principal, Perry ve la necesidad de 'asegurar' la frontera con México. Hasta que este problema sea resuelto, todas las conversaciones tendrán un carácter puramente intelectual, opina. Con este fin está dispuesto, incluso, a mandar al país vecino tropas estadounidenses. Detalló que no sabe con exactitud cómo serían los posibles escenarios, pero aseguró que sincronizaría con el Gobierno mexicano la colaboración militar destinada a acabar con los cárteles de droga y a mantenerles fuera de la frontera norteamericana.
Se opone a la idea de edificar la valla a lo largo de la frontera, pero está dispuesto a desplazar a la zona a miles de efectivos que formen patrullas e intensificar el uso de los aparatos no tripulados de vigilancia.
Articulo completo en:http://actualidad.rt.com/actualidad/ee_uu/issue_34959.html
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