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jueves, octubre 20, 2011

Chávez dio gracias al comandante de comandantes ante Santo Cristo de La Grita


Veinte minutos después del aterrizaje del avión de siglas 0001 en el Aeropuerto Nacional La Fría, en el estado Táchira, apareció en la puerta de la nave el mandatario nacional, Hugo Chávez Frías. Este jueves venía a cumplir una promesa.
Antes de descender por las escaleras de la aeronave, se quitó la gorra oliva y con ademán de alegría la batió con sus mano derecha para saludar, dejando al descubierto su cabeza sin cabellos, huella más evidente del tratamiento oncológico al que estuvo sometido durante poco más de tres meses.
Mientras en la pista le esperaban sus ministros, la prensa y una agrupación militar, cientos de personas a las afueras del terminal aéreo ondeaban sus banderas y a voz en cuello coreaban "!Pa'lante Comandante!".
"Fe en Cristo para la recuperación del comandante", rezaba una de las pancartas que se divisaban detrás de la malla de ciclón que separaba a la multiutud de su líder, quien llegó procedente de Cuba donde se realizó exámenes para descartar por completo la presencia de células malignas en su cuerpo.
Las notas del Himno Nacional recibieron al mandatario, quien pronunció su discurso bajo un toldo en el medio de la pista de aterrizaje para informar que luego de las evaluaciones médicas se determinó que "no hay ningún actividad de células malignas activas en este cuerpo".
"Puedo decir que saqué veinte puntos en esos exámenes", dijo un Chávez jovial acompañado de su hija Rosa y su nieto, a quien apoda por cariño "el Gallito".
Para el mandatario, su satisfactoria recuperación tras cuatro meses de cuidados era una razón de peso para honrar la promesa que hiciera al Santo Cristo de La Grita.
"Quiero darle gracias a Dios, al comandante de los comandantes", expresó el Jefe de Estado ante los asistentes que irrumpieron en aplausos bajo el sopor de una mañana calurosa, antes de emprender el viaje de dos horas desde La Fría hasta la localidad de La Grita, en el municipio tachirense de Jáuregui.
"Aquí llegó el nuevo Chávez", advirtió sonriente. Un nuevo Chávez que prometió asumir la vanguardia pero "cambiando de manera radical la forma en la que veníamos haciendo las cosas".
El pueblo expresó su amor en las calles
El recorrido desde el aeropuerto hasta el santuario dura aproximadamente noventa minutos. Sin embargo, durante el trayecto cientos de personas se volcaron a las calles a expresar su solidaridad a Chávez, lo que hizo que la llegada al lugar se prolongara a casi tres horas.
En Las Mesas y Seboruco, Chávez se detuvo para saludar a la gente antes de seguir hasta La Grita, lugar donde cientos de tachirenses se apostaron desde tempranas horas de la mañana para recibir al mandatario.
Cuando la camioneta en la que se dirigía el presidente finalmente llegó a la iglesia, los gritos de alegría colmaron los alrededores imponiéndose incluso por encima de los acordes de "Venezuela", que interpretó una orquesta dentro del santuario, al que Chávez ingresó para participar de la misa oficiada por Monseñor Mario Moronta.
En el acto eclesiástico Chávez tuvo la oportunidad de elevar una oración ante la imagen del Santo Cristo, en una comunión íntima y personal donde reiteró su agradecimiento a Dios, "el comandante de los comandantes".
A su salida del recinto, el Chávez renovado ratificó que continuará su lucha por la vida y reiteró su mayor convicción: "La voz del pueblo es la voz de Dios".
"La vida mía le pertenece al pueblo". Chávez cumplió así su tributo al Santo Cristo pero recalcó en que su compromiso con el pueblo continúa.
"¡Hay demasiadas razones para vivir!", exclamó el hombre que aspira ganar por tercera vez consecutiva los comicios presidenciales en octubre de 2012 para "seguir luchando por un futuro bonito para nuestros hijos".
AVN 20/10/2011 18:26

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