Chavez en la web

martes, agosto 14, 2012


La brújula de Bebel
La propuesta del presidente-candidato para la gestión del próximo sexenio representa un desarrollo consecuente en la concepción de la Revolución Bolivariana, la preparación de un salto hacia el avance en profundidad por el camino de la independencia, el socialismo, la grandeza patria, el equilibrio internacional y la preservación de la vida en el planeta.
El oposicionismo en esta ocasión ha apostado por hacerse el turco, pues carece de respuesta, y sigue en su juego de negación de lo evidente, agresión automática y chapoteo en la mentira. Lo cual nos mantiene en la memoria la impronta del viejo Augusto Bebel, pues el aplauso o la condena de la canalla es un seguro indicador, una brújula de revolucionarios: donde la contra dice democracia hay que leer plutocracia o elitismo, y no pocas veces abierta dictadura; donde dice autoritarismo o dictadura, puede apostarse de al partir que el demos y el kratos griegos están latiendo en el corazón de los oprimidos y explotados.
Es así indefectiblemente. La democracia que las clases dominantes venden y de cuya práctica tenemos aquí sobradas muestras, especialmente en el cuadragenio adecopeyano (y hoy a la vista en el mundo), no va más allá de lo formal, es un amasijo de engaño e hipocresía adobado en perversión represiva. Usa la zanahoria –decir clásico– cuando la dominación y explotación puede ejercerse en calma relativa, y apela al garrote, hasta la mayor abyección criminal si es necesario, cuando los oprimidos reaccionan y retan al opresor.
No es posible de otra manera dentro del orden históricamente organizado, pues todo él, desde la cuna y en el entramado de las instituciones, está orientado a enajenar al ser humano, falsificar su personalidad y conciencia, trocar en egoísta su condición social y hacerlo asumir como normal y éticamente válida la explotación de que es objeto el trabajo, y para ello funcionan (junto al impudor mediático) religión, filosofía, política, educación y demás formas concienciales, así como la escalada represiva susceptible de llegar, implicando “democracias” y autoritarismos diversos, hasta el fascismo hitleriano o el que salió del clóset en Washington a partir de Mr. Bush.
Solo que a veces la reacción del oprimido significa revolución. Caso en el cual la mentira mantiene el primer plano, mientras se preparan los perros de presa para el asalto contrarrevolucionario. Del que pueden salir trasquilados…
Freddy Melo AVN 13/08/2012 

No hay comentarios:

Publicar un comentario