Por Oscar Rotundo
A menos de un mes de las elecciones Municipales del 8 de diciembre en Venezuela, la disputa entre el oficialismo y la oposición empieza a manifestarse en las calles. Los anuncios del presidente Nicolás Maduro en torno a las nuevas medidas para enfrentar la “Guerra Económica” [1] y la valoración sobre la raíz del problema económico financiero que genera una escalada en los precios de los productos de consumo masivo, forman parte sustancial de los debates que hoy se desarrollan al inicio de una campaña electoral que pareciera no ser una campaña municipal, al menos desde la visión de la oposición.
Como ha ocurrido desde el 14 de abril, momento en el cual fuera elegido presidente Nicolás Maduro, la oposición ha elaborado una estrategia de ataque constante contra su figura y gestión de gobierno, especulando con que ello le generaría una correlación de fuerzas adversa, diferente a la electoral, con la cual plantearse una estrategia de calle que modificara la apacible gobernabilidad que reina en Venezuela, que no permite que se modifique la correlación de fuerza electoral que tiene el oficialismo en vista a las elecciones municipales y que según las últimas mediciones no perturban el panorama político para el gobierno.
Ya hemos mencionado el sinnúmero de veces que los voceros de la oposición han manifestado su intención de “salir de este gobierno”, pero pareciera que han entrado en una etapa de disociación, o perturbación sicológica ya que hablan de sucesos que no ocurren como si realmente ocurrieran, y eso, es preocupante.
Leopoldo López, coordinador nacional de Voluntad Popular (VP), aseguró que “el Gobierno inició “una fase represiva” y se mantiene en el poder con base en la violencia física contra el pueblo”, [2] al tiempo que advierte, en relación a PDVSA, que “La situación de la industria de hoy, caracterizada por la caída de la producción, corrupción, incapacidad gerencial, desenfoque estratégico y desaprovechamiento de otras oportunidades de negocios en el mundo que nos ha llevado a la triste ironía de vivir la peor crisis económica a pesar de haber tenido en esta etapa los precios más altos de nuestra historia petrolera”.[3]
Decir que en Venezuela estamos viviendo la “peor crisis económica” y que “el Gobierno inició “una fase represiva” y se mantiene en el poder con base en la violencia física contra el pueblo” no solo es un disparate, sino también, una falta de respeto a los muertos que el régimen opresor que el reivindica ha causado en este país, por mencionar un caso, tan solo en el “Caracazo”.
Pero no es difícil entender esas declaraciones, en base a los planes desestabilizadores ya analizados, y a los develados últimamente en un documento presentado por la periodista Eva Golinger, la cual declara al Correo del Orinoco que “Hay personas tanto venezolanas como extranjeras desde Colombia y EE.UU., que están trabajando activamente para no solamente socavar al Gobierno venezolano sino también provocar muertos, violencia en las calles y una insurrección dentro de las FANB”.[4]
Uno de los objetivos para el desarrollo del plan de caos es el desabastecimiento, pero también lo es la especulación que provoca la suba progresiva de precios, que obviamente en época de fiestas decembrinas, generan un malestar generalizado en la población que ve mermar su aguinaldo y su capacidad de compra.
A este fenómeno el gobierno le ha echado mano, quizás tardíamente, con una efectiva medida de control de precio mediante la utilización de las instituciones pertinentes y de las Fuerzas de Seguridad, que ha generado un impacto positivo en la población, ya que la misma se veía rehén de la especulación y de la impunidad con la que actuaban los empresarios descubiertos por el accionar del gobierno.
Artículos con más del 400 por ciento de ganancia, fueron incautados por las fuerzas gubernamentales y puestas a la venta a su precio real en distintos establecimientos del país, cosa que ocasiono la movilización de la población que acudió de inmediato a realizar su cola para adquirir los productos electrodomésticos.
A todo esto, la oposición quedo perpleja y mal parada, ya que su contubernio con la burguesía es ampliamente conocido, y no podían cuestionar esta iniciativa del gobierno en defensa de los intereses populares, sin pagar un alto costo político.
Por otra parte la actitud del gobierno fue bien vista, hasta por sectores de clase media que lo adversan, y sirvió para que se sintiera la presencia del estado combatiendo realmente la impunidad que amparaba a estos grupos económicos.
El presidente Nicolás Maduro en cadena nacional manifestó que “el Gobierno Nacional se encuentra en una ‘batalla histórica’ para sacarse de encima el saqueo y la dominación de grupos que se han enriquecido a costa del dinero público, a costa de nuestro pueblo y que ahora son protegidos por la prensa y por los políticos de la derecha”.
“Si se le da un dólar a 6.30 cómo puede ser que ese empresario entonces empiece a escalar hasta el 1200% del precio, tiene que haber una reacción nacional”, manifestó.
Maduro también habló sobre el fenómeno del aumento usurario de los productos producidos en Venezuela, que “están siendo abultados 200, 300, 400 por ciento, sin ninguna justificación económica“.
Obviamente, como venimos haciendo referencia desde hace ya bastante tiempo, la Burguesía y el imperialismo están articulando una política de asfixia a la economía venezolana tendiente a hacer llegar al electorado en una situación de angustia económica para que ejerza un voto castigo contra la gestión de gobierno votando contra los candidatos del oficialismo o no yendo a votar, cosa que sería propicia para un escenario de desestabilización.
Pero hay otro fenómeno que se ha venido dando y es esa supuesta denuncia de que el gobierno quiere suspender las elecciones, como lo plantea reiteradamente Leopoldo López, tratando de volcar la responsabilidad de sus actos hacia el gobierno, como ocurriera en el golpe de estado de abril de 2002, en el cual la responsabilidad por los muertos y los sucesos recaía, desde el planteo de la oposición, en el gobierno.
Leopoldo López, coordinador nacional del partido Voluntad Popular, denunció que “el presidente Nicolás Maduro considera aplazar las elecciones municipales del próximo 8 de diciembre”. [5]
Por su parte Capriles Radonski afirma que “el Gobierno Nacional con la denominada lucha contra la guerra económica, busca desestabilizar el país. “Quien sabe si la intención final sea para buscar un clima propicio para suspender las elecciones.”, [6] y en otra intervención insiste en que, por el “modelo cubano que no funciona”, denunció que “tiene la intención de crear una situación de tensión que obligue a suspender las elecciones municipales de diciembre”[7] .
El tema es que las elecciones, bien se sabe, están organizadas y garantizadas, lo que podría llevar a su suspensión es una situación de conmoción nacional, cuestión ya advertida por el Presidente Maduro “Ellos van a seguir utilizando la campaña electoral para simular atraernos a su simulación, pero en definitiva están buscando otro objetivo. El primer objetivo, a través de un hecho que conmueva a la sociedad venezolana, es buscar que nos pongan en una situación obligada para la suspensión de las elecciones”.[8]
En medio de estos acontecimientos, la inefable vocera del gobierno norteamericano, la secretaria de Estado adjunta de EE UU para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, apuntó que EE UU “está un poco más preocupada sobre Venezuela y cómo se desarrollan las cosas allí”[9], agregando mas candela al fuego y sumándose a esta escalada que pasa de lo verbal a los hechos en la medida que los días corren.
A menos de un mes de las elecciones Municipales del 8 de diciembre en Venezuela, la disputa entre el oficialismo y la oposición empieza a manifestarse en las calles. Los anuncios del presidente Nicolás Maduro en torno a las nuevas medidas para enfrentar la “Guerra Económica” [1] y la valoración sobre la raíz del problema económico financiero que genera una escalada en los precios de los productos de consumo masivo, forman parte sustancial de los debates que hoy se desarrollan al inicio de una campaña electoral que pareciera no ser una campaña municipal, al menos desde la visión de la oposición.
Como ha ocurrido desde el 14 de abril, momento en el cual fuera elegido presidente Nicolás Maduro, la oposición ha elaborado una estrategia de ataque constante contra su figura y gestión de gobierno, especulando con que ello le generaría una correlación de fuerzas adversa, diferente a la electoral, con la cual plantearse una estrategia de calle que modificara la apacible gobernabilidad que reina en Venezuela, que no permite que se modifique la correlación de fuerza electoral que tiene el oficialismo en vista a las elecciones municipales y que según las últimas mediciones no perturban el panorama político para el gobierno.
Ya hemos mencionado el sinnúmero de veces que los voceros de la oposición han manifestado su intención de “salir de este gobierno”, pero pareciera que han entrado en una etapa de disociación, o perturbación sicológica ya que hablan de sucesos que no ocurren como si realmente ocurrieran, y eso, es preocupante.
Leopoldo López, coordinador nacional de Voluntad Popular (VP), aseguró que “el Gobierno inició “una fase represiva” y se mantiene en el poder con base en la violencia física contra el pueblo”, [2] al tiempo que advierte, en relación a PDVSA, que “La situación de la industria de hoy, caracterizada por la caída de la producción, corrupción, incapacidad gerencial, desenfoque estratégico y desaprovechamiento de otras oportunidades de negocios en el mundo que nos ha llevado a la triste ironía de vivir la peor crisis económica a pesar de haber tenido en esta etapa los precios más altos de nuestra historia petrolera”.[3]
Decir que en Venezuela estamos viviendo la “peor crisis económica” y que “el Gobierno inició “una fase represiva” y se mantiene en el poder con base en la violencia física contra el pueblo” no solo es un disparate, sino también, una falta de respeto a los muertos que el régimen opresor que el reivindica ha causado en este país, por mencionar un caso, tan solo en el “Caracazo”.
Pero no es difícil entender esas declaraciones, en base a los planes desestabilizadores ya analizados, y a los develados últimamente en un documento presentado por la periodista Eva Golinger, la cual declara al Correo del Orinoco que “Hay personas tanto venezolanas como extranjeras desde Colombia y EE.UU., que están trabajando activamente para no solamente socavar al Gobierno venezolano sino también provocar muertos, violencia en las calles y una insurrección dentro de las FANB”.[4]
Uno de los objetivos para el desarrollo del plan de caos es el desabastecimiento, pero también lo es la especulación que provoca la suba progresiva de precios, que obviamente en época de fiestas decembrinas, generan un malestar generalizado en la población que ve mermar su aguinaldo y su capacidad de compra.
A este fenómeno el gobierno le ha echado mano, quizás tardíamente, con una efectiva medida de control de precio mediante la utilización de las instituciones pertinentes y de las Fuerzas de Seguridad, que ha generado un impacto positivo en la población, ya que la misma se veía rehén de la especulación y de la impunidad con la que actuaban los empresarios descubiertos por el accionar del gobierno.
Artículos con más del 400 por ciento de ganancia, fueron incautados por las fuerzas gubernamentales y puestas a la venta a su precio real en distintos establecimientos del país, cosa que ocasiono la movilización de la población que acudió de inmediato a realizar su cola para adquirir los productos electrodomésticos.
A todo esto, la oposición quedo perpleja y mal parada, ya que su contubernio con la burguesía es ampliamente conocido, y no podían cuestionar esta iniciativa del gobierno en defensa de los intereses populares, sin pagar un alto costo político.
Por otra parte la actitud del gobierno fue bien vista, hasta por sectores de clase media que lo adversan, y sirvió para que se sintiera la presencia del estado combatiendo realmente la impunidad que amparaba a estos grupos económicos.
El presidente Nicolás Maduro en cadena nacional manifestó que “el Gobierno Nacional se encuentra en una ‘batalla histórica’ para sacarse de encima el saqueo y la dominación de grupos que se han enriquecido a costa del dinero público, a costa de nuestro pueblo y que ahora son protegidos por la prensa y por los políticos de la derecha”.
“Si se le da un dólar a 6.30 cómo puede ser que ese empresario entonces empiece a escalar hasta el 1200% del precio, tiene que haber una reacción nacional”, manifestó.
Maduro también habló sobre el fenómeno del aumento usurario de los productos producidos en Venezuela, que “están siendo abultados 200, 300, 400 por ciento, sin ninguna justificación económica“.
Obviamente, como venimos haciendo referencia desde hace ya bastante tiempo, la Burguesía y el imperialismo están articulando una política de asfixia a la economía venezolana tendiente a hacer llegar al electorado en una situación de angustia económica para que ejerza un voto castigo contra la gestión de gobierno votando contra los candidatos del oficialismo o no yendo a votar, cosa que sería propicia para un escenario de desestabilización.
Pero hay otro fenómeno que se ha venido dando y es esa supuesta denuncia de que el gobierno quiere suspender las elecciones, como lo plantea reiteradamente Leopoldo López, tratando de volcar la responsabilidad de sus actos hacia el gobierno, como ocurriera en el golpe de estado de abril de 2002, en el cual la responsabilidad por los muertos y los sucesos recaía, desde el planteo de la oposición, en el gobierno.
Leopoldo López, coordinador nacional del partido Voluntad Popular, denunció que “el presidente Nicolás Maduro considera aplazar las elecciones municipales del próximo 8 de diciembre”. [5]
Por su parte Capriles Radonski afirma que “el Gobierno Nacional con la denominada lucha contra la guerra económica, busca desestabilizar el país. “Quien sabe si la intención final sea para buscar un clima propicio para suspender las elecciones.”, [6] y en otra intervención insiste en que, por el “modelo cubano que no funciona”, denunció que “tiene la intención de crear una situación de tensión que obligue a suspender las elecciones municipales de diciembre”[7] .
El tema es que las elecciones, bien se sabe, están organizadas y garantizadas, lo que podría llevar a su suspensión es una situación de conmoción nacional, cuestión ya advertida por el Presidente Maduro “Ellos van a seguir utilizando la campaña electoral para simular atraernos a su simulación, pero en definitiva están buscando otro objetivo. El primer objetivo, a través de un hecho que conmueva a la sociedad venezolana, es buscar que nos pongan en una situación obligada para la suspensión de las elecciones”.[8]
En medio de estos acontecimientos, la inefable vocera del gobierno norteamericano, la secretaria de Estado adjunta de EE UU para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, apuntó que EE UU “está un poco más preocupada sobre Venezuela y cómo se desarrollan las cosas allí”[9], agregando mas candela al fuego y sumándose a esta escalada que pasa de lo verbal a los hechos en la medida que los días corren.
Estamos en un momento clave y entrando es una etapa que nos augura cambios necesarios. Uno de ellos es el de desprendernos de esta burguesía rentista y parasitaria y otro el de desmontar esta cultura rentista que ha hecho al ciudadano venezolano víctima de una fiebre consumista que no tiene límites y que nos plantea un desafío en la construcción de una sociedad socialista en la que predomine el valor de uso de los bienes y no él enfermizo valor de cambio que tanto daño le ha hecho a las sociedades capitalistas.
Pero estos temas son para ser tomados más extensamente, con la responsabilidad que corresponde y en el momento adecuado.
Hoy nos toca movilizarnos, derrotar al enemigo en las urnas y esperar, con el puñal entre los dientes, a que se atrevan a dar el último zarpazo.
oscar.rotundo.caracas@gmail.com
PIA: www.noticiaspia.com.ar
[1] http://www.minci.gob.ve/2013/11/acciones-para-la-construccion-del-nuevo-orden-economico-interno/
[2] http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/203337/leopoldo-lopez-el-gobierno-entra-en-su-fase-represiva/
[3] http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/203915/la-situacion-de-la-industria-petrolera-nos-ha-llevado-a-la-triste-ironia-de-vivir-la-peor-crisis-economica/
[4] http://www.aporrea.org/oposicion/n239395.html
[5] http://www.eleconomistaamerica.com/politica-eAm/noticias/5308942/11/13/Venezuela-La-oposicion-denuncia-que-Maduro-pretende-suspender-las-elecciones-municipales.html
[6] http://noticias24carabobo.com/actualidad/noticia/29891/henrique-capriles-el-gobierno-tiene-un-plan-para-desestabilizar-el-pais/
[7] http://www.lanacion.cl/capriles-guerra-economica-de-maduro-pretende-suspender-comicios/noticias/2013-11-12/173446.html
[8] http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/203246/maduro-se-reunira-con-la-maquinaria-roja-para-afinar-detalles-de-cara-al-8-d-construyamos-la-victoria/
[9] http://www.noticias24.com/internacionales/noticia/71804/jacobson-ee-uu-muestra-preocupacion-por-venezuela-y-por-como-se-desarrollan-las-cosas-en-el-pais/
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