ESTA PROHIBIDO OLVIDAR
Caracas, 07 Ene. AVN .- “No lo busque más, yo lo lancé de un helicóptero” fue la frase que escuchó Rosa Rojas de Soto, madre de Víctor Ramón Soto Rojas, de boca de un militar que le pidió que no buscara más a su hijo a través de avisos de prensa porque el gobierno de Raúl Leoni lo “había mandado a botar” desde un helicóptero y no sabía dónde había caído.
El diario Ciudad Ccs publica este viernes extractos de la entrevista que le hicieran en 2003, a la señora Rojas de Soto fallecida en 2008, en la cual habló sobre la tortura, el asesinato y la desaparición de su hijo, en 1964, por órdenes del gobierno del adeco Raúl Leoni (1964-1969).
“Es uno de los relatos de operaciones de terrorismo aplicadas por los gobiernos de Acción Democrática y Copei, urdidos en violaciones flagrantes a los derechos humanos, infligiendo castigos, torturas físicas y psicológicas, asesinatos y desapariciones a prisioneros detenidos o vinculados a las luchas sociales durante los años 60, 70 y 80”, reseña la nota de Ciudad Ccs titulada “No lo busque, lo lancé de un helicóptero”.
Víctor Soto Rojas, hermano del actual presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas, fue detenido entre el 29 de julio y los primeros días de agosto de 1964 en una alcabala de la Guardia Nacional en la entrada de Altagracia de Orituco. De allí lo llevaron a la prefectura y posteriormente lo trasladaron a San Juan de los Morros, estado Guárico.
Fue torturado en la policía política de ese entonces, la Digepol, y de allí fue trasladado al campamento antiguerrillero de Cúpira, estado Miranda, donde desapareció.
“Para cuando Víctor Ramón Soto Rojas fue trasladado en helicóptero desde Cúpira hacia la montaña de El Bachiller, en Miranda, era muy probable que hubiese perdido el conocimiento por efecto de las torturas”, continúa la nota.
“Yo le pregunté a ese militar cómo se portó mi hijo: si se había puesto bravo, qué había hecho. Me dijo, a ése le dieron palo y él no se daba ni cuenta y de allí lo metieron al helicóptero y lo lanzamos en la montaña”, expresó Rosa Rojas en la entrevista.
Tras las investigaciones realizadas por los familiares y defensores de los derechos humanos, se presume que Víctor Ramón Soto Rojas fue colgado vivo desde el aparato y “lanzado al vacío, pendiendo de un mecate para que se estrellara contra los árboles de las montañas de la Serranía Maestra del Interior, en los límites de los estados Guárico y Miranda”.
Víctor Ramón Soto Rojas era miembro del Buró Universitario del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, había luchado en la resistencia contra el dictador Marcos Pérez Jiménez como integrante de la juventud de Acción Democrática, y formó parte de la juventud del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), al dividirse AD en 1961. En junio de 1964 se incorporó al Frente Guerrillero Ezequiel Zamora.
Este episodio de tortura, asesinato y desaparición fue recordado el pasado miércoles por el diputado del Partido Socialista Unido (Psuv) Earle Herrera, tras la intervención del parlamentario de Un Nuevo Tiempo Alfonso Marquina, a quien le manifestó que no tenía moral “para darnos clases de democracia porque ustedes (derecha) tienen en su prontuario mil muertos en nuestra democracia”.
El diario Ciudad Ccs publica este viernes extractos de la entrevista que le hicieran en 2003, a la señora Rojas de Soto fallecida en 2008, en la cual habló sobre la tortura, el asesinato y la desaparición de su hijo, en 1964, por órdenes del gobierno del adeco Raúl Leoni (1964-1969).
“Es uno de los relatos de operaciones de terrorismo aplicadas por los gobiernos de Acción Democrática y Copei, urdidos en violaciones flagrantes a los derechos humanos, infligiendo castigos, torturas físicas y psicológicas, asesinatos y desapariciones a prisioneros detenidos o vinculados a las luchas sociales durante los años 60, 70 y 80”, reseña la nota de Ciudad Ccs titulada “No lo busque, lo lancé de un helicóptero”.
Víctor Soto Rojas, hermano del actual presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas, fue detenido entre el 29 de julio y los primeros días de agosto de 1964 en una alcabala de la Guardia Nacional en la entrada de Altagracia de Orituco. De allí lo llevaron a la prefectura y posteriormente lo trasladaron a San Juan de los Morros, estado Guárico.
Fue torturado en la policía política de ese entonces, la Digepol, y de allí fue trasladado al campamento antiguerrillero de Cúpira, estado Miranda, donde desapareció.
“Para cuando Víctor Ramón Soto Rojas fue trasladado en helicóptero desde Cúpira hacia la montaña de El Bachiller, en Miranda, era muy probable que hubiese perdido el conocimiento por efecto de las torturas”, continúa la nota.
“Yo le pregunté a ese militar cómo se portó mi hijo: si se había puesto bravo, qué había hecho. Me dijo, a ése le dieron palo y él no se daba ni cuenta y de allí lo metieron al helicóptero y lo lanzamos en la montaña”, expresó Rosa Rojas en la entrevista.
Tras las investigaciones realizadas por los familiares y defensores de los derechos humanos, se presume que Víctor Ramón Soto Rojas fue colgado vivo desde el aparato y “lanzado al vacío, pendiendo de un mecate para que se estrellara contra los árboles de las montañas de la Serranía Maestra del Interior, en los límites de los estados Guárico y Miranda”.
Víctor Ramón Soto Rojas era miembro del Buró Universitario del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, había luchado en la resistencia contra el dictador Marcos Pérez Jiménez como integrante de la juventud de Acción Democrática, y formó parte de la juventud del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), al dividirse AD en 1961. En junio de 1964 se incorporó al Frente Guerrillero Ezequiel Zamora.
Este episodio de tortura, asesinato y desaparición fue recordado el pasado miércoles por el diputado del Partido Socialista Unido (Psuv) Earle Herrera, tras la intervención del parlamentario de Un Nuevo Tiempo Alfonso Marquina, a quien le manifestó que no tenía moral “para darnos clases de democracia porque ustedes (derecha) tienen en su prontuario mil muertos en nuestra democracia”.
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