16.Nov.2010 /
Este lunes en horas de la noche, el presidente Hugo Chávez encabezó la ceremonia de entrega de la Quinta Edición del Premio Libertador al Pensamiento Crítico.
Desde el Teatro Teresa Carreño y en compañía del Ministro de la Cultura, Farruco Sesto y otras figuras del gobierno y del mundo intelectual latinoamericano, el presidente entregó el máximo galardón al filósofo argentino Enrique Dussel Ambrosini, quien resultó premiado por su magnífica obra “Política de la Liberación: Arquitectónica”.
Luego de escuchar la charla magistral de Enrique Dussel, el presidente Chávez ofreció un interesante discurso donde analiza la importancia de consolidación de instituciones como el Premio Libertador al Pensamiento Crítico y la enorme contribución del intenso trabajo de estos intelectuales, escritores y filósofos a la construcción del socialismo.
A continuación, algunos fragmentos de su discurso:
Buenas noches. Yo quiero felicitar en primer lugar a nuestro amigo, filósofo, escritor de la liberación, filósofo de la liberación, porque tú te has dedicado a muchas cosas, pero yo he seguido algunas de tus obras. Es la política de la liberación, filosofía de la liberación. Yo le preguntaba a Dussel por su tercera obra de esa trilogía, de esos tres momento que él ha enfocado iluminándonos el camino, esos tres momentos donde él ha concentrado, digámoslo así, así yo lo percibo, esa política de la liberación. Primero una crítica histórica, una revisión de la historia, un redimensionamiento de la historia y eso es fundamental para entendernos mejor. La historia, la historia, la historia (…)
A nosotros nos engañaron y nos pusieron a cantarle a Cristóbal Colón. La Pinta, la Niña y la Santa María, esas eran las calaveras que Colón traía. Y le cantábamos a Colón, y lo admirábamos. Cuando yo era cadete veníamos a rendirle honores a Colón, aquí en la Plaza Colón cerquita de la Plaza Venezuela.
La verdadera historia la falsificaron. ¿Quiénes la falsificaron? Los triunfadores y nunca el pueblo fue triunfador, salvo algunas raras excepciones, lamentablemente hasta ahora (…)
Bueno, esa historia a nosotros nos la escondieron, como tú dices compañero. Casi al mismo tiempo que fusilaban a Manuel Dorrego estaban asesinando al Mariscal Sucre en Berruecos y estaban expulsando de aquí a Simón Bolívar y tratando de matarlo en Bogotá y al final murió allá en circunstancias muy extrañas, por cierto, en Santa Marta. Y a los mismos días estaban asesinando en San José de Costa Rica a Francisco Morazán, el gran líder centroamericano.
Esa historia nosotros casi la desconocemos totalmente. Claro, nos han engañado para vendernos la historia oficial, la historia burguesa.
Por eso me parece tan importante que Enrique Dussel, nuestro galardonado de hoy, de este año en su quinta edición del Premio Libertador al Pensamiento Crítico nos impulse con sus luces y su pensamiento creador y crítico en esa dirección, ese primer momento de la política de la liberación.
Tenemos que comprender el pasado, tenemos que liberar la historia, así lo digo en primer lugar. Tenemos que liberar la historia, tenemos que liberar a los muertos, tenemos que liberar la patria del pasado, del engaño, de la mentira, de la tumba histórica (…)
El segundo momento en el que nos coloca el pensamiento crítico y creador de Enrique Dussel es este. El segundo volumen, pero más que el segundo volumen uno podría decir que es el segundo momento: es la arquitectónica. No dejen de leer este libro (…)
El premio anterior, el insigne amigo de esta casa Istvan Mészáros, hace poco estuvo por aquí. ¡Cómo lamento! y casi le digo que se fuera a Cuba a unirse a las reuniones con Fidel. Coincidió su visita con mi viaje a La Habana, cuando regresé ya se había marchado. Me dejó una nota con Giordani que es como su hermano. Istvan Mészáros, ganador de la 4ta edición de este Premio del Pensamiento Crítico.
Esta es la quinta edición y ¡vaya que aporte el de estos pensadores! No sólo los que han obtenido el máximo galardón, sino las menciones especiales. He allí a Víctor Álvarez. Felicito a Víctor Álvarez por su pensamiento crítico y su obra, hay que leerlo y a todos nuestros amigos de otros países, Francois Buttar, Boaventura de Sousa Santos, son luminarias del pensamiento, pero además todos los que aportan su esfuerzo. Este año hubo más de 60 libros, de 16 países. Una de las cosas que más lamento es no tener más tiempos para leer. Se los juro, cómo lo lamento (…)
Dentro de 100 años, si no hay guerra nuclear, si el mundo sobrevive a la amenaza del mundo capitalista, Dios mediante, dentro de 100 años cuando analicen nuestros nietos y los nietos de nuestros nietos la historia, sin duda y así lo creo, tendrán que detenerse en los últimos años del siglo 20 y los primeros del 21, en esta primera década sobre todo y la segunda que está comenzando del siglo 21, años en los cuales, dirán ellos, se definió la historia y la suerte de la humanidad. Yo creo que estamos en años en los cuales se está decidiendo la suerte de la humanidad y por eso es tan importante, es vital el pensamiento creador, el pensamiento crítico, las ideas (…)
Qué importante, decía, es la consolidación de espacios como este porque se ha consolidado esta institución del Premio Libertador al Pensamiento Crítico y hay que motivar a los pensadores, a los escritores para que sigan produciendo ideas para iluminar los caminos, los horizontes en esta batalla del destino de la humanidad.
Yo le decía a Enrique que estoy pendiente del tercer tiempo. Lo está escribiendo, Crítica. Como Mészáros que tiene también una trilogía y ahora está escribiendo como que otra trilogía, está iniciando como que otro ciclo, Mészáros (…)
Así esta Enrique Dussel, trabajando el tercer volumen de la Crítica, que entiendo que es también la máxima concreción del pensamiento. Al menos hasta allí estoy seguro de que Enrique nos va a obsequiar el producto de un gigantesco esfuerzo de concreción de las ideas, el ascenso a lo concreto ya con sus conflictos, actores, contradicciones, sus crisis.
Ojalá que el año que viene podamos tenerlo, pero eso tiene su tiempo, su maduración. Son como partos. Los libros son como hijos que tienen ustedes quienes los escriben (…)
Bueno, yo prometí ser breve. Solo unas ideas que tengo aquí, fundamentado o basándome en el gran aporte que nos hace Enrique Dussel con esta obra de la “Arquitectónica, política de la liberación” y su discurso de hoy que aunque, para bochorno mío le asignaron tiempo, me da una vergüenza muy grande. Yo no sé de quién son esas ideas, que yo sé que no son de Farruco tampoco. Pero en verdad me da una vergüenza muy grande que le digan a él que tiene un tiempo. Eso debe extirparse definitivamente aquí en estos protocolos que a veces se imponen (…)
Fidel me decía en una conversa, yo le decía que él estaba escribiendo bastante y que cuándo nos iba a dedicar unas líneas a la situación de América Latina, a la batalla que estamos librando y Fidel me decía, en un gesto de desprendimiento muy grande —el liderazgo perfecto, así lo interpreto— “Chávez, ya yo hice lo que iba a hacer. Ahí está el pueblo cubano, el pueblo sabe lo que tiene que hacer”. Ese es el liderazgo perfecto y siempre me lo ha dicho desde aquellos días de la emboscada que le tendió la vida (…)
Siempre me insiste: “Chávez, lo más importante es que el pueblo cubano sabe lo que tiene qué hacer”. Ese es el liderazgo perfecto, como tú lo señalabas en tus maravillosas palabras. Claro, ese es un proceso que se va dando y lo ideal es eso, cuando el liderazgo individual o personal se disuelva, dijiste, se consume y ya.
Y surge un liderazgo ahora multiescalar, colectivo, liderazgo colectivo. Nuestra revolución tiene que seguir haciendo grandes esfuerzos para que ese liderazgo colectivo continúe fortaleciendo en las distintas corrientes políticas, sociales, los poderes locales, movimientos sociales, los partidos (…)
El liderazgo obediencial, el poder obediencial es una de las líneas matrices de las tesis de Enrique Dussel, el mandar obedeciendo, eso debe ser un signo distintivo de los nuevos liderazgos, de la democracia nueva, de la revolución, de un poder político nuevo, pensado de una distinta manera y desarrollado en la praxis de muchas otras distintas maneras que nos vayan alejando de ese pasado que todavía no es totalmente un pasado, pasado que sigue amenazándonos en el presente.
Todo ese formato o toda esa metódica del adecaje, de la IV república, del Pacto de Punto Fijo, de la corrupción política, de la corrupción económica, de la corrupción moral. Eso sigue siendo una amenaza hoy, latente, viva, que está por dentro de nuestra propia sociedad, de nuestro propio proceso. Es natural que así sea.
Carlos Marx lo señalaba: la sociedad nueva nace contaminada de la vieja. Pero debemos tener consciencia de esa contaminación y además generar los anticuerpos, las vacunas para ir reduciendo los grados de contaminación de la vieja sociedad.
Sólo así podrá ir apareciendo en el horizonte entre nosotros la sociedad nueva, el hombre nuevo, la patria nueva, el socialismo. Esa es una batalla crucial la que estamos dando. ¡Que viva el socialismo!
El socialismo que es en esencia la democracia, no una democracia burguesa, o la democracia liberal o neoliberal que tanto alaban en Washington y los partidos de la derecha europea, la americana, mundial. La democracia, la verdadera democracia. Eso es el socialismo o es la esencia del proyecto socialista. La democracia, como lo plantea también Dussel y nosotros en nuestro Proyecto Nacional Simón Bolívar, allí está convertido en constitución y en ley de la república, la democracia participativa y protagónica, ahí está nuestra constitución y nuestras leyes.
Hoy ocurrió algo muy importante por allá en Sartenejas, el Consejo Nacional de Gobierno, es una nueva institución creada por el constituyente de 1999 y cuando uno toma como marco teórico el planteamiento de la política de la liberación de Dussel se entiende hasta mejor lo que hemos vivido nosotros. Toda esta arquitectónica aquí bien planteada, bien pensada aquí durante tantos años, un poco aquí la hemos vivido y es muy oportuno para que enfoquemos el pasado reciente con este faro, con estas luces y sobre todo luego enfoquemos el presente y miremos la perspectiva con mayor iluminación, con mayor claridad en el marco teórico que son fundamentales, son esenciales sobre todo cuando se trata de una revolución y de un proceso de transición, de construcción. Construir lo nuevo deconstruyendo lo viejo.
El tema del despliegue del poder político, la arquitectónica de Dussel está enfocada en distintos niveles. Pero reenfocando la categoría del poder político y su despliegue se me parece mucho de alguna manera al planteo de Antonio Gramcci, incluso en algún capítulo tú aquí hablas del bloque histórico.
El estado burgués y la nueva institucionalidad que necesariamente, imprescindiblemente tiene que surgir como producto de un poder político construido desde los social, desde lo ideológico y luego desplegado, que vaya deconstruyendo, que vaya desmontando la arquitectura que ya existe y que vaya montando la nueva arquitectónica.
Es imprescindible que eso ocurra, si eso no ocurriera estaríamos perdiendo el tiempo a pesar del esfuerzo gigantesco que hagamos (…)
La batalla es definitiva para estos años que quedan del siglo 21. Es vital que nosotros sigamos desmontando, como diría Bolívar allá en Angostura, 1819, el viejo edificio. Ese viejo edificio hasta las ruinas tenemos que apartarlas y sobre esas ruinas construir un nuevo edificio, así lo dice Bolívar en un pensamiento muy arquitectónico. El nuevo edificio venezolano, las nuevas leyes venezolanas, las nuevas instituciones, es la arquitectónica a la que se refiere hoy Enrique Dussel (…)
Estamos comenzando esa etapa de construir esa nueva arquitectura del poder, orientándonos por esos valores o principios señalados también aquí de la democracia, la libertad, la igualdad, la fraternidad. Eso es la construcción del socialismo.
Este momento que vive el mundo, la humanidad, creo modestamente repito, que es decisivo para el futuro de esta nuestra humanidad y sería bueno recordar aquella frase que es de Rosa Luxemburgo: “Socialismo o barbarie”. Escojamos pues.
Todos estos pensamientos aquí recogidos, política de la liberación, arquitectónica, transición, el Premio Libertador al Pensamiento Crítico en su quinta edición se ha convertido, bienvenido sea, en un gran faro a través del cual grandes pensadores, pensadoras, filósofos, intelectuales nos iluminan el sendero de la transición hacia las salvación de la especie humana, el socialismo. Buenas noches.
Este lunes en horas de la noche, el presidente Hugo Chávez encabezó la ceremonia de entrega de la Quinta Edición del Premio Libertador al Pensamiento Crítico.
Desde el Teatro Teresa Carreño y en compañía del Ministro de la Cultura, Farruco Sesto y otras figuras del gobierno y del mundo intelectual latinoamericano, el presidente entregó el máximo galardón al filósofo argentino Enrique Dussel Ambrosini, quien resultó premiado por su magnífica obra “Política de la Liberación: Arquitectónica”.
Luego de escuchar la charla magistral de Enrique Dussel, el presidente Chávez ofreció un interesante discurso donde analiza la importancia de consolidación de instituciones como el Premio Libertador al Pensamiento Crítico y la enorme contribución del intenso trabajo de estos intelectuales, escritores y filósofos a la construcción del socialismo.
A continuación, algunos fragmentos de su discurso:
Buenas noches. Yo quiero felicitar en primer lugar a nuestro amigo, filósofo, escritor de la liberación, filósofo de la liberación, porque tú te has dedicado a muchas cosas, pero yo he seguido algunas de tus obras. Es la política de la liberación, filosofía de la liberación. Yo le preguntaba a Dussel por su tercera obra de esa trilogía, de esos tres momento que él ha enfocado iluminándonos el camino, esos tres momentos donde él ha concentrado, digámoslo así, así yo lo percibo, esa política de la liberación. Primero una crítica histórica, una revisión de la historia, un redimensionamiento de la historia y eso es fundamental para entendernos mejor. La historia, la historia, la historia (…)
A nosotros nos engañaron y nos pusieron a cantarle a Cristóbal Colón. La Pinta, la Niña y la Santa María, esas eran las calaveras que Colón traía. Y le cantábamos a Colón, y lo admirábamos. Cuando yo era cadete veníamos a rendirle honores a Colón, aquí en la Plaza Colón cerquita de la Plaza Venezuela.
La verdadera historia la falsificaron. ¿Quiénes la falsificaron? Los triunfadores y nunca el pueblo fue triunfador, salvo algunas raras excepciones, lamentablemente hasta ahora (…)
Bueno, esa historia a nosotros nos la escondieron, como tú dices compañero. Casi al mismo tiempo que fusilaban a Manuel Dorrego estaban asesinando al Mariscal Sucre en Berruecos y estaban expulsando de aquí a Simón Bolívar y tratando de matarlo en Bogotá y al final murió allá en circunstancias muy extrañas, por cierto, en Santa Marta. Y a los mismos días estaban asesinando en San José de Costa Rica a Francisco Morazán, el gran líder centroamericano.
Esa historia nosotros casi la desconocemos totalmente. Claro, nos han engañado para vendernos la historia oficial, la historia burguesa.
Por eso me parece tan importante que Enrique Dussel, nuestro galardonado de hoy, de este año en su quinta edición del Premio Libertador al Pensamiento Crítico nos impulse con sus luces y su pensamiento creador y crítico en esa dirección, ese primer momento de la política de la liberación.
Tenemos que comprender el pasado, tenemos que liberar la historia, así lo digo en primer lugar. Tenemos que liberar la historia, tenemos que liberar a los muertos, tenemos que liberar la patria del pasado, del engaño, de la mentira, de la tumba histórica (…)
El segundo momento en el que nos coloca el pensamiento crítico y creador de Enrique Dussel es este. El segundo volumen, pero más que el segundo volumen uno podría decir que es el segundo momento: es la arquitectónica. No dejen de leer este libro (…)
El premio anterior, el insigne amigo de esta casa Istvan Mészáros, hace poco estuvo por aquí. ¡Cómo lamento! y casi le digo que se fuera a Cuba a unirse a las reuniones con Fidel. Coincidió su visita con mi viaje a La Habana, cuando regresé ya se había marchado. Me dejó una nota con Giordani que es como su hermano. Istvan Mészáros, ganador de la 4ta edición de este Premio del Pensamiento Crítico.
Esta es la quinta edición y ¡vaya que aporte el de estos pensadores! No sólo los que han obtenido el máximo galardón, sino las menciones especiales. He allí a Víctor Álvarez. Felicito a Víctor Álvarez por su pensamiento crítico y su obra, hay que leerlo y a todos nuestros amigos de otros países, Francois Buttar, Boaventura de Sousa Santos, son luminarias del pensamiento, pero además todos los que aportan su esfuerzo. Este año hubo más de 60 libros, de 16 países. Una de las cosas que más lamento es no tener más tiempos para leer. Se los juro, cómo lo lamento (…)
Dentro de 100 años, si no hay guerra nuclear, si el mundo sobrevive a la amenaza del mundo capitalista, Dios mediante, dentro de 100 años cuando analicen nuestros nietos y los nietos de nuestros nietos la historia, sin duda y así lo creo, tendrán que detenerse en los últimos años del siglo 20 y los primeros del 21, en esta primera década sobre todo y la segunda que está comenzando del siglo 21, años en los cuales, dirán ellos, se definió la historia y la suerte de la humanidad. Yo creo que estamos en años en los cuales se está decidiendo la suerte de la humanidad y por eso es tan importante, es vital el pensamiento creador, el pensamiento crítico, las ideas (…)
Qué importante, decía, es la consolidación de espacios como este porque se ha consolidado esta institución del Premio Libertador al Pensamiento Crítico y hay que motivar a los pensadores, a los escritores para que sigan produciendo ideas para iluminar los caminos, los horizontes en esta batalla del destino de la humanidad.
Yo le decía a Enrique que estoy pendiente del tercer tiempo. Lo está escribiendo, Crítica. Como Mészáros que tiene también una trilogía y ahora está escribiendo como que otra trilogía, está iniciando como que otro ciclo, Mészáros (…)
Así esta Enrique Dussel, trabajando el tercer volumen de la Crítica, que entiendo que es también la máxima concreción del pensamiento. Al menos hasta allí estoy seguro de que Enrique nos va a obsequiar el producto de un gigantesco esfuerzo de concreción de las ideas, el ascenso a lo concreto ya con sus conflictos, actores, contradicciones, sus crisis.
Ojalá que el año que viene podamos tenerlo, pero eso tiene su tiempo, su maduración. Son como partos. Los libros son como hijos que tienen ustedes quienes los escriben (…)
Bueno, yo prometí ser breve. Solo unas ideas que tengo aquí, fundamentado o basándome en el gran aporte que nos hace Enrique Dussel con esta obra de la “Arquitectónica, política de la liberación” y su discurso de hoy que aunque, para bochorno mío le asignaron tiempo, me da una vergüenza muy grande. Yo no sé de quién son esas ideas, que yo sé que no son de Farruco tampoco. Pero en verdad me da una vergüenza muy grande que le digan a él que tiene un tiempo. Eso debe extirparse definitivamente aquí en estos protocolos que a veces se imponen (…)
Fidel me decía en una conversa, yo le decía que él estaba escribiendo bastante y que cuándo nos iba a dedicar unas líneas a la situación de América Latina, a la batalla que estamos librando y Fidel me decía, en un gesto de desprendimiento muy grande —el liderazgo perfecto, así lo interpreto— “Chávez, ya yo hice lo que iba a hacer. Ahí está el pueblo cubano, el pueblo sabe lo que tiene que hacer”. Ese es el liderazgo perfecto y siempre me lo ha dicho desde aquellos días de la emboscada que le tendió la vida (…)
Siempre me insiste: “Chávez, lo más importante es que el pueblo cubano sabe lo que tiene qué hacer”. Ese es el liderazgo perfecto, como tú lo señalabas en tus maravillosas palabras. Claro, ese es un proceso que se va dando y lo ideal es eso, cuando el liderazgo individual o personal se disuelva, dijiste, se consume y ya.
Y surge un liderazgo ahora multiescalar, colectivo, liderazgo colectivo. Nuestra revolución tiene que seguir haciendo grandes esfuerzos para que ese liderazgo colectivo continúe fortaleciendo en las distintas corrientes políticas, sociales, los poderes locales, movimientos sociales, los partidos (…)
El liderazgo obediencial, el poder obediencial es una de las líneas matrices de las tesis de Enrique Dussel, el mandar obedeciendo, eso debe ser un signo distintivo de los nuevos liderazgos, de la democracia nueva, de la revolución, de un poder político nuevo, pensado de una distinta manera y desarrollado en la praxis de muchas otras distintas maneras que nos vayan alejando de ese pasado que todavía no es totalmente un pasado, pasado que sigue amenazándonos en el presente.
Todo ese formato o toda esa metódica del adecaje, de la IV república, del Pacto de Punto Fijo, de la corrupción política, de la corrupción económica, de la corrupción moral. Eso sigue siendo una amenaza hoy, latente, viva, que está por dentro de nuestra propia sociedad, de nuestro propio proceso. Es natural que así sea.
Carlos Marx lo señalaba: la sociedad nueva nace contaminada de la vieja. Pero debemos tener consciencia de esa contaminación y además generar los anticuerpos, las vacunas para ir reduciendo los grados de contaminación de la vieja sociedad.
Sólo así podrá ir apareciendo en el horizonte entre nosotros la sociedad nueva, el hombre nuevo, la patria nueva, el socialismo. Esa es una batalla crucial la que estamos dando. ¡Que viva el socialismo!
El socialismo que es en esencia la democracia, no una democracia burguesa, o la democracia liberal o neoliberal que tanto alaban en Washington y los partidos de la derecha europea, la americana, mundial. La democracia, la verdadera democracia. Eso es el socialismo o es la esencia del proyecto socialista. La democracia, como lo plantea también Dussel y nosotros en nuestro Proyecto Nacional Simón Bolívar, allí está convertido en constitución y en ley de la república, la democracia participativa y protagónica, ahí está nuestra constitución y nuestras leyes.
Hoy ocurrió algo muy importante por allá en Sartenejas, el Consejo Nacional de Gobierno, es una nueva institución creada por el constituyente de 1999 y cuando uno toma como marco teórico el planteamiento de la política de la liberación de Dussel se entiende hasta mejor lo que hemos vivido nosotros. Toda esta arquitectónica aquí bien planteada, bien pensada aquí durante tantos años, un poco aquí la hemos vivido y es muy oportuno para que enfoquemos el pasado reciente con este faro, con estas luces y sobre todo luego enfoquemos el presente y miremos la perspectiva con mayor iluminación, con mayor claridad en el marco teórico que son fundamentales, son esenciales sobre todo cuando se trata de una revolución y de un proceso de transición, de construcción. Construir lo nuevo deconstruyendo lo viejo.
El tema del despliegue del poder político, la arquitectónica de Dussel está enfocada en distintos niveles. Pero reenfocando la categoría del poder político y su despliegue se me parece mucho de alguna manera al planteo de Antonio Gramcci, incluso en algún capítulo tú aquí hablas del bloque histórico.
El estado burgués y la nueva institucionalidad que necesariamente, imprescindiblemente tiene que surgir como producto de un poder político construido desde los social, desde lo ideológico y luego desplegado, que vaya deconstruyendo, que vaya desmontando la arquitectura que ya existe y que vaya montando la nueva arquitectónica.
Es imprescindible que eso ocurra, si eso no ocurriera estaríamos perdiendo el tiempo a pesar del esfuerzo gigantesco que hagamos (…)
La batalla es definitiva para estos años que quedan del siglo 21. Es vital que nosotros sigamos desmontando, como diría Bolívar allá en Angostura, 1819, el viejo edificio. Ese viejo edificio hasta las ruinas tenemos que apartarlas y sobre esas ruinas construir un nuevo edificio, así lo dice Bolívar en un pensamiento muy arquitectónico. El nuevo edificio venezolano, las nuevas leyes venezolanas, las nuevas instituciones, es la arquitectónica a la que se refiere hoy Enrique Dussel (…)
Estamos comenzando esa etapa de construir esa nueva arquitectura del poder, orientándonos por esos valores o principios señalados también aquí de la democracia, la libertad, la igualdad, la fraternidad. Eso es la construcción del socialismo.
Este momento que vive el mundo, la humanidad, creo modestamente repito, que es decisivo para el futuro de esta nuestra humanidad y sería bueno recordar aquella frase que es de Rosa Luxemburgo: “Socialismo o barbarie”. Escojamos pues.
Todos estos pensamientos aquí recogidos, política de la liberación, arquitectónica, transición, el Premio Libertador al Pensamiento Crítico en su quinta edición se ha convertido, bienvenido sea, en un gran faro a través del cual grandes pensadores, pensadoras, filósofos, intelectuales nos iluminan el sendero de la transición hacia las salvación de la especie humana, el socialismo. Buenas noches.
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