Caracas, 17 Feb. AVN.- La estrategia de propaganda de la extrema derecha venezolana está plenamente desplegada. Se aferran a una narrativa ensayada en otras latitudes y, en otros momentos, en la propia Venezuela. El guión es contar la historia como si se tratara de la historia bíblica de David contra Goliath, sin importar que este supuesto "David" cuente con el apoyo y el financiamiento de Estados Unidos.
Desde esta óptica, los grupos fascistas, entrenados en el exterior con financiamiento de Estados Unidos, son "jóvenes y estudiantes" que "protestan pacíficamente" y las actuaciones policiales son "violenta represión". Dado que no han logrado conseguir las imágenes que les respalden, así como importan el modelo de golpe de Estado que ensayan, no tienen problemas para importar las imágenes.
Un joven levanta las manos mientras se encuentra frente a un contingente policial, alrededor de 10 uniformados, que le apuntan y caminan con sus escudos alzados hacia el indefenso, es una imagen que, con el escrito “Dictadura, para muestra un botón”, se presenta en las redes sociales como la “prueba ante el mundo” de la supuesta represión estatal a los grupos que han salido “pacíficamente” a las calles en los últimos en Venezuela.
La imagen, que hasta las 10:35 de la mañana de este domingo 16 de febrero había sido compartida por al menos 531 usuarios del Twitter, en realidad corresponde a las protestas registradas en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 2013, cuando la policía provincial, dirigida por el gobernador Sergio Cabral, del derechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), reprimió a varios manifestantes.
En otra imagen, bajo la leyenda “así trata la GNB a nuestras mujeres que protestan pacíficamente”, se ve como dos uniformados arrastran a una fémina, mientras un tercero le propina patadas. Esta fotografía, que se presenta como supuesto abuso policial en Venezuela, realmente fue captada en Egipto en diciembre de 2011, como publicó el diario The Guardian.
Incluso, también en Twitter, fue publicada una fotografía donde se observa a unas 10 personas muertas que presuntamente eran estudiantes de Maracay, estado Aragua. La imagen real corresponde a Siria, donde actualmente se vive una violenta crisis producto de ataques terroristas (financiados desde el exterior, entre otros por Estados Unidos), y fue publicada por el International Business Times el 25 de julio de 2012.
Al igual que estas fotografías, imágenes de abusos policiales en distintas partes del orbe como atropello a estudiantes chilenos, a una señora Argentina (durante el corralito de 2001) e incluso a un perro griego, salieron a relucir esta semana en Venezuela “para denunciar ante el mundo” -como han expresado sectores de la derecha- lo que sucede en el país; y son usadas como nuevo argumento para mantener las acciones de calle con el “movimiento estudiantil pacífico”, que tiene como único objetivo conseguir la salida del presidente constitucional, Nicolás Maduro.
Contradicción discursiva
Esas acciones de calle han incluido destrozos a propiedades públicas y privadas: daños a la sede del Ministerio Público, de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM), del Ministerio de Transporte Terrestre, estaciones del Metro de Caracas, los bancos Venezuela y Provincial (sucursales Chacao), las casas de los gobernadores de los estados Táchira y Aragua, la quema de patrullas del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), viviendas y vehículos de personas particulares, entre otros.
Además, se han violado derechos fundamentales como el libre tránsito y la sana convivencia. El opositor alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, denunció que desde hace varios días, los habitantes de ese municipio sufren por el “humo por la quema de todo tipo de cosas en la calle”.
Los cuerpos de seguridad han detenido a unas 120 personas responsables de esos hechos violentos -únicos momentos donde se han registrado detenciones-, de ese grupo, hasta este domingo, sólo quedaban privados de libertad 14 ciudadanos, debido a la gravedad de los delitos cometidos, informó el ministro para el Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres.
Hay una contradicción evidente, que no ha sido aclarada, entre los impulsores de las acciones de calle, quienes sostienen que los vándalos responsables de los destrozos, que han sido detenidos, son infiltrados. No obstante, una de las razones para mantenerse en la vías es pedir la liberación de los apresados.
Repetir 2002
A la manipulación a través de las redes sociales se suman medios de comunicación.
El periodista José Vicente Rangel denunció que el medio impreso El Nacional ha repetido, previo y posterior a los recientes hechos violentos del 12 de febrero, el guión de abril de 2002, cuando se dio el golpe de Estado contra el entonces presidente, Hugo Chávez.
El titular de El Nacional el pasado martes 11 de febrero fue: “Nos mantendremos en la calle hasta el final del gobierno”. Muy parecido al publicado el 11 de abril de 2002, en una versión extra del diario, donde decía: “La batalla final será en Miraflores”.
Además, el título principal de ese diario el 13 de febrero, tras la violencia que dejó dos muertos en las inmediaciones de la Fiscalía, fue: “Manifestación por la paz fue atacada por violentos”.
Los sectores que han impulsado estas acciones violentas tratan, sin embargo, de criminalizar a las organizaciones populares de los barrios de Venezuela. Así hablan de los "colectivos" para presentarlos como los presuntos infiltrados y violentos, como grupos “chavistas armados”.
Esto recuerda a los calificativos “Bandas chavistas” (titular del diario 2001, 11 de diciembre de 2002), “Círculos terroristas” (diario 2001, 13 de diciembre de 2002), para referirse a los círculos bolivarianos, a los cuales acusaban de agredir a los opositores durante el sabotaje petrolero y paro patronal de finales de 2002.
Desde esta óptica, los grupos fascistas, entrenados en el exterior con financiamiento de Estados Unidos, son "jóvenes y estudiantes" que "protestan pacíficamente" y las actuaciones policiales son "violenta represión". Dado que no han logrado conseguir las imágenes que les respalden, así como importan el modelo de golpe de Estado que ensayan, no tienen problemas para importar las imágenes.
Un joven levanta las manos mientras se encuentra frente a un contingente policial, alrededor de 10 uniformados, que le apuntan y caminan con sus escudos alzados hacia el indefenso, es una imagen que, con el escrito “Dictadura, para muestra un botón”, se presenta en las redes sociales como la “prueba ante el mundo” de la supuesta represión estatal a los grupos que han salido “pacíficamente” a las calles en los últimos en Venezuela.
La imagen, que hasta las 10:35 de la mañana de este domingo 16 de febrero había sido compartida por al menos 531 usuarios del Twitter, en realidad corresponde a las protestas registradas en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 2013, cuando la policía provincial, dirigida por el gobernador Sergio Cabral, del derechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), reprimió a varios manifestantes.
En otra imagen, bajo la leyenda “así trata la GNB a nuestras mujeres que protestan pacíficamente”, se ve como dos uniformados arrastran a una fémina, mientras un tercero le propina patadas. Esta fotografía, que se presenta como supuesto abuso policial en Venezuela, realmente fue captada en Egipto en diciembre de 2011, como publicó el diario The Guardian.
Incluso, también en Twitter, fue publicada una fotografía donde se observa a unas 10 personas muertas que presuntamente eran estudiantes de Maracay, estado Aragua. La imagen real corresponde a Siria, donde actualmente se vive una violenta crisis producto de ataques terroristas (financiados desde el exterior, entre otros por Estados Unidos), y fue publicada por el International Business Times el 25 de julio de 2012.
Al igual que estas fotografías, imágenes de abusos policiales en distintas partes del orbe como atropello a estudiantes chilenos, a una señora Argentina (durante el corralito de 2001) e incluso a un perro griego, salieron a relucir esta semana en Venezuela “para denunciar ante el mundo” -como han expresado sectores de la derecha- lo que sucede en el país; y son usadas como nuevo argumento para mantener las acciones de calle con el “movimiento estudiantil pacífico”, que tiene como único objetivo conseguir la salida del presidente constitucional, Nicolás Maduro.
Contradicción discursiva
Esas acciones de calle han incluido destrozos a propiedades públicas y privadas: daños a la sede del Ministerio Público, de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM), del Ministerio de Transporte Terrestre, estaciones del Metro de Caracas, los bancos Venezuela y Provincial (sucursales Chacao), las casas de los gobernadores de los estados Táchira y Aragua, la quema de patrullas del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), viviendas y vehículos de personas particulares, entre otros.
Además, se han violado derechos fundamentales como el libre tránsito y la sana convivencia. El opositor alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, denunció que desde hace varios días, los habitantes de ese municipio sufren por el “humo por la quema de todo tipo de cosas en la calle”.
Los cuerpos de seguridad han detenido a unas 120 personas responsables de esos hechos violentos -únicos momentos donde se han registrado detenciones-, de ese grupo, hasta este domingo, sólo quedaban privados de libertad 14 ciudadanos, debido a la gravedad de los delitos cometidos, informó el ministro para el Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres.
Hay una contradicción evidente, que no ha sido aclarada, entre los impulsores de las acciones de calle, quienes sostienen que los vándalos responsables de los destrozos, que han sido detenidos, son infiltrados. No obstante, una de las razones para mantenerse en la vías es pedir la liberación de los apresados.
Repetir 2002
A la manipulación a través de las redes sociales se suman medios de comunicación.
El periodista José Vicente Rangel denunció que el medio impreso El Nacional ha repetido, previo y posterior a los recientes hechos violentos del 12 de febrero, el guión de abril de 2002, cuando se dio el golpe de Estado contra el entonces presidente, Hugo Chávez.
El titular de El Nacional el pasado martes 11 de febrero fue: “Nos mantendremos en la calle hasta el final del gobierno”. Muy parecido al publicado el 11 de abril de 2002, en una versión extra del diario, donde decía: “La batalla final será en Miraflores”.
Además, el título principal de ese diario el 13 de febrero, tras la violencia que dejó dos muertos en las inmediaciones de la Fiscalía, fue: “Manifestación por la paz fue atacada por violentos”.
Los sectores que han impulsado estas acciones violentas tratan, sin embargo, de criminalizar a las organizaciones populares de los barrios de Venezuela. Así hablan de los "colectivos" para presentarlos como los presuntos infiltrados y violentos, como grupos “chavistas armados”.
Esto recuerda a los calificativos “Bandas chavistas” (titular del diario 2001, 11 de diciembre de 2002), “Círculos terroristas” (diario 2001, 13 de diciembre de 2002), para referirse a los círculos bolivarianos, a los cuales acusaban de agredir a los opositores durante el sabotaje petrolero y paro patronal de finales de 2002.
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