Ante la crisis multidimensional que acogota al país, dos hojas de ruta han ido consolidándose de la mano de gobierno y oposición
Ante la crisis multidimensional que acogota al país, dos hojas de ruta han ido consolidándose de la mano de gobierno y oposición. El uno apuesta por un plan de acción a largo plazo, la estrategia de la emergencia económica producto fundamentalmente de la guerra económica; el otro se decanta por “la salida de Maduro”, cabeza de un mal gobierno que debe ser sustituido a la brevedad, un plan que se oferta como una agenda de cambio democrático en la procura de “la vía constitucional más idónea”.
Precedido de sorpresivos cambios en la composición del recién inaugurado Gabinete económico, el Presidente anuncia un conjunto de medidas para la segunda etapa de la Agenda Económica Bolivariana. Ineludiblemente, la evaluación de las medidas pasa por el tamiz político. Contrasta el raudo respaldo a la agenda económica del gobierno con el presuroso rechazo desde la otra acera política. Según los primeros, marca el camino definitivo para la reestructuración y el fortalecimiento de la nueva economía productiva, distinta al viejo rentismo petrolero. Para los segundos, son medidas insuficientes para la magnitud de la crisis, que ni evitan el contrabando de extracción ni le tuercen el brazo al dólar y, para colmo, acelerarán a corto plazo la inflación.
Mientras el gobierno se apresta a confrontar “la guerra económica”, la oposición -atrincherada en la Asamblea Nacional- diseña y ejecuta su plan de salvación nacional. Toda una hoja de ruta para lograr la salida “anticipada” de Maduro que, en palabras de un nobel, “facilitaría la solución a crisis venezolana”.
El plan integral incluye la agenda de la AN, el choque de poderes, la asesoría y apoyo internacional, la salida de Maduro y la toma del poder.
En cuanto a la salida, persiste el empeño en poner en marcha mecanismos constitucionales con el propósito de cambiar el gobierno. Después de pasearse por diversos escenarios -referéndum revocatorio, constituyente, enmienda, renuncia-, se coquetea con la figura del abandono del cargo que se aprueba por mayoría simple en la Asamblea Nacional. ¿Causales de falta absoluta? Muerte, renuncia, declaración de incapacidad física o mental por junta médica autorizada por el TSJ y abandono del cargo, declarado por la AN.
Todos los caminos conducen a la Asamblea Nacional.
maryclens@yahoo.com
Ante la crisis multidimensional que acogota al país, dos hojas de ruta han ido consolidándose de la mano de gobierno y oposición. El uno apuesta por un plan de acción a largo plazo, la estrategia de la emergencia económica producto fundamentalmente de la guerra económica; el otro se decanta por “la salida de Maduro”, cabeza de un mal gobierno que debe ser sustituido a la brevedad, un plan que se oferta como una agenda de cambio democrático en la procura de “la vía constitucional más idónea”.
Precedido de sorpresivos cambios en la composición del recién inaugurado Gabinete económico, el Presidente anuncia un conjunto de medidas para la segunda etapa de la Agenda Económica Bolivariana. Ineludiblemente, la evaluación de las medidas pasa por el tamiz político. Contrasta el raudo respaldo a la agenda económica del gobierno con el presuroso rechazo desde la otra acera política. Según los primeros, marca el camino definitivo para la reestructuración y el fortalecimiento de la nueva economía productiva, distinta al viejo rentismo petrolero. Para los segundos, son medidas insuficientes para la magnitud de la crisis, que ni evitan el contrabando de extracción ni le tuercen el brazo al dólar y, para colmo, acelerarán a corto plazo la inflación.
Mientras el gobierno se apresta a confrontar “la guerra económica”, la oposición -atrincherada en la Asamblea Nacional- diseña y ejecuta su plan de salvación nacional. Toda una hoja de ruta para lograr la salida “anticipada” de Maduro que, en palabras de un nobel, “facilitaría la solución a crisis venezolana”.
El plan integral incluye la agenda de la AN, el choque de poderes, la asesoría y apoyo internacional, la salida de Maduro y la toma del poder.
En cuanto a la salida, persiste el empeño en poner en marcha mecanismos constitucionales con el propósito de cambiar el gobierno. Después de pasearse por diversos escenarios -referéndum revocatorio, constituyente, enmienda, renuncia-, se coquetea con la figura del abandono del cargo que se aprueba por mayoría simple en la Asamblea Nacional. ¿Causales de falta absoluta? Muerte, renuncia, declaración de incapacidad física o mental por junta médica autorizada por el TSJ y abandono del cargo, declarado por la AN.
Todos los caminos conducen a la Asamblea Nacional.
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