Jerarcas del golpismo no quieren entender que han fracasado

por Hernán Mena Cifuentes

La verdad siempre triunfa sobre la mentira, por más que se intente apagar su luz o tapar el sol con un dedo como lo vienen haciendo desde hace más de 14 años el Imperio y sus secuaces de la oposición golpista para desestabilizar a la Revolución Bolivariana y derrocar a Chávez

Se dice que “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, pero, toda regla tiene su excepción, ya que la bestia del Imperio y su jauría de la oligarquía criolla, la prensa mercenaria, los cadáveres insepultos de Cuarta República y sus descendientes políticos, siguen estrellándose contra la roca del proceso y la imagen su indiscutible líder, el Comandante-Presidente.

Resulta inconcebible, que a pesar de que se han caído una y mil
veces en su irracional afán por desintegrarla, persistan en la imposible misión de destruir ese proceso inédito y pacífico apoyado, no solo por la inmensa mayoría del pueblo venezolano, sino también por todos los pueblos y gobiernos progresistas y revolucionarios del planeta.

Es tal su obsesión, su fijación orientada hacia la destrucción, que sufren de esa terrible enfermedad mental, la Esquizofrenia neurótica que trunca su personalidad, y los hace perder contacto con la realidad y sufrir alucinaciones como pretender ser aceptados por un pueblo al que odian y desprecian.

A pueblo que sumergieron en pobreza, hambre, miseria, ignorancia y enfermedad cuando detentaban el poder y trataron de arrebatarle el progreso, bienestar y felicidad que les ha dado la Revolución bajo la guía de un líder al que aman y con tanta fuerza se identificancon él, que dicen “Yo soy Chávez” y juran defenderlo hasta con sus propias vidas, como lo han hecho más de una vez.

¿O es que acaso no recuerdan que hace poco más de 10 años desataron un golpe de Estado, un sabotaje petrolero, un paro del transito terrestre, boicots marítimos y aéreos, un intento de magnicidio por mercenarios importados, marchas y guarimbas con violencia y muerte, que dejaron sin Navidad a los niños y apagaron el fuego en las cocinas de millones de humildes hogares venezolanos?

Pero, desconectados de la realidad, siguieron conspirando desde adentro y desde afuera en su demencial afán por destruir a un proceso que cada día cobra más fuerza y es admirado y su ejemplo seguido por otros pueblos del mundo.

Y hoy prosiguen con sus tropelías, esta vez esgrimiendo ridículos y absurdos recursos leguleyos pretendiendo ilegitimar la gestión del mandatario, del gabinete ejecutivo y las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia entre algunos “pataleos de ahogado” realizados, que no logran por más que quieran, mover la monolítica roca que sostiene la institucionalidad del Estado

Se trata de una guerra psicológica, económica y política, en la que emplean todas las armas de su arsenal de guerra sucia, entre ellos una camada de cachorros, que bajo la órden de su entrenador, un cadáver insepulto de la Cuarta, muestran sus “manitas blancas”, encadenándose y realizando falsas huelgas de hambre.

Un grupúsculo de estudiantes, vergüenza de una histórica y combativa tradición estudiantil, que insultaron a un anciano y uno ellos estuvo a punto de causarle la muerte al tratar de arrebatarle el monitor del “marcapasos.”

El sexagenario les recriminaba por el bochinche que protagonizaban frente a la Embajada de Cuba, una mascarada de esos huelguistas encadenados, que como “cajas de resonancia” de quienes los manejan, pedían a gritos “ver a Chávez”.

Parecen ignorar que están haciendo el papel de “tontos útiles” por quienes los usan con la macabra finalidad de convertirlos en “carne de cañón”, ya que la intención de quienes los manipulan es la de provocar un estallido de violencia, y en caso de que ello suceda y haya alguna o varias muertes culpar de ello al gobierno.

Pero la Revolución no cae en ese tipo de provocaciones, por lo que, desesperados, se han ido hasta el frente de una institución militar en busca de la sangre que aún no logran derramar, pensando que podrían desatar violencia y muerte frente a un cuartel.

Ilusos, no saben que la Fuerza Armada Bolivariana es leal, a su comandante en jefe, desde sus más altos oficiales hasta el último de sus soldados.

Porque son hijos del pueblo que ama a Chávez, que es uno solo, los aplastaron el golpe de Estado que el 11 de abril de 2002 lo derrocó, y que están dispuestos, como ya lo demostraron, a defenderlo con sus vidas si el Imperio y sus vasallos se atreven nuevamente a intentarlo.

Ese pueblo que se confunde con su único y auténtico líder, diciendo “Yo soy Chávez”, a quien le han jurado lealtad eterna, teniendo por testigos a una treintena de progresistas y revolucionarios mandatarios caribeños y latinoamericanos que llegaron al país para ratificar con su presencia y su discurso, la solidaridad y apoyo a la Revolución y a su comandante.

Así que no se molesten en seguir con sus desvaríos de esquizofrénicos neuróticos, ilusos que aún sueñan con recuperar sus obscenos y bastardos privilegios e intereses, al igual que su amo el Imperio, bestia agonizante que mas temprano que tarde habrá de desaparecer de la faz de la tierra.

FIN/AVN/DEBATE/HMC