Discurso de la oposición no apasiona, considera Oscar Schemel
Presidente Hugo Chávez
Con base en sus mediciones, el presidente de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schemel, sostiene que desde septiembre de 2010 se multiplicó la dimensión emocional y religiosa del liderazgo del mandatario Hugo Chávez. A partir de ese momento “se comienza a acentuar ese perfil religioso del liderazgo del Presidente”, señaló Schemel.
El reconocimiento es, a juicio del analista, lo que más valora la mayoría de la población que estuvo marginada durante décadas. “El discurso amoroso es fundamental. Lo que más duele no es la carencia, sino la mirada de desprecio”, enfatizó el vocero, en entrevista con el Correo del Orinoco.
En los focus group “escuchamos expresiones como ‘antes nosotros no existíamos, nadie nos tomaba en cuenta, ahora tenemos esperanza, ahora el de arriba me respeta”.
Cita una encuesta del Banco Mundial, en la que se le preguntó a la gente qué dolía más de ser pobre, y la respuesta principal era “la mirada de desprecio”.
Ese discurso amoroso tiene un impacto sobre el respaldo electoral, apuntó Schemel. Por ello, de acuerdo con el último estudio de Hinterlaces, el presidente Chávez ganaría las elecciones con 50% de los votos si se celebraran hoy.
¿Y LA OPOSICIÓN?
La oposición “mejora su imagen”, considera. “42% de las encuestadas y los encuestados piensa que está proponiendo buenas ideas, pero sólo 25% se identifica con los ideales de la oposición”.
El antichavismo presenta buenas ideas, pero no apasiona, planteó Schemel. “Son propuestas muy instrumentales, no hay valores que emocionen. Son propuestas sin alma. Los sectores populares necesitan certezas materiales y espirituales: que no van a ser humillados, que no van a ser olvidados y discriminados nuevamente”.
La oposición “tiene dificultades para entender que hay un cambio en la identidad de la población”; pese a ello, Schemel evalúa que el antichavismo tiene una oportunidad en el descontento de sectores de la población ante problemas como la inseguridad y el costo de la vida. “Pero malestar no es ruptura” con Hugo Chávez, aclara Schemel.
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