Entre la rabia y la ternura
No nos quitarán el sol que llevamos por dentro,
la esperanza del sueño hecho verdad tangible,
ni la juventud hecha mártir de la dignidad.
Esta patria que vinimos a defender con el corazón invencible,
se queda para siempre en nuestros ojos,
en la luz de la vida,
en la fuerza indestructible del amor.
Seguiremos vestidos del rojo,
hecho soberanía, dignidad, justicia de los pueblos,
con nuestros corazones llenos de alegría
porque en esta vida y en cualquier lugar del tiempo,
los hombres y mujeres de esta revolución bolivariana,
viviremos por siempre.
Pedro Castro
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