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lunes, julio 12, 2010

DEFENSORIA DEL PUEBLO EXHORTA A JERACA DE LA IGLESIA CATOLICA A RESPETAR INSTITUCIONES DEL ESTADO

La Voz De San Joaquin/ Fuente: (DGMAC) Minci- Prensa Defensoria del Pueblo
La Defensoría del Pueblo, como Institución Nacional de Derechos Humanos de la República Bolivariana de Venezuela, rechaza categóricamente los recientes pronunciamientos emitidos por los más altos representantes de la jerarquía católica de nuestro país, en los cuales adoptan posiciones políticas partidistas, se separan del rol que le corresponde desempeñar a la Iglesia dentro de la sociedad venezolana y formulan inaceptables ataques contra la institucionalidad democrática de nuestra nación.Como parte de la sociedad venezolana, la Iglesia tiene el compromiso y el deber de contribuir con el fortalecimiento de la convivencia democrática y de la paz social entre los venezolanos y venezolanas. Además, por su propia naturaleza, le corresponde asumir una dedicación prioritaria hacia los más pobres y desheredados, así como comprometerse en la superación de todas las formas de explotación y opresión. Adicionalmente, tal como lo reconoce su doctrina social, la Iglesia en el ejercicio de su labor debe “respetar la legítima autonomía del orden democrático y no posee título alguno para expresar preferencias por una u otra solución institucional o constitucional ni tiene tampoco la tarea de valorar los programas políticos, si no es por sus implicaciones religiosas y morales”.Lamentablemente, durante los últimos años y una vez más en esta ocasión, la jerarquía católica venezolana se ha olvidado de su verdadera misión, para sumarse a los sectores nacionales e internacionales que permanentemente trabajan por el debilitamiento de las instituciones democráticas, en procura de un cambio en la dirección política del Estado sin respetar las reglas previstas en la Constitución Nacional. La historia reciente de nuestro país da evidencia cierta de cómo la jerarquía católica venezolana acompañó y participó en las aventuras contra la democracia de nuestro país, protagonizadas en abril y diciembre de 2002, con el golpe de Estado y el sabotaje a la principal industria petrolera venezolana, respectivamente.En esta ocasión, utilizando los símbolos que le son propios y la profunda fe religiosa de los venezolanos y venezolanas, se pretende maliciosamente desvirtuar el trabajo que las instituciones legítimas del Estado venezolano han venido adelantando en la construcción de un modelo verdaderamente democrático donde reinen los valores de justicia, solidaridad, igualdad, preeminencia de los derechos humanos, ética y libertad. Finalmente, y en razón de todo lo anterior, desde la Defensoría del Pueblo hacemos un llamando a los máximos jerarcas de la iglesia católica venezolana a abandonar las posiciones partidistas que los impulsan y retomar la senda que le corresponde, contribuyendo positivamente al reforzamiento de la democracia y el respeto a las instituciones venezolanas.

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