Caracas, 02 Abr. AVN.- Alejada de su rol como conciliador y contribuyente para edificar la paz, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) fijó este miércoles una posición política que se asemeja a la de la ultraderecha venezolana, que desde mediados de febrero ha promovido acciones violentas, lo que ha resultado con el asesinato de 39 personas en diversos puntos del país.
"La causa fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial y autoridades de la República de implantar el llamado Plan de la Patria, del cual detrás se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario que pone en duda su perfil democrático", expresa el monseñor Diego Padrón, presidente de la CEV.
Mediante un comunicado, la CEV cuestiona las acciones emprendidas por el Gobierno, al devolver la tranquilidad y la paz a las zonas donde se han instalado guarimbas y las llamadas manifestaciones pacíficas, en las que en reiteradas ocasiones se han incautado armas, municiones, bombas molotov y piedras, entre otros objetos para ejecutar acciones terroristas.
Señala que "los estudiantes y otros manifestantes pacíficos" ejercen su legítimo derecho previsto en la Constitución, cuestión que ha sido respetada por el Estado venezolano; sin embargo, Padrón olvida que estos "estudiantes y otros manifestantes pacíficos" han ocasionado asesinatos, así como daños cuantiosos a espacios públicos y privados.
Padrón afirma que "grupos civiles armados" e "infiltrados" han tratado "de tergiversar o desacreditar las protestas y provocar su condena", y han actuado "impunemente bajo la mirada indiferente de las fuerzas del orden público".
En su texto, el monseñor Padrón cuestiona la actuación de los cuerpos de seguridad del Estado -a los que parece desconocer- frente a las acciones violentas promovidas por grupos terroristas y de la ultraderecha venezolana.
En este punto, para el monseñor, "el diálogo sincero del Gobierno con todos los sectores del país" debe darse "con una agenda previa y condiciones de igualdad y con gestos concretos evaluables en el tiempo como señales de la necesaria rectificación".
Esta posición se alinea con la asumida por diversos voceros de la oposición, entre ellos los de la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que han querido condicionar el diálogo convocado sin restricciones en varias oportunidades por el presidente Nicolás Maduro.
Padrón considera "oportuna y de gran valor" la participación de la Santa Sede en los diálogos entre el Gobierno y la oposición, aun cuando la iglesia católica en Venezuela ya ha fijado su posición.
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